“Estamos ante una de las más claras inteligencias que se han dado en este país, una mujer deslumbrante, inquietante y que tocaba temas que si en este momento son escabrosos, imagínense en el México de 1600”. Así inició Socorro Soto Alanís la conferencia titulada “Sor Juana Inés de la Cruz”, que se llevó a cabo en el colegio del mismo nombre el martes pasado a las ocho de la mañana.
El evento se desarrolló dentro de las actividades de la “Semana Académica Deportiva” que se realiza del 7 al 14 de noviembre, con el objetivo de conmemorar el natalicio de la “Décima Musa”, así como el 58 aniversario de esta institución, cuya directora general es María Elena Hurtado García.
NOTABLE INTELIGENCIA
Ante un público conformado por alumnas de secundaria y bachillerato, la ponencia se desarrolló de manera dinámica e interesante, ya que Soto Alanís narró la vida de tan ilustre personaje desde su infancia hasta su edad adulta, y dio a conocer el entorno en que vivió y que formó esa personalidad que tanto llamó la atención.
La obra de Juana Inés de Asbaje, como era su nombre de pila, “está registrada no nada más en las letras españolas, sino en las universales... los amantes de su madre y la ausencia y desconocimiento de su padre, quedarán reflejados siempre en su obra”, enfatizó la ponente.
Dijo que fue el 12 de noviembre de 1648 cuando nació la inteligente mujer mexicana, “quien creció cercana a la naturaleza, jugando entre árboles y pájaros”. Señaló que vivió rodeada de mujeres, encabezadas por su madre, Doña Isabel Ramírez, “quien a pesar de ser analfabeta, era de una gran entereza y valentía”, aseguró Socorro Soto Alanís.
La escritora duranguense platicó a las alumnas que Sor Juana Inés de la Cruz asistió a clases junto a una hermana, luego de mostrar inquietud por aprender a leer y escribir, lo que logró hacer a los tres años de edad. Afirmó que su abuelo tenía una completa biblioteca, “misma que comenzó a husmear... fue una niña inteligente que mostró que su oficio serían las letras; hizo del hábito de la lectura una de sus mayores obsesiones”.
La ponente destacó que la “Décima Musa”, como también es conocida Sor Juana, fue una mujer que dominó muchas áreas del conocimiento, tales como: Biología, Matemáticas, Geografía, Historia, e incluso Cocina, por mencionar sólo algunas.
MUJER PERSEVERANTE
Soto Alanís aprovechó la ocasión para que las asistentes conocieran más acerca de la obra de tan importante escritora, es por eso que leyó varios sonetos, para después precisar que “el sonido, la rima y la musicalidad no son de una mujer de 1600, sino de una europea de este momento”.
Tras un evidente interés por parte de las asistentes que fueron conociendo de manera detallada la vida de la mujer que le da el nombre a su colegio, donde se forman académicamente, escucharon que fue en su juventud cuando, después de mucho insistir, Sor Juana logró que su madre la enviara a la Ciudad de México con unos tíos ricos.
La conferencista mantuvo la atención de los espectadores, al indicar que la posición privilegiada de los tíos de la joven de 17 años les permitió llevarla a la corte española y se hizo amiga de la virreina Marquesa de Mancera.
“Virreyes, hombres de poder y riqueza quedaron cautivados no sólo con la belleza de este personaje, sino por su acervo cultural... ellos, admirados e intrigados por la sabiduría de la muchacha, convocaron a las mentes más lúcidas de la corte, con quien Juana Inés intercambió opiniones y contestó todas las preguntas que se le formularon”, expresó Socorro Soto Alanís.
Aseveró que debido a que la ilustre mujer, quien aprendió latín en poco tiempo, hacía ya con toda facilidad versos, ella creía que todo mundo escribía. Dijo que tuvo la oportunidad de incrementar su cultura al tener acceso a publicaciones que le enviaban de Europa a la virreina y que ésta le prestaba.
Soto Alanís platicó que en la corte, Sor Juana conoció también al que sería su confesor, el jesuita Núñez de Miranda, quien la alentó para que ingresara al convento, en donde podría seguir preparándose, tomando en cuenta que en aquel entonces las mujeres no tenían derecho a entrar a la Universidad.
SURGIERON REPRESIONES
La ponente agregó que desde la soledad de su celda continuó escribiendo, no obstante, sus creaciones incomodaron a “las buenas costumbres” y le aconsejaron humildad, lejanía y sumisión. Su poesía sublime y mística parecía un cántico profano para la alta jerarquía eclesiástica, que no alcanzaban a entender la lucidez y excelsitud de la “Décima Musa”, enfatizó Soto Alanís.
Expresó que la monja escribió algunos comentarios hacia un ensayo del jesuita portugués Antonio de Vieyra, lo que le cambiaría la vida y desataría señalamientos. “La Carta Atenagórica”, llamada así por su lucidez, fue publicada y nunca le perdonaron que opinara de manera tan brillante. Ante la represión, Sor Juana publicó la “Respuesta a Sor Filotea”, seudónimo que utilizó uno de sus detractores, precisó la conferencista.
Dijo que ésa es considerada una autobiografía de la “Décima Musa” y, lo más importante, es el primer manifiesto feminista en Latinoamérica, pues es una carta en la que se defiende a sí misma del machismo y el abuso del poder. Soto Alanís platicó cómo es que Sor Juana fue abandonada y castigada.
Ella dejó de escribir... en una última carta firmó con su sangre: “Yo, la peor de todas”, platicó la ponente, quien finalizó su intervención, no sin antes invitar a las alumnas a que lean las obras de tan importante mujer que forma parte fundamental en la literatura, no sólo mexicana, sino mundial.
Sor Juana Inés de la Cruz murió el 17 de abril de 1695, a los 46 lúcidos y brillantes años. Escribió romances, redondillas, décimas, glosas, liras, villancicos, comedias, sainete y prosa; destacando: “Los Empeños de una Casa”, “Amor es Más Laberinto”, “El Neptuno Alegórico”, “Primero Sueño”, entre otros.
FICHA TÉCNICA:
EVENTO: Conferencia “Sor Juana Inés de la Cruz”
LUGAR: Instalaciones del colegio del mismo nombre, en el marco de las actividades de la “Semana Académica Deportiva”
PONENTE: Socorro Soto Alanís
DÍA: 11 de octubre
HORA: 8:00 a.m.
PÚBLICO: Alumnas de secundaria y bachillerato