Cualquier lugar cuenta con monumentos, no importa a quién o a quiénes se les hayan erigido, para instalar alguno es necesario pasar por una serie de pasos, que la mayoría de las veces son ignorados por las personas que mandan edificar alguno; se debe tomar en cuenta el personaje a homenajear, el material con que se elaborará, el artista que lo hará, pero principalmente la ubicación de la efigie, que muchas veces, por no decir todas, es lo que se deja para lo último. Debido a ello el Municipio de Durango y sus monumentos cuentan con una serie de problemas que van en aumento día con día debido a la carencia de un reglamento que regule la instalación de estatuas.
El Ayuntamiento es el encargado de autorizar los monumentos que se vayan a instalar y de ubicarlos en algún lugar de la ciudad, pero debido a que las mismas autoridades son las que proponen las estatuas, la mayoría de las veces no existe ningún problema para que se edifique alguna. Para instalar un monumento en la vía pública es necesario realizar un proyecto arquitectónico, el cual debe ser aprobado por la Dirección de Obras Públicas del Municipio, para después instalarlo.
Muchos de los monumentos de la localidad se han construido a iniciativa ciudadana, propuestos por líderes sociales, grupos políticos, sociales o una persona con cierta solvencia que pida que se le rinda un homenaje a cualquier persona para perpetuarlo a través de una efigie. Después, la autoridad termina seleccionando algún espacio público, generalmente en algún parque o avenida. Regularmente son conmemorativos para recordar algún personaje que haya tenido una gesta histórica o que se haya destacado por el servicio a la comunidad en cualquier rama.
SU PROBLEMÁTICA
Las efigies de la ciudad, con el paso de los años han atravesado por diversos problemas, el principal es que no cuentan con una reglamentación y si se tiene la iniciativa de instalar un monumento no hay ningún inconveniente para hacerlo, debido a la falta de reglamento que especifique qué hacer y qué no. En ocasiones las estatuas se realizan sin pensar en el espacio en que serán ubicados, por eso muchos de ellos lucen desproporcionados en cuanto al entorno que los rodea.
Otro de sus problemas es que muchos de ellos no han sido bien situados, incluso muchos lucen como pegotes de espacios urbanos, explica el historiador Javier Guerrero Romero, quien expuso algunos ejemplos de los muchos que existen en la ciudad:
Estatua de Juan Pablo II: Erigida como recuerdo de la visita del Papa a Durango, ubicada en el atrio de la Catedral de Durango, debido a que el edificio es muy grande y la imagen no tiene la proporción adecuada a las medidas del recinto sagrado, “si se trataba de engrandecer la imagen fue todo lo contrario porque se empequeñece con las magnitudes de Catedral, se ha convertido en un monumentito”. Su instalación estorba, queda totalmente fuera de lugar en el propio atrio; sumándole la desproporción de la imagen, el brazo que permanece alzado si se bajara llegaría hasta las rodillas.
Monumento a los Hermanos Arrieta: Ubicado en las calles de Heroico Colegio Militar y 5 de Febrero, fue instalado para engrandecer la imagen de los hermanos revolucionarios que eran altos de estatura, pero en la efigie lucen como pigmeos, los empequeñecieron. Es un monumento muy pequeño que no se ve debido al espacio urbano grande, rodeado de plantas muy altas, la base y las figuras son pequeñas para el lugar.
Monumento a Miguel Ángel Gallardo: Ubicado en los bulevares Domingo Arrieta y Dolores del Río, se le conoce como el “Monumento al Charro”, se diseñó para colocarse en un pedestal elevado porque la imagen, a posición de suelo, la hace lucir rígida, parece que está recargado hacia su propio zarape. Tiene problemas de factura, seguramente fue elaborado pensando que debía verse de abajo hacia arriba, no a nivel de tierra, por eso no luce.
Monumento a Francisco I. Madero: Ubicado entre los bulevares Domingo Arrieta y Durango, el personaje era bajo de estatura, lo elaboraron más pequeño de lo que era, luce desproporcionado a la glorieta y al pedestal que es más grande que la propia figura.
Cabe destacar que en los monumentos realizados a fines del siglo XIX se pueden admirar casi perfectos con relación a la proporción del pedestal y la imagen, porque antes de instalarse fue estudiado el espacio urbano que se le destinaría. Aunque algunos fueron cambiados de lugar las proporciones siguen siendo adecuadas. Al estar descontextualizados del espacio urbano se pierde el sentido del objetivo de la instalación de un monumento, el rendir homenaje a una persona.
Aunque no todas las imágenes que imperan en la ciudad están mal hechas, hay muchas esculturas que son dignas de admiración, tal es el caso del monumento a Benito Juárez y el Estudiante, en la Plaza IV Centenario; el de Dolores del Río en el bulevar del mismo nombre, por mencionar algunos.
