Para Mayela del Carmen
La ciudad de Durango cuenta con una vastísima e importante obra artística mural, tanto en inmuebles públicos como privados.
La tradición de la pintura mural en nuestra ciudad se remonta a los años treinta del siglo XX, cuando se realizan las primeras obras de estas características. El esfuerzo y la visión del general Carlos Real, gobernador de Durango de 1932 a 1935, permitieron que Durango se insertara en el movimiento nacionalista que los artistas plásticos habían venido impulsando desde la década anterior en la Ciudad de México.
La Escuela Guadalupe Victoria, construida por el general Carlos Real en 1932, recibió en sus interiores el trabajo de las primeras obras murales que se ejecutaron en Durango, las que buscaban contribuir al sentido pedagógico del inmueble. Fueron encargadas al maestro Manuel Guillermo de Lourdes, quien se encontraba en la ciudad; a partir de 1934 se puso al frente de un grupo de pintores de la localidad para realizar los bellos murales del edificio, algunos de los cuales aún, afortunadamente, se conservan.
Lourdes, originario de Aguascalientes, fue discípulo de Saturnino Herrán y llegó a Durango expresamente para realizar los murales de la Escuela Superior Guadalupe Victoria. La composición plástica de su obra, con un profundo sentido nacionalista, aun en sus evocaciones clásicas, está influida indiscutiblemente por el estilo Art Déco en boga en esa época.
Luego, unos años después vendría a trabajar a Durango otro de los grandes muralistas de la llamada Segunda Generación, heredero de una profunda tradición artística: Francisco Montoya de la Cruz. Él realizó su primer mural en el Palacio de Gobierno en el año de 1937, plasmando a lo largo de su trayectoria murales cuando menos en seis edificios de la ciudad.
PATRIMONIO PÚBLICO
En nuestra ciudad existen más de 60 pinturas murales, la mayoría de ellas ubicadas en edificios públicos de toda índole, desde oficinas hasta escuelas; otras más se encuentran en edificios particulares, las cuales han sido debidamente conservadas por sus propietarios para el disfrute de sus visitantes. La pintura mural, por sus características es sin duda un patrimonio de toda la comunidad.
Cuando menos en 18 edificios públicos y en ocho edificios privados, pero en áreas públicas, se conservan pinturas murales de gran categoría. Entre los edificios públicos de la ciudad, sin duda, el Palacio de Gobierno es el que conserva la mayor cantidad de ellos, la mayoría de una factura impecable. El Hotel Casablanca es el edificio privado que reúne en su interior la mayor cantidad de murales, todos ellos de magnífica realización. Otros edificios importantes que conservan obra mural, que no debe dejar de conocer, son la Escuela Guadalupe Victoria, el Centro Escolar Revolución, la Casa Ramírez y el Palacio Municipal.
En la conformación de este patrimonio pictórico han participado numerosos artistas, quienes, con su gran sensibilidad y su particular visión de su momento histórico, han realizado su obra en grandes paneles o en muros fijos a lo largo de toda la ciudad, plasmados para el disfrute de todos.
PALACIO DE GOBIERNO
-Murales del patio principal. Al entrar al Palacio por la puerta principal encontrará en el zaguán dos enormes murales al óleo del pincel de Guillermo de Lourdes, realizados alrededor de 1934 y 1935, uno es una alegoría conocida como “El trabajo en la hacienda porfiriana” y otro denominado “La acordada”, que describe el reclutamiento antes de la Revolución.
En el patio en la planta baja podrá reconocer otros murales del propio autor, en el muro frontal y sus laterales se representan “Historia de la Revolución” y “La lucha de facciones”, el orden cronológico de la narración es de izquierda a derecha. Completa la obra mural de la planta baja una serie de escudos de armas pintados al óleo por Horacio Rentería Rocha, entre 1935 y 1936. En los corredores sobre cada una de las columnas del patio existe además una pintura al acrílico de Ernesto Flores Esquivel, conocida como “La educación prehispánica”.
En la planta alta, los murales que corresponden al frente de la escalera fueron realizados por Guillermo de Lourdes y Horacio Rentería (1935) y es la alegoría “La patria con los brazos abiertos cobijando al pueblo”. El resto de los murales de los corredores de este patio son pinturas al fresco realizadas por el maestro Francisco Montoya de la Cruz, entre 1950 y 1952. En el corredor Oriente se puede apreciar el fresco “La educación pública en Durango”; en el corredor Sur se encuentra el fresco “La industrialización y el progreso de Durango”, y en el corredor Oriente el llamado “La agricultura y la minería en Durango”.
-Otros murales. La escalera principal encontrará en la rampa central dos pequeños murales del maestro De Lourdes de la misma época. Las alegorías pintadas en la parte superior del cubo de la escalera son “