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Por: Enrique Arrieta Silva

Apodos revolucionarios

Siendo como somos los mexicanos, expertos en el arte de los apodos, herencia tal vez española, pues en España existen pueblos en los que hay más apodos que habitantes, derivado del hecho que se da el caso de que muchos habitantes tienen dos o tres apodos, y siendo los revolucionarios actores de un movimiento netamente popular, no se iban a escapar de lucir junto con sus insignias militares algún apodo o apodos que los significara por su aspecto físico o por su conducta.

Así pues, estando en el mes de noviembre de 2004, que es el mes del 94 aniversario de la Revolución Mexicana, resulta propicia la ocasión para recordar algunos revolucionarios por su apodo, para lo cual me auxilio del libro de Arturo Langle, “Vocabulario, apodos, seudónimos, sobrenombres y hemerografía de la Revolución”, México, UNAM, 1966.

n General Benjamín Argumedo “El Tigre de la Laguna”. Por su fiereza para combatir y por ser nativo de esa región.

n Gral. Eugenio Aguirre Benavides “Bizco”. Por padecer de estrabismo.

n Coronel Teodoro Arreola “El Jorobado”. Por ser corcovado.

n Gral. Domingo Arrieta León “Mano Mingo”, apócope de “Hermano Domingo”. Por su comportamiento fraternal que siempre guardó hacia los hombres que integraban sus fuerzas.

n Gral. Andrés Arrieta León “General Huaraches”. Por usar siempre huaraches, aun cuando vistiera uniforme militar.

n Gral. Juan Banderas “El Agachado”. Por un defecto físico que lo hacía caminar encorvado.

n Venustiano Carranza “El Varón de Cuatro Ciénegas”. Por el lugar de su nacimiento.

n Gral. J. Agustín Castro “Ciruelo”. Se ignoran las razones reales.

n Gral. Saturnino Cedillo “El Ajolote”. Por lo oscuro de su piel y feo.

n Gral. Porfirio Díaz “El Perpetuo”. Por su prolongada estancia en la silla presidencial.

n Gral. Rafael Torre “Alcayata”. Por la forma de su nariz.

n Gral. José Alessio Robles “Apache”. Por sus hazañas de caballista.

n Gral. Joaquín Amaro “El Indio de la Arracada”. Por la arracada que traía en una oreja, debido a que en una ocasión no pudo tomar un pueblo y se la colocó, prometiendo no quitársela hasta que se hiciera de esa población, cosa que logró.

n Gral. Lázaro Cárdenas “El Trompudo”. Por obvias razones.

n Gral. Fausto Topete “Ciego”. Por su extremada miopía.

n Gral. Calixto Contreras “Indio”. Por ser de los indígenas de Ocuila, Dgo.

n Gral. Mariano López Ortiz “Chocolatero”. Por su afición fusilar prisioneros a lo que llamaba “darles su chocolate”

n Antonio Díaz Soto y Gama “Narices de Ganzúa”. Por obvias razones.

n Tomás Garrido Canabal “Enemigo Personal de Dios”. Por su radicalismo antirreligioso.

n Gral. Rafael de la Torre “General Aspirina”. Por el hecho de que en cierta ocasión le quitó el dolor de cabeza a un parroquiano, dándole un balazo precisamente en la cabeza.

n General Sidronio Camacho “Loco Sidronio”. Por su alocado modo de ser.

n Coronel Epitacio Díaz “Machete”. Por razón de que siempre cargaba un machete.

n Gustavo Madero “Ojo Parado”. Por razón de que tenía un ojo de vidrio y por consiguiente inmóvil.

n Emilio Portes Gil “Manchao”. Por tener la piel manchada.

n Revolucionario Florencio Delgado “Matagallinas”. Por el hecho de que una vez mató unas gallinas para comer.

n Revolucionario Jesús García “Muerto”. Por la razón de que habiendo sido fusilado y recibido el tiro de gracia, sobrevivió.

n Gral. Francisco Murguía “Pancho Reatas”. Por su inclinación a ajusticiar a sus prisioneros colgándolos. Se dice que en una ocasión después de un combate colgó a 400 villistas en un poblado de Sonora.

n Gral. Pascual Ortiz Rubio “Nopalito”. Por el hecho de que el pueblo al igual que al nopal, lo consideraba muy baboso.

n Gral. Francisco Villa “Pancho Pistolas”. Por su afición a esa arma.

n Gral. Álvaro Obregón “El Perfumado”. Por el hecho de bañarse todos los días.

n Revolucionario Abraham Oros “Polvorín”. Por razón de que siempre cargaba una bolsa con pólvora.

n Gral. Félix Díaz “El Sobrino de su Tío” Por considerarse que el único mérito que podía tener era ser sobrino de Porfirio Díaz.

n Gral. Maclovio Herrera “El Sordo”. Por su sordera.

n Gral. Victoriano Huerta “Chacal”. Por su inclinación a la traición y al asesinato.

n Gral. Francisco Serrano “Tamborino”. Por el hecho de que en su juventud, se decía que había trabajado en un circo tocando los tambores.

Gral. Jesús Morales “El Tuerto”. Por faltarle un ojo.

n Teniente Coronel Francisco Muñoz “Pelillo”. Por su notoria calvicie, lo que llevó a decir a sus compañeros de armas que nada más le quedaba un pelillo.

n Gral. Vidal Garza Pérez “El Oculista”. Por la razón de que estando en un Consejo de Guerra, le preguntó al prisionero que si estaba enfermo, a lo que el reo contestó que sí, pues veía puros tarugos, tras lo cual Vidal le dijo que no tuviera preocupación que él era muy buen oculista y que lo curaría, ordenando en seguida que le dieran una buena receta de sablazos.

Inquirido el reo de cómo seguía, contestó que ya nada más veía un tarugo, por lo que la dosis de sablazos se repitió, y ésta vez con la doble ración el reo dijo sentirse perfectamente, por lo que Vidal cobró fama de buen oculista.

n Diputado Francisco González y González “Virulo”. Por tener un ojo casi cerrado.

n Sara P. de Madero “El Sarape de Madero”. Por el juego de su nombre y la inicial de su apellido Pérez y por ser la esposa de Madero.

n Jesús Urueta “El Príncipe de la Palabra”. Por ser extraordinario orador.

n Revolucionario Teodoro Segundo “Zapote”. Por lo oscuro de su piel.

n Gral. Juvencio Robles “Nerón”. Por su campaña cruel en contra de los zapatistas en 1912, en la que incendiaba pueblos enteros.

Escrito en: Gral., “El, hecho, razón

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