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Editoriales

Uno de los Marx en México

Salvador Barros

"Creo que el presidente se llamaba Alemán" Pocos cómicos hay en la historia del cine mundial tan radicales, insolentes y apabullantes como los hermanos Marx. Sus gags y rutinas siguen siendo imitados aún hoy con impunidad y por lo general con escasa gracia -y más bien por desgracia. "Chaplin era un poco más ambicioso y aprovechaba picarescamente las oportunidades, pero se volvía demasiado despectivo y consciente de sí mismo", escribe Allen Eyles, el mayor especialista en la biografía cinematográfica de los hermanos Marx. Y es cierto, Chaplin acaba por aburrir con su carita lastimera y su gesto autocompasivo. En cambio, dice Eyles, "la obra de los Marx es la más fascinante, sutil y satisfactoria de todas las realizadas por las diversas personalidades cómicas" -algo en lo que estuvieron de acuerdo los propios surrealistas, quienes veneraban como a dioses enloquecidos a los Marx, sobre todo al corrosivo Harpo y sus sorpresivos artilugios bajo la holgada gabardina-, y podemos añadir que, no obstante los largos años transcurridos, el trastocado humor de los delirantes Marx sigue vigente para inteligencias sensibles y poco dadas a la complacencia. La filmografía de los hermanos Marx (Groucho, Chico, Harpo y a veces Zeppo) comprende trece películas, de las cuales sólo cuatro o cinco se conocen en México gracias a la televisión y a la esporádica programación en algunas salas cinecluberas. "De Los cuatro cocos a Una noche en Casablanca -dice de ellos Carlos Monsiváis, quizás uno de los primeros grouchomarxistas mexicanos-, los Marx son, con todo, figuras excepcionales e inasibles; ni desoladas ni patéticas ni heroicas ni abrumadas ni vanamente triunfales. Son categóricamente modernos, sátira de las actitudes del porvenir: carencia de ideales, entusiasmo por el cinismo, exhibición de las apetencias. Son un espectáculo y una amenaza para la sociedad que los contiene". A pesar de la demoledora contundencia con la que ridiculizaron al establishment de la época -con excepción del religioso-, los Marx fueron adorados por multitudes de estadunidenses prósperos y fieles precursores del american way of life. Acaso detonaban en ellos una pizca de íntima rebeldía que desaparecería con la Segunda Guerra Mundial y la cacería de brujas del senador MacCarthy. Diálogos escogidos."Chico: El lunes vigilamos la casa de Firefly, pero él no salió... no estaba en casa. El martes fuimos al beisbol pero nos engañó: él no fue. El miércoles fuimos al beisbol pero lo engañamos: no entramos. El jueves era juego doble, así que no fuimos, nos quedamos en casa y lo escuchamos por radio. " Héroes de ocasión o "Lucho por tu honor, que es más de lo que tú has hecho nunca." Groucho a Margaret Dumont en Sopa de pato "Cásate conmigo y te juro que no volveré a ver a ningún caballo..." "La señora. Claypool (Margaret Dumont): Mr. Driftwood(Groucho), "Hace ya tres meses que usted prometió introducirme en sociedad, y en todo ese tiempo lo único que ha hecho es ganar un sueldo muy jugoso Groucho): ¿Usted cree que eso es poca cosa, eh? ¿Cuántos hombres supone usted que ganan hoy un salario tan jugoso? ¡Caray, los puede contar con los dedos de la mano, mi buena mujer... Mr. Driftwood (Groucho): ¿Esa mujer? ¿Sabes por qué me senté con ella? La señora. Claypool: No. Mr. Driftwood: -Porque me recuerda a ti. La señora. Claypool: ¿De veras? Mr. Driftwood: Por supuesto. Por eso estoy aquí contigo, porque todo en ti me recuerda a ti. Tus ojos, tu garganta, tus labios. ¡Todo en ti me recuerda a ti! Excepto tú, ¿qué te parece?" (Una noche en la ópera.)"Cuando yo tenía tu edad me iba a la cama después de cenar. En ocasiones me iba a la cama antes de cenar. Otras veces me iba sin mi cena e incluso ni siquiera me iba a la cama(Plumas de caballo")"¿Qué piensas del problema del tráfico? ¿Qué piensas del problema del matrimonio? ¿Qué piensas en la noche cuando te acuestas, imbécil?" (Animal Crackers) " "No sé lo que tengan qué decir. No importa de cualquier forma. Sea lo que sea, estoy en contra." Groucho como el rector de la facultad de Huxley en "Plumas de caballo". La señora. Teasdale (Margaret Dumont): "El futuro de Freedonia está en sus