Londres (18-dic-03 EFE).- Una vez condenado Ian Huntley, asesino de Holly Wells y Jessica Chapman, de diez años, empieza hoy la investigación para saber cómo es posible que un pederasta sospechoso fuera empleado en el colegio de las dos niñas muertas.
El caso de las pequeñas de Soham, que conmocionó al Reino Unido en agosto de 2002 y supuso una de las mayores búsquedas en la historia policial de este país, sigue estremeciendo hoy a la opinión pública al conocerse el pasado delictivo de Huntley.
Según se ha sabido desde que fue condenado el miércoles a cadena perpetua, los antecedentes de Huntley no fueron detectados cuando fue contratado en noviembre de 2001 para trabajar como conserje del colegio de Soham, al sureste de Inglaterra.
La investigación independiente que empieza hoy ha sido dispuesta por el Gobierno para impedir que se repita una tragedia como esta.
El asesino, de 29 años, fue arrestado diez veces entre 1995 y 1998, en la mayoría de los casos por relaciones sexuales con menores, aunque las acusaciones no llegaron hasta los tribunales.
La gente se pregunta hoy cómo fue posible que fallara el sistema de la policía diseñado para investigar el pasado de todas las personas que trabajan con menores, como lo establece la ley.
Sin embargo, los antecedentes de Huntley no fueron observados porque éste solicitó empleo con su apellido, mientras que hasta el año 2001 había utilizado el de su madre, Nixon.
El comisario de la policía de Humberside, David Westwood, ha admitido que hubo "fallos y errores humanos" en la investigación de las denuncias contra Huntley entre 1995 y 1996 en esta zona del noreste de Inglaterra, donde el conserje vivió un tiempo.
Las fuerzas del orden cuentan con un servicio conocido como Sistema Nacional Informático de la Policía, donde se incorporan los detalles delictivos de las personas, que después pueden servir para conocer datos personales a la hora de dar luz verde a que un
individuo pueda trabajar con menores.
La polémica de hoy está centrada en las críticas contra la policía por no incorporar muchas veces en el sistema informático estos datos en el plazo establecido, de siete días.
Las fuerzas del orden, según los comentaristas, ven en esto un mecanismo burocrático que hace perder tiempo.
Huntley fue condenado ayer a cadena perpetua por el doble asesinato de las niñas, desaparecidas el 4 de agosto de 2002 en su pueblo de Soham cuando salieron a comprar golosinas.
Después de una intensa búsqueda policial, con la ayuda del público, los cuerpos de las escolares fueron encontrados el 17 de agosto de ese año cerca de esta localidad.
Al término de la investigación del crimen, la policía había hablado con 14.510 personas, había golpeado la puerta de 4.352 viviendas, además de tomar 6.775 declaraciones y apuntar 9.765 números de teléfonos.
La ex novia de Huntley, Maxine Carr, de 26 años, fue absuelta de ayudar a su amigo en el doble asesinato, pero fue condenada a tres años y medio de cárcel por obstrucción a la Justicia.
En los casi dos meses que duró el juicio de Soham, Huntley negó haber matado intencionalmente a las niñas y aseguró que fallecieron accidentalmente en su casa.
Según su argumento, Holly murió ahogada en la bañera - llena de agua porque Huntley estaba a punto de bañar a su perro- después de que la niña cayera por accidente en ella mientras el ex conserje trataba de frenarle una hemorragia nasal.
En el caso de Jessica, Huntley admitió haberla matado sin intención mientras trataba de callar sus gritos.
La Fiscalía insistió siempre en que el ex conserje tuvo un motivo sexual para matarlas, argumento apoyado en el pasado delictivo y en que Huntley había lavado las sábanas de su cama después de matarlas.
Holly y Jessica habían estado jugando en la tarde del 4 de agosto del año pasado en casa de la primera cuando salieron al centro de Soham, pero no se las volvió a ver.