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Russek, un hombre para recordar

Gerardo Gómez Cano

Para conmemorar el V aniversario del esparcimiento de las cenizas del actor y fotógrafo Jorge Russek en los sets cinematográficos de Chupaderos, Durango, el pasado jueves se llevaron a cabo diversas actividades dedicadas al artista.

En la sala de exposiciones del Museo del Cine del ICED se inauguró una muestra de fotografías y carteles de cine alusivos al actor, en donde se tuvo la presencia del prestigiado periodista Miguel Ángel Ruelas, quien tiene más de 50 años laborando en el periódico “El Siglo de Torreón”, y que tuvo la oportunidad de ser gran amigo de Russek, motivo por el cual fue invitado para que platicara algunas anécdotas que vivió junto a él.

Comentó que luego de conocerlo durante la filmación de una película a la que fue para hacer un reportaje, “me adoptó por toda su vida y me enseñó a ver el cine desde otro punto de vista... la amistad creció tanto que incluso cuando él iba a Torreón llegó a quedarse en mi casa no por unos días, sino por semanas, y aún queda el olor de su puro entre las paredes”, externó.

Además, leyó una carta que escribió inspirado en lo que posiblemente pensaría Jorge Russek de la telesecundria ubicada en Chupaderos y que, como homenaje, lleva su nombre. En el evento estuvieron varias personas que conocieron al actor, entre ellas Francisco Canales, presidente del club “Amigos de Jorge Russek”.

LO RECUERDAN EN CHUPADEROS

Luego de esta actividad, todos los asistentes acudieron a la telesecundaria mencionada para continuar recordando al artista. Miguel Ángel Ruelas intervino nuevamente para después ceder el micrófono al director cinematográfico duranguense Juan Antonio de la Riva, quien también fue invitado especial y viajó desde la Ciudad de México para participar en la charla referente a algunas vivencias que tuvo junto a Russek.

Al iniciar, visiblemente emocionado por estar en Durango, platicó que durante la proyección privada de su cortometraje “Vencedor del sol” que se realizó en esta entidad asistió Jorge Russek, a quien en ese entonces sólo conocía por sus películas. “Me intimidó tener la presencia de don Jorge, porque yo sabía de su trayectoria como actor y le tenían un profundo respeto, él me dijo ‘tienes que seguir adelante, porque no basta hacer una película hay que hacer muchas para seguir aprendiendo en este largo proceso de hacer cine’”.

De la Riva aseguró que esas palabras fueron alicientes “que hicieron posible que yo no perdiera de vista aquel objetivo que me había hecho ir hasta la Ciudad de México a estudiar cine”.

Dijo que trabajó junto a Russek hasta que surgió la oportunidad de dirigirlo en la cinta “La última batalla”, “seguramente han sido las filmaciones más gratas en las que yo haya participado”.Añadió haberse percatado del profesionalismo y entrega del artista a su trabajo, quien, “aún en la madrugada, en vez de dormir, planeaba cómo trabajaría en sus escenas”.

El cineasta externó que siempre que conversaban la plática se desviaba a Durango porque él se sentía orgulloso de haber formado parte del auge cinematográfico que se presentó en el estado. “Quedamos en que algún día podríamos realizar una película en Durango, proyecto que nunca llegamos a consumar”, recordó con nostalgia. “Su nombre va a perdurar y perdurará todavía, por encima de este mundo del espectáculo del cine, ya que está integrado al nombre de una telesecundaria, donde realmente está el futuro de este país”.

ATENDIÓ A LA PRENSA

Luego del evento, atendió a los medios de comunicación para hablar de otros temas. Descartó que no sería propicio poner una escuela de cine en esta entidad, ya que “en la medida que no hay una industria sólida, no se puede pensar en crear nuevas escuelas si no hay una posibilidad futura de trabajo.

El director de “El gavilán de la sierra” expresó que si bien el cine en México para por un buen momento en el que los jóvenes egresados de las escuelas de esa disciplina han podido proponer cosas nuevas, eso no es competencia para él: “cada generación tiene su manera de manifestarse cinematográficamente... hay público para diferentes películas, mi temática es rural, serrana y tendrá su propio público; tengo una forma de narrar mis historias cinematográficamente que no parecen a la de ninguna otra”.

Señaló que “no hay continuidad en la carrera cinematográfica de ninguno de los cineastas por eso mucho se han ido a EU, parecería un premio, pero es la dificultad de hacer cine en México. De la Riva, quien trabaja actualmente en el programa “México, nuevo siglo”, comentó que tiene muchos proyectos, todavía ninguno concreto, dos podrían filmarse en Durango “sobre todo porque nunca he filmado una película en la ciudad... hace falta encontrar los recursos económicos que no son fáciles de conseguir”, concluyó.

JORGE RUSSEK (1932-1998)

Nació en Guaymas, Sonora. Se inició en el mundo del arte en 1950 como extra de cine, no obstante, sus deseos de sobresalir en la actuación lo llevaron a su primera oportunidad en 1953, en la puesta en escena de "Patrulla 21".

En 1954, participó en la película norteamericana "Toro Sentado". Su capacidad histriónica le valió, en 1957, un papel importante en la cinta "La vida de Agustín Lara". Russek filmó más de 300 películas, no sólo en México sino en el extranjero, algunas son: “Pedro Páramo”, “La hija del General”, "The Tax Collector" y "Sitting Bull". Su último filme fue “La última batalla”. En Durango filmó 17 cintas.

También participó en series de televisión estadounidense en teatro y cerca de 30 telenovelas. Recibió premios como el Ariel, en 1976, por la película "De todos modos Juan te llamas" y La medalla “Virginia Fábregas”, en 1990, por 25 años de carrera ininterrumpida.

Escrito en: película, hacer, cine, Jorge

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