manos. Prométame que seguirá usted las huellas de mi esposo. Rufus T. Firefly (Groucho Marx): ¿Qué les parece? No llevo en el puesto ni cinco minutos y ya está ella insinuándose... No me importa, pero, ¿dónde está su esposo? La señora. Teasdale: Bueno, está muerto. Firefly: Apuesto a que usted usa eso como pretexto.Teasdale: Estuve con él hasta el final Firefly: ¡Ah!, pues no me extraña que haya muerto. Teasdale: Lo estreché en mis brazos y lo besé. Firefly: Oh, ya veo, entonces fue un asesinato. ¿Se casará conmigo? ¿Le dejó algún dinero? Conteste primero la segunda pregunta...Un episodio marxiano en México.En su autobiografía -Groucho y yo- Groucho cuenta una anécdota acontecida en nuestro país, atestiguada por Harpo, y que demuestra el carácter humorístico e insolente del genial y verborreico actor descendiente de una estirpe de cómicos y comediantes de la Alemania judía arraigados en Nueva York, y muerto en Los Ángeles el 20 de agosto de 1977. "Hace años fui invitado a México en una gira de buena voluntad. Puesto que todo el viaje era gratuito y ya que viajar ha sido siempre una de mis predilecciones, acepté de inmediato. Era un festival cinematográfico en honor de actrices y actores famosos de todo el mundo. El primer día en la Ciudad de México se nos reunió en un salón enorme donde un representante del Gobierno nos explicó, en forma interminable, dónde se realizarían y cuáles serían nuestras actividades durante la semana. Habló rápidamente en español, pero deteniéndose cada cinco minutos para permitirle a un asistente traducir sus comentarios al francés, portugués, alemán e inglés. En un momento dado anunció: "Me honra gratamente informarles que a las cuatro de la tarde de mañana están todos ustedes invitados a encontrarse con el Señor Presidente en Palacio". Levanté mi mano. El traductor lo advirtió y me dijo:-Sí, dígame señor Marx... Me apresuré:-¿Qué garantía tengo de que él será todavía presidente mañana a las cuatro de la tarde? A partir de ese momento, por alguna extraña razón, nadie en todo el salón me volvió a dirigir la palabra. Ni los del grupo de Hollywood ni los visitantes europeos ni el contingente latino juzgaron prudente ser vistos en mi compañía. Una intervención desafortunada y, de la noche a la mañana, al sur de la frontera, ¡yo era el equivalente de la peste! Cada noche de la semana hubo un banquete honrando a éste o aquél, pero fuese cual fuese el acontecimiento, siempre me encontré sentado en una pequeña mesa para una persona en el extremo del comedor, lo más alejado de la concurrencia. Todos tenían vino con sus comidas. Lo más que pude conseguir fueron tamales y agua embotellada. Creo que el presidente se llamaba Alemán, o algo así.". Era imposible que Groucho dejara pasar tan deliciosa oportunidad, así le costara el desprecio de la burocracia mexicana. En otra parte Groucho escribe del trabajo de los cinco hermanos: "Tenemos la teoría de que no hay por qué reprimirse. Cuando vemos a un tipo pomposo con un sombrero de copa que, hinchado por su propia importancia, se pasea orondamente y mirando a todos por encima del hombro, hacemos lo que a todo el mundo le gustaría hacer. Si suprimiésemos esta tendencia no seríamos normales". Como querían los surrealistas, los Marx vivían conforme a los dictados del deseo. Ellos consiguieron comunicar mejor que otros actores cómicos esta sensación de liberación e inconformismo. En la vida real su actitud era la misma que en sus películas, como lo demuestran los cientos de anécdotas recogidas en varios volúmenes escritos tanto por ellos mismos como por sus biógrafos. En una ocasión, por ejemplo, Groucho y su pequeño hijo fueron a un exclusivo balneario de moda. Después de anotarse en la lista de visitantes, el empleado racista le preguntó si era judío. Groucho respondió afirmativamente, y entonces el empleado decidió negarle la entrada. Lejos de inmutarse, Groucho le dijo con toda seriedad: "Oiga, mi hijo es sólo medio judío, ¿puede meterse en la alberca sólo hasta las rodillas?". Los videos de las películas de los hermanos Marx y del programa de televisión pueden conseguirse en tiendas especializadas. Por desgracia, no están subtitulados.

Escrito en: Groucho, Marx, noche, señora.

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