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Editoriales

Los yernos

Gaby Vargas

Un hijo de la guayaba con unos hijos preciosos... Ésta es la respuesta que me da, en tono sarcástico, un futuro suegro cuando le pido "Dame una descripción de yerno". Y sigue: Nada más de imaginarme al infeliz que se va a llevar a mi niña, ya lo odio... Es verdad, no es fácil. Si el hecho de soltar, en general, no es fácil... pues lo es menos cuando se trata de soltar a una hija. Así que los yernos deben tomar en cuenta esto desde el momento en que decidan pedir la mano de su novia. Cualquier papá desearía un príncipe azul para su niña, es lógico... y pocos, a sus ojos, llenan ese papel. Estarás de acuerdo conmigo en que, por lo general, la relación entre suegros y yernos suele deslizarse más sutilmente que entre nueras y suegras. ¿La razón? Sin duda, en el tema de las relaciones, los hombres ven la vida con más simpleza. Lo que para una mujer puede considerarse un fuerte agravio, para ellos no es más que una sutileza intrascendente. Sin embargo, habiendo dicho lo anterior, cumplo con la tarea de coleccionar opiniones sobre los yernos y descubro que, también, dentro de las reglas del juego, existen fundamentos para que yerno y suegros puedan llevar una buena relación: 1) Déjala ser. Hay que comprender que para algunos papás, la mayor felicidad es ver a su hija feliz. Ésa es la mejor forma de echártelos a la bolsa, para siempre. La fórmula es muy sencilla: trátala como princesa y déjala ser. Mi yerno es lindo, lo que no me gusta es que ¡no la deja ser! No la deja desarrollarse. Ella quiere estudiar fotografía y él dice que eso no es para una mujer casada. Piensa que si tú, como esposo, le das a su hija la libertad de ser ella misma, ganas dos cosas: el agradecimiento de tus suegros que, quizá, no te importe mucho y el amor de tu esposa que, de seguro, sí te importa. 2) Sé prudente. Mi yerno es un conchudo... me dice un suegro frustrado, ¿Sabes qué hace todos los domingos? Llega a la casa y se sienta tranquilamente, en mi sillón favorito y, además, ¡se apodera del control de la tele! Que nunca digan esto de ti. 3) Sé espléndido. En la medida de tus posibilidades, trata de ser generoso. No hay nada peor que un esposo miserable. Si tus suegros ven que eres generoso con su hija, con el gasto o con el tiempo que le dedicas a la familia, no tendrán de otra que amarte. 4) Evita que te tilden de gorrón. Cuando los invitamos a comer, a pasear o al cine, bueno, él ni siquiera saca la cartera para pagar ¡un algodón!, ya no digas las palomitas y los refrescos. Es mejor que te recuerden compartiendo con ellos y no abusando de ellos. 5) Evita las discusiones peligrosas. Si entre amigos hay temas difíciles de tratar como religión, política, diferentes filosofías o la educación de los hijos, ¿para qué insistir en tratarlos con los suegros? 6) Sé independiente. Si quieres gozar de la libertad, es muy fácil: No trabajes para tu suegro. Imagina que te dice "Oye, nos vemos el domingo a comer, ¿eh?" Y tú tenías plan para ir a los toros con tus amigos... ¿Cómo le dices que no al suegro-jefe? Ahora que, si de plano, por X razón, no te queda de otra y trabajas para tu suegro, sobra decir que tienes que esmerarte más que cualquier empleado para ser el mejor, el más puntual y el más responsable. ¿Te imaginas lo que sería para un suegro ver que su yerno es ¡¡un flojo!!? Enfócate y, mejor, aprovecha la oportunidad para ganarte su respeto y admiración, él va a hablar de tu desempeño con su hija y, al final, vas a ganar por partida doble. 7) Evita meterte. Entre hermanos, es común que haya discusiones, vivieron muchos años juntos y se tienen la confianza para discutir hasta por una tontería sin que trascienda a mayor cosa. Si ves que tu esposa discute con su hermano, déjalos, no te metas. Al rato, se les olvida. 8) Agradéceles. El truco para mantener una buena relación con tus suegros es enfatizar todo lo que tienes que agradecerles. Sí, es probable que haya diferencias, en miles de sutilezas, pero si amas a tu esposa, tienes ¡mucho qué agradecerles! Por ejemplo: que la hayan traído al mundo y que la hayan educado de la manera como lo hicieron. Recuerda que si no, no te habrías enamorado de ella. Además, piensa, tus hijos son una monada y, aunque no lo creas, tienen muchos genes de tus suegros. Sin su contribución no serían como son. Pensar todo esto, es mejor que enfocar tu atención en quejarte de ellos, en pensar en lo difíciles que son y demás... ¿Para qué? Mejor céntrate en todo lo que tienes que agradecerles y, te aseguro, tu relación mejorará de manera significativa. 9) Mantén el sentido del humor.- Ahora que si en verdad ya trataste todo lo anterior y nada funciona, te sugiero mantener este maravilloso sentido, el humor ya que, sin él, puede que un día sííí te den ganas de matar a su suegra.

Escrito en: que,, suegros, yernos, yerno

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