El violín apareció en Italia a mediados del siglo XVI, aunque todavía hay dudas de quién construyó el primer violín y de cómo se le ocurrió hacerlo.
Atendiendo a la etimología de la palabra, el vocablo italiano violino significa “viola pequeña”, lo cual indica que precede en el tiempo.
Referencias
Las referencias gráficas y documentales ofrecen una pista del surgimiento y la evolución del violín. Las primeras representaciones pictóricas se encuentran en Italia y datan de principio del siglo XVI.
Algunos de los violines representados tienen sólo tres cuerdas, aunque ya por aquel entonces eran conocidos los modelos de cuatro cuerdas.
Los primeros ejemplares que han pervivido hasta nuestros días datan de 1555. En cuanto a los testimonios escritos, el violín es citado por primera vez con este nombre en una tratado francés del compositor Philibert Jambe de Fer, que vivió a mediados del siglo XVI. La palabra que lo designa, violino, no se generalizó hasta finales del siglo XVI.
Lo que sí queda claro es que el violín surgió en Italia. Los más antiguos instrumentos que se conservan provienen de las regiones del norte, principalmente de Brescia y de la región de Milán, así como de Venecia y Cremona, lugares que se erigieron durante los dos siglos siguientes como los centros de liolería más reconocidos del mundo.
Toda una época
Las enormes posibilidades expresivas del violín, en una época en la que la música instrumental ganaba terreno progresivamente, hicieron posible su
reconocimiento y
generación.
Fue precisamente en el ámbito de la música de cámara y orquesta donde el violín ocupó un lugar destacado, si bien gozaba de cierto prestigio en la música vocal de los primeros compositores barrocos.
En este contexto Italia fue, una vez más, el país en el que el violín mantuvo un liderazgo indiscutible, al amparo de los grandes constructores.
El arte
La fama de los italianos en la construcción de instrumentos de cuerda, y especialmente de violines, es muy conocida. Manifiesta Felipe Álvarez, un experto en instrumentos de cuerda, que: “Durante el siglo XVI, coincidiendo con la aparición del violín, Italia se erigió como el principal productor de violines en Europa gracias a tres familias, los Amati, los Guarneri y los Stradivari, quienes han pasado a la posteridad por su maestría en la construcción de violines”.