Zurich (Reuters) - Hace 50 años que los San Bernardos no salvan a alguien de la muerte en las pendientes nevadas de las montañas suizas, y su mantenimiento implica un
costo prohibitivo, pero una fundación ha salido al rescate de los famosos perros.
El Club Suizo de los San Bernardos y otros patrocinadores planean establecer una fundación para que se encargue del cuidado y la cría de estos perros amistosos y grandes, tarea que actualmente está en manos de monjes que dicen que ya no pueden darse ese lujo.
El mantenimiento y el entrenamiento de los perros para labores de rescate ha sido responsabilidad de los religiosos desde hace 300 años.
"Todo el mundo conoce a este perro especial -hay tantas leyendas que vinculan a los San Bernardos con Suiza- y nosotros queremos conservarlos a ellos y a su historia aquí", dijo Rudolf Thomann, presidente del Club Suizo de los San Bernardos y futuro presidente de la planeada fundación.
El hospicio de San Bernardo fue establecido en el siglo XII como un refugio para los viajeros que se quedaban varados en un paso alpino hacia Italia, casi a 2.500 metros sobre el nivel del mar.
Su fama se debe a las proezas de sus perros, que han rescatado a más de 2.000 personas desde el siglo XVII.
La Fundación Barry del Gran San Bernardo fue nombrada en honor a un perro de rescate que salvó a 41 personas en el comienzo del siglo XIX.
La fundación hospedará a los perros en una perrera cercana durante la mayor parte del año, aunque algunos regresarán al hospicio cuando el paso alpino esté abierto, entre junio y octubre.
La búsqueda de sobrevivientes de avalanchas ahora se realiza por medio de helicópteros y detectores de calor.
Para el 2006 también se planea un museo donde los visitantes podrán aprender sobre la historia del San Bernardo, su tradición de transportar pequeños barriles con alcohol y las
hazañas de algunos de estos animales.