José L. Fuentes Delgado |
El Siglo de Durango
Durante el pasado fin de semana y ayer los suicidios se mantuvieron a la orden del día, ya que cuatro varones adultos decidieron escapar por la puerta falsa, acosados por problemas familiares y deudas que los llevaron a sufrir depresiones graves que los orillaron a quitarse la vida.
De acuerdo con el Manual Merck, la “depresión” es un sentimiento de tristeza intenso que puede producirse luego de una pérdida reciente u otro hecho triste pero es desproporcionado con respecto a la magnitud del hecho y persiste más allá de un periodo justificado.
Gabriela Rivera Rodríguez, una de las profesionistas que trabaja en el área de Psicología de la Dirección de Representación Social de la Procuraduría de Justicia, este tipo de problemas se generan a partir de carencias experimentadas durante la infancia, las cuales afloran durante la adolescencia o la madurez, cuando el individuo hace frente a una realidad diferente a la que vivió dentro de la familia.
Después de la ansiedad, la depresión es el trastorno psiquiátrico más frecuente, señala; es un enemigo silencioso que pasa desapercibido dentro de los núcleos donde se desenvuelve (escuela, trabajo, familia, amigos) y se muestra solamente cuando el suicida lo concreta, porque antes enviaba pequeños mensajes de auxilio pero nadie los escuchaba, tales como insinuaciones, cambios repentinos de comportamiento, largos periodos de sueño, falta de apetito, etc.
Por lo general, el problema se presenta después de una pérdida donde el sujeto experimenta una etapa conocida como “duelo”, que es una separación de aquello que no va estar con él ya físicamente (ruptura de una relación amorosa, despido laboral, fallecimiento de un ser querido, problema económico fuerte), ya que depositó en aquella persona o situación un sentimiento grato que ya no va a tener más. Ese periodo normalmente dura unos seis meses.
En ese caso es recomendable que en el interior del seno familiar se dé una adecuada atención a los hijos, en el cambio de sus hábitos, conducta, gustos, porque eso puede ser el indicativo de un problema. En el caso del adulto puede solicitar ayuda profesional inmediata; tal puede ser el caso de este departamento, donde se le puede canalizar, la Facultad de Trabajo Social o la Escuela de Psicología.
Al respecto, el titular de la dirección, Sergio Esparza Antuna, manifestó que otra forma de detectar problemas severos a temprana edad es mediante las visitas a escuelas de diferentes niveles y donde son los maestros los que perciben que algún alumno reincide en cierta conducta, debido a que su situación familiar lo impacta y él es una alarma.
En estas situaciones vale el sentido preventivo, a través de instituciones especializadas en las adicciones, si es el caso, como los Centros de Atención Juvenil, DIF Estatal; si no, por medio del área de Psicología se puede detectar algún problema al entrevistar a la persona. Por ejemplo, si es víctima de abuso sexual, si hay violencia en su hogar, situaciones más comunes en infantes, quienes cada vez en mayor proporción experimentan conductas suicidas hasta llegar al punto de cumplirlas.