Santiago, de Chile (Reuters).- El veterano delantero del club chileno Colo Colo, Iván Zamorano, estaba aún dolido ayer por no haber conseguido el título del Torneo Apertura y por su expulsión ante Cobreloa en la final, que podría ser el último partido de su exitosa carrera.
Cobreloa consiguió el sexto título de su historia el pasado domingo luego de golear 4-0 a Colo Colo en la ciudad de Calama, enclavada en el desierto de Atacama, en el encuentro de revancha del empate sin goles registrado el jueves en Santiago.
“Creo que he jugado en estos meses feliz, me he sentido un hombre pleno. El sueño mío era llegar a Colo Colo y Dios y mi papá me pusieron en una final que era para ganarla. No la gané por circunstancias que todos sabemos”, dijo Zamorano a periodistas.
En el minuto 74 del partido y tras el tercer gol de Cobreloa, los jugadores albos encabezados por Zamorano iniciaron un descontrolado reclamo contra el árbitro Carlos Chandía por una supuesta posición adelantada.
“Bam-Bam” se ganó la tarjeta roja por agredir al árbitro e insultar a sus colaboradores, lo que fue ratificado por las imágenes de televisión. “No, en ningún momento (agredí al juez). Lo que pasa es que el partido estaba caliente”, sostuvo el goleador de 36 años.
“Habíamos estado metidos en el área por (el juez) Chandía, porque el primer gol fue una falta inexistente. El segundo, exactamente lo mismo y el tercer gol, el jugador estaba dos metros adelantado”, agregó.
Zamorano adelantó que esta semana dará a conocer definitivamente si se retira del futbol tras esta final o acepta la propuesta colocolina de jugar hasta diciembre, fecha en la que ya tendría preparada una espectacular despedida.
Por la expulsión del domingo, el goleador arriesga una dura sanción de entre cuatro a diez partidos, lo que podría hacerlo cambiar de opinión respecto a su próximo retiro para finalizar su carrera de manera más digna, acorde a su condición de ídolo, como comentaron a diarios locales algunos de sus familiares.