México, DF (Agencias).- Tras la captura de su líder, Rogelio González Pizaña, alias “El Kelín”, los gatilleros de “Los Zetas” ya no sólo llevan a cabo ejecuciones de miembros de bandas rivales, sino que ahora cometen asesinatos al interior de la organización para asumir el control de la misma.
Informes de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) de la PGR señalan que estos sicarios al servicio de Osiel Cárdenas Guillén pretenden mantener el control, asesinando a quienes intentan conducirse de forma independiente o aliarse a otros cárteles del narcotráfico.
“Al interior del cártel del Golfo comenzó una limpia”, ya que la organización está vulnerable ante la detención de sus principales líderes y en fecha reciente ejecutaron a Jesús Treviño Morales, hermano del narcotraficante Miguel Treviño, quien tenía a cargo una célula de “Los Zetas”.
Los informes, que se comparten con el área de Inteligencia del Ejército mexicano, indican que Jesús Treviño, cuyo cuerpo fue encontrado en un domicilio en construcción de la avenida Paseo Colón y Tamazunchale, en Nuevo Laredo, Tamaulipas, se hacía pasar como ingeniero y contratista.
Este presunto delincuente murió a causa de por lo menos 50 disparos de fusil AK-47, arma mejor conocida como “cuerno de chivo”. De igual forma, se tienen indicios de que un joven sicario antes perteneciente a “Los Zetas” fue “levantado” en Nuevo Laredo y posteriormente baleado, torturado y abandonado en Sabinas, Nuevo León, por integrantes de su misma organización.
Sin embargo, el joven, de quien las autoridades se reservaron su nombre, seguía con vida al momento de que fue arrojado en un paraje gravemente herido, por lo que fue trasladado a un hospital de Monterrey, donde declaró que sus plagiarios y torturadores fueron policías municipales de Tamaulipas.
De acuerdo con funcionarios consultados, actualmente “Los Zetas” están liderados por los hermanos Arturo y Gregorio Sauceda Gamboa, este último apodado “El Caramuela”, y de ahí el Peña, “El Grande”, Miguel Treviño Morales, Iván Velásquez, alias “El Talibán”, y Alfredo Rangel Buendía, “El Chicles”.
Estos sicarios mantienen el control de una parte de la frontera norte del país, desde Reynosa, Tamaulipas, hasta Piedras Negras, en Coahuila, al mismo tiempo que dan órdenes a los pistoleros que operan en los estados de Nuevo León, Veracruz, San Luis Potosí, Jalisco, Michoacán, Oaxaca, Chiapas, Quintana Roo y Querétaro.