Entrevista | un poco más sobre la vida de Jiapsi Bojórquez
A sus 19 años tiene un futuro prometedor
La genética fue bondadosa con ella, posee una belleza natural, es alta y delgada, pero lo más sobresaliente de su personalidad es la seguridad y confianza con que porto una corona sin perder la sencillez que la distinguió como Reina del 439 aniversario de las Fiestas de la Ciudad.
Desde una fiesta de gala, hasta un torneo de ajedrez, fueron importantes para esta mujer de 19 años de edad, a la que no le gustan las apariencias ni la superficialidad, sino la labor social que pueda realizar a favor de los demás.
Familia y Amigos
“En mi casa somos muchos...”, comentó esta chica hija del matrimonio formado por Pedro Enríquez Bojórquez y Ana Luisa Martínez, y hermana de seis: Ana, Miozet, Pedro, Donaji, Yey e Itzel. Respecto a la importancia de la familia mencionó que sus padres y hermanos fueron un gran apoyo para que cumpliera con éxito el reinado de un año. Desde su nacimiento, un 24 de noviembre de 1983, Jiapsi siempre fue una persona franca e inteligente, sus estudios de primaria, secundaria y preparatoria los realizo en el Colegio del Bosque, al lado de su amiga Paulina López de Lara, y en la actualidad estudia la carrera de Administración en el Centro Universitario Promedac.
“Tengo muchos conocidos, pero mis amigas son escogidas”, comento Jiapsi muy orgullosa de la amistad que sostiene en la actualidad con Diana y Karla Mancinas, en quienes puede confiar plenamente al igual que en su novio Abraham Valenzuela. Sin embargo, reconoció que sus mejores amigos son sus padres, de quienes heredo la franqueza y vocación de servicio a la sociedad.
Reinado 439
Cuestionada respecto a la manera en que decidió participar como candidata a Reina, explicó que recibió la invitación de Melina Carrete, organizadora de las Fiestas de la Ciudad, para competir por la corona con tres aspirantes más: Estefanía Muriato, Raquel Cárdenas y María Fernanda García. “Estoy muy agradecida por haber vivido esta experiencia, que me hizo crecer como persona y me dejo una amplia cultura”, manifestó en tono nostálgico mientras recordaba los momentos en que fue coronada como Reina del 439 aniversario y recibió la banda de Señorita Fotogenia.
Durante el año en que representó a nuestra ciudad, la señorita Bojórquez Martínez atendió toda clase de invitaciones, participó en eventos del DIF Estatal, actividades deportivas y culturales, concursos de belleza y reuniones de índole política.
De los lugares a los que asistió manifestó que lo más difícil fue su participación en las Fiestas de la Ciudad, incluso en esos días bajó algunos kilos de peso porque el ritmo de trabajo era impresionante, “no sólo se trata de lucir muy bien, me esforzaba por cumplir con la gente para quien siempre tuve una sonrisa”, manifestó tras comentar lo gratificante que fue para ella recibir el cariño y los aplausos de las personas.
Una mujer de fe
Siempre se ha considerado como una persona con fe y buenos deseos, y como cualquier muchacha de su edad Jiapsi tiene la ilusión de casarse y formar un hogar, pero por ahora lo más importante es concluir su carrera profesional y realizarse como profesionista, a menos que las circunstancias puedan llevarla por otro camino.
Cuestionada ante la probabilidad que sea elegida como representante de Durango en el concurso de Nuestra Belleza México, explicó que la organizadora de este certamen, Lupita Jones, está considerándola como candidata y tiene conocimiento que existen muchas posibilidades que concurse con aspirantes de todo el país para alcanzar la banda de máxima portadora de la hermosura mexicana.
Cabe destacar que a esta linda entrevistada no le interesa el mundo de la farándula, como se ha observado en el caso de ex reinas, su meta es concluir sus estudios profesionales y tener su propia empresa.
Para concluir con la charla, comentó que le gustó mucho la manera en que fue organizado el concurso de Reina del 440 aniversario y su deseo es que Lucía (a quien entregará la corona el próximo 4 de julio en el Baile de Coronación) aproveche esta oportunidad para aprender y no irse con las manos vacías.