ABERRACIÓN MUNICIPAL
El mantenimiento reciente por el que han pasado ha funcionado. A iniciativa de “El Siglo de Durango” y la Secretaría de Educación, en 1996 se integró el Consejo para el Rescate de los Antecedentes Históricos del Estado de Durango, tenía como objetivo el realizar el programa “Adopte un monumento”, es decir, escuelas u organizaciones sociales se encargaban de mantenerlos limpios, haciendo entrega de las efigies a diversas instituciones educativas y sociales. Ese programa se ha mantenido hasta la actualidad, aunque cada Administración la adopte como propio.
Este programa surgió al observar que la Presidencia Municipal de entonces, encabezada por Gonzalo Yáñez, tuvo la osadía de darle mantenimiento a los monumentos de la localidad, pero entre ese mantenimiento estuvo la pintada de color “bronce” de los monumentos hechos en bronce, que por el paso de los años su pátina ya estaba verdosa, pero en vez de limpiarlos prefirieron pintarlos.
Un monumento importante es el de la Bandera, se dejó abandonado durante muchos años, generándole un deterioro muy grande, recientemente se ha tratado de conservar, pero los resultados no han sido óptimos, se requiere un mantenimiento integral.
CONTAMINACIÓN VISUAL
En ocasiones es necesario reubicarlos, como ejemplo se encuentra el monumento a Francisco Villa, ubicado en el bulevar del mismo nombre, su cambio se debió a una cuestión urbana, porque al instalar el flujo vial se reducía el espacio dedicado al monumento, por eso se le ubicó en un mejor lugar urbano, mas no de su entorno debido a que los diferentes edificios que lo rodean no le dan la mejor de las imágenes, incluso se confunde como el jardín de un hotel que está situado atrás de la figura. Los anuncios espectaculares que lo rodean entorpecen la visibilidad de la efigie.
Otro de los monumentos que se ve afectado por la publicidad es el dedicado a Guadalupe Victoria, ubicado en el bulevar Felipe Pescador, se puede asegurar que esta imagen es una de las que le da vida a los monumentos de Durango, y paralelo a ella hay una botella de cerveza y tal parece que se haya edificado un “monumento a la cerveza o a la botella”, incluso en la noche resalta más la imagen de la botella por la luz que expira de ella, contaminando la imagen de la efigie al que fuera el primer Presidente de México. El monumento a los Hermanos Arrieta es otro que luce contaminado por su entorno debido a los árboles que lo rodean.
Tal vez las dos primeras esculturas que se mencionan sean el emblema escultórico que alberga la ciudad de Durango, pero no son recientes, demostrando que actualmente se puede percibir una carencia de creadores, aunque el escultor Roberto Macías está realizando un buen trabajo, aún no le brindan el espacio adecuado para edificar una escultura que sea insignia de este siglo.
Cabe destacar que para realizar el mantenimiento de un monumento se tiene que seguir la estrategia que el artista haya sugerido, normalmente el escultor al entregar una efigie debe hacerlo junto con el manual de mantenimiento. De no ser así se tiene que consultar a los discípulos del mismo si el creador no estuviera vivo; como último recurso está el de buscar el apoyo de especialistas en el tema.
CONCEPTO ATRASADO
Además de esos serios problemas hay tal vez uno más grave, muchos individuos aún piensan que un monumento debe ser idéntico a la imagen de la persona a la que se la va a erigir, siguiendo la tradición del siglo XIX.
Los escultores, en general, se tienen que ceñir al modelo de una copia fiel al personaje, negándole un proyecto de creación propia. Esta costumbre ocasiona que se repitan monumentos, tal es el caso del monumento A la Madre, ubicado en la Preparatoria Diurna, una imagen contemporánea, que no fue del agrado de muchas personas, por eso se creó otra en el Hospital General, con una imagen más tradicional. “No hay una libertad absoluta para el artista y muchas veces ni el mismo la procura”, consideró el historiador.
Actualmente hay creadores que se inclinan por el bronce: Famara y Guillermo Salazar son dos de los duranguenses que actualmente laboran con este material, pero la comunidad misma y las autoridades piden una copia que siga las costumbres del siglo XIX.
ESCULTURAS CONTEMPORÁNEAS
Quien actualmente está realizando esculturas bien realizadas es Roberto Macías, invitado por el Instituto Municipal de Arte y Cultura ha esculpido dos efigies (una a un costado de la Biblioteca IV Centenario y la otra en el Parque Guadiana), las cuales fueron manejadas con un concepto moderno, destacando que en Durango sí hay creadores de calidad. Aunque a Macías le falta un espacio más grande para poder mostrar toda su creatividad.
El Quetzalcóatl de la Facultad de Contaduría y Administración (FCA) es otra de las imágenes con un concepto contemporáneo.
El monumento a los Tres Durangos, ubicado en la plazoleta del mismo nombre, es otra de las esculturas que llama la atención del público, aunque recientemente lo alteraron al ponerlo un color que no era el original.
Javier Guerrero Romero difiere de aquellas personas que consideran que la fuente ubicada en los bulevares Durango y Primo de Verdad (de color amarillo y de gran tamaño) no debió instalarse porque es una escultura contemporánea que rompe con la ciudad. El historiador asegura que es necesario que las imágenes de Durango deban proyectar las diversas épocas por las que pasa una ciudad y en este caso refleja una época del desarrollo urbano por el que está pasando. “Podrá estar fea e incomprensible, a muchos no les gustará el colorcito que le pusieron, pero es el reflejo de una época”, dijo.
RECOMENDACIÓN
Pasos a seguir
La mayoría de las veces las personas que mandan crear un monumento pasan por inadvertidos algunos pasos para sacar el mayor provecho a la imagen y el lugar que lo rodea.
Tomar en cuenta el espacio urbano en el que se ubicará: para no caer en situaciones como el de realizar una colecta de llaves, para después fundirla, mandar hacer una escultura y al final buscar en qué lugar instalarla, muchas veces sin conocer la imagen.
Calcular el tamaño del pedestal y de la imagen, así como del lugar en el que se ubicará. El pedestal y la imagen deben tener el mismo concepto, uno no puede ser más moderno que el otro. El monumento y el entorno deben diseñarse juntos.
No pensar que el arte contemporáneo está peleado con el patrimonio histórico. Darle mayor libertad al artista al crear un monumento para que refleje la situación actual para no repetir modelos anteriores. Forjar el impulso de otras proyecciones escultóricas.
NOTA RELACIONADA
ASOCIACIÓN CIVIL
Buen inicio
Durante el sexenio de Maximiliano Silerio Esparza, la Secretaría de Educación Pública del Estado, que presidía Emiliano Hernández Camargo, convocó a la sociedad civil para integrar un organismo que ayudara a preservar los antecedentes históricos del estado de Durango.
Como una asociación civil se hicieron llamar “Consejo para el Rescate de los Antecedentes Históricos del Estado de Durango”, fue presidida por Didier Bracho Soto, quien a su vez fue apoyado por Julieta Hernández Camargo como secretaria; mientras que los consejeros fueron: Jesús Ruvalcaba, José Ramón Hernández, Irma L. Magallanes, Enrique Medina, Juan Águila, Javier Guerrero, Javier Varela, Antonio Arreola, Rebeca Treviño, Manuel Salas, Alejandro Peschard, Olga Arias, Rodolfo Villanueva, Jesús Gallegos, José de la O. y José de la Cruz Pacheco.
Esta asociación civil se dio a la tarea de fundar el programa “Adopte un Monumento”, el cual se implementó con éxito debido a que diversas instituciones educativas se dieron a la tarea de limpiar y cuidar el monumento adoptado, incluso algunas de ellas realizaban los honores a la bandera en la efigie.
También realizaron algunas publicaciones de libros que ilustraban todo el patrimonio arquitectónico, histórico y cultural que posee el estado de Durango. Uno de sus máximos logros fue la creación de la Red de Cronistas del Estado, para que cada uno de los municipios contara con un cronista, para ello los seleccionados fueron capacitados para que realizaran con eficacia la importante actividad que se les estaba otorgando.
Desafortunadamente el Consejo desapareció al ingresar Jesús Rosales Celis como director de la SEP, quien no le brindó la importancia necesaria a la loable labor que se estuvo realizando por algún tiempo. Al ser nombrado presidente municipal, Ismael Hernández Deras retomó este programa pero como idea propia, no dio el resultado que anteriormente había tenido por el protagonismo con el que se quería llevar a cabo.
SONDEO
En opinión de Durango
“Están bien hechos y colocados, como el de Benito Juárez y Guadalupe Victoria”.
Alfonso Lizárraga, locutor
“Les hace falta un poquito de cuidado, por el problema de los graffitis y los cholos”.
Adrián Castro, estudiante de medicina
“Están mal protegidos por el Gobierno, porque no cuentan con la vigilancia adecuada”.
Adriana Morales, empleada
“Están bien ubicados, aunque están descuidados, le falta mantenimiento a la cantera”.
María Engracia Herrera, secretaria
“Algunos son muy interesantes, están muy bonitos, aunque la ubicación de algunos no me gustó”.
Roberto Flores, estudiante
“En general los veo con buen mantenimiento y ubicación, reflejan el interés de los ciudadanos”.
Raúl Villaseñor, delegado del ISSSTE