Singapur, Singapur, (AP).- Las siamesas iraníes Ladan y Laleh Bijani murieron ayer en el quirófano de un hospital de Singapur con poco tiempo de diferencia, justo después de que fueran separadas.
Los corazones de las dos hermanas, que llevaban 29 años unidas por la cabeza, dejaron de latir con una hora y media de diferencia.
El médico señaló que la intervención, que empezó el domingo pasado, presentó las primeras complicaciones el lunes cuando detectaron que el riego sanguíneo en los cerebros de la siamesas era inestable.
Los cirujanos habían separado el cráneo sin problemas, aunque se encontraron unos huesos más duros y compactos de lo previsto, y habían conseguido establecer el "bypass".
Los cerebros de Ladan y Laleh Bijani estaban unidos sólo en un 30 por cietno, pero el suministro de sangre provenía de la misma arteria.
Ladan y Laleh Bijani, nacidas en 1974 en Irán en el seno de una familia desmembrada de once hermanos, sabían el riesgo que corrían, pero más que cualquier otra cosa querían poder llevar una vida normal.