Luciano Valenzuela García |
El Siglo de Durango
Nueve acuíferos de los treinta que existen en el estado están clasificados como sobreexplotados, principalmente por el incremento de la demanda para abastecer las labores de riego, el mismo consumo humano y el uso ineficiente de este recurso, reveló un diagnóstico elaborado por la Gerencia estatal de la Comisión Nacional del Agua.
De los cuerpos de agua que atraviesan por condiciones de sobreexplotación, cuatro se localizan en la Comarca Lagunera, denominados Cevallos, Vicente Suárez, Oriente-Aguanaval y Principal, mientras que los restantes cinco se ubican en la región de los Llanos, concretamente en el Valle de Durango, Valle del Guadiana, Valle de Canatlán, Vicente Guerrero-Poanas y Madero-Victoria y Valle de Santiaguillo.
De acuerdo con datos de la CNA, las 30 zonas geohidrológicas que existen en el territorio estatal generan 670 millones de metros cúbicos al año; sin embargo, se extraen para diversos usos –agrícola, ganadero, industrial y consumo humano- 930 millones, es decir, se tiene registrado un sobreaprovechamiento cercano al 39 por ciento.
El gerente de la dependencia del sector hidráulico, Miguel Calderón Arámbula, explicó que esta problemática de sobreexplotación tiene su origen en diversas causas, pero sobresalen la creciente demanda de las áreas de riego y para agua potable, escaso reuso del agua, falta de infraestructura de medición, empleo ineficiente del recurso y la disminución en los niveles de recarga.
Explicó que, según el diagnóstico practicado, en los cuatro acuíferos de la región lagunera inmersos en esta problemática ha bajado de un metro a 75 centímetros la capacidad de recarga por año, mientras que en los cinco asentados en Los Llanos la pérdida ha oscilado entre los 70 y 30 centímetros anuales.
CONTROLES
La Comisión Nacional del Agua ha implementado diversas acciones técnicas y administrativas para el control de los acuíferos, sobre todo de aquellos que están mermados, entre las cuales destacan la instalación de Comités Técnicos de Aguas Subterráneas, conocidos como Cotas por sus siglas, dijo Calderón Arámbula.
Explicó que actualmente los Cotas están constituidos en Canatlán, Vicente Guerrero y en la zona del Valle del Guadiana, donde se han integrado representantes de los diferentes usuarios, pero adicionalmente se trabaja en la actualización de los estudios geohidrológicos de los acuíferos de Madero-Victoria, Vicente Guerrero-Poanas y Santiaguillo, con la finalidad de reunir información técnica sobre la evolución y comportamiento de estos cuerpos de agua.
Límites
El funcionario del sector hidráulico destacó que desde el 31 de enero del presente año se publicó el acuerdo donde se establecen los límites de 188 acuíferos del país, con base en los resultados de los estudios realizados para determinar su disponibilidad media anual, entre los cuales están incluidos los nueve de la jurisdicción de Durango.
De hecho, la novena de cuerpos de agua sobreexplotados en Durango no cuentan con disponibilidad para nuevos aprovechamientos, pero existe como alternativa la transmisión de derechos de aguas subterráneas debidamente regularizadas y dentro del mismo acuífero.
Calderón Arámbula abundó que dentro de las atribuciones, en el estado se han inscrito cinco mil 261 aprovechamientos de aguas subterráneas en el Registro Público de Derechos de Agua, de los cuales dos mil 737 se destinan al uso agrícola (el 52 por ciento), mil 171 al ramo pecuario (22 por ciento), mil 243 para labores públicas urbanas (24 por ciento) y 60 para el giro industrial (el uno por ciento).
Ante las condiciones de merma en la disponibilidad del vital líquido, es fundamental que la ciudadanía haga un uso eficiente del agua, formando una cultura en torno a su cuidado desde las faenas domésticas del hogar, hasta en las actividades labores, así como en la agricultura y la ganadería.
De hecho, la Ley de Aguas Nacionales contempla como objetivos generar una administración integral del agua con mayor participación de los usuarios, la consolidación de la programación hidráulica y de una autoridad federal única para la administración del agua, en cantidad y calidad, asentó.
Adicionalmente se pretende otorgar seguridad jurídica en el uso y aprovechamiento del vital líquido, que permita a los particulares planear adecuadamente a mediano y largo plazos, además de recurrir a una cultura que motive la eficiencia y el uso racional de este recurso e inducir la participación de los particulares en la construcción y operación de obras de infraestructura y servicios hidráulicos.