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Las suertes charras (Tercera parte)

ixcel carmona bareño

En el JINETEO DE YEGUA al igual que en el de toro, el charro debe permanecer en el lomo de una yegua bruta hasta que ésta deje de reparar. Existen variantes en esta suerte, ya que algunos jinetes la hacen a una mano, con pretal de gaza, con tentemozo, de cara hacia atrás y a la greña (es decir, sin pretal y sólo sujetándose de las crines del animal).

Con la yegua jineteada y sólo en el espacio del ruedo, se realizan las MANGANAS en sus dos modalidades, A PIE y A CABALLO.

Las MANGANAS A PIE las ejecuta un charro que después de florear con arte su reata, la lanza a las manos de la yegua que es arreada por otros tres charros de su equipo a caballo, alrededor del ruedo. Tras engarzar el lazo en las manos de la yegua estira hasta tumbarla. El participante tiene tres oportunidades para manganear, pudiéndolo hacer de diversos estilos, de los cuales uno de los más reconocidos es el “tirón del ahorcado”, en el cual el manganeador hace una lazada alrededor de su cuello y tras estirar a la yegua para que caiga, se deja caer de espaldas dejando correr su lazo cuya punta final está en su cuello.

Tras las de “a pie”, se realizan las MANGANAS A CABALLO, en las cuales el propósito es el mismo que en las anteriores, pero el charro se encuentra montado en su cabalgadura. Una vez más los arreadores acercan a la yegua al manganeador y éste suelta su lazo tras florearlo, tratando de lazar las manos del animal y provocar su caída. En esta modalidad, se tienen también tres oportunidades para ejecutar.

Las manganas, por su grado de dificultad, son las de mayor valor en puntaje para los equipos y por ello la mangana, en general, es considerada por muchos como “la reina de las suertes”.

Finalmente, también en el ruedo y con el apoyo de tres arreadores, un charro ejecuta EL PASO DE LA MUERTE, que es la última de las suertes y una de las más emocionantes, durante la cual el “pasador” sigue en su caballo –sin montura- a una yegua bruta que corre a toda velocidad alrededor del ruedo, al alcanzarla brinca a ella y aguanta los reparos hasta que la bestia pare, sostenido sólo de la crin y en ocasiones cuarteandola –pegándole con su cuarta- para acumular más puntos. Debe caer parado al bajar de la yegua y, de preferencia, agarrándole la oreja. Durante todo el trayecto, sus compañeros de equipo le hacen “sombra” tras la yegua cerril a fin de que ésta no varíe su velocidad o evite el pase del jinete. Una vez más, para consumar la última de las suertes, el equipo cuenta con tres intentos.

Escrito en: yegua, tres, charro, MANGANAS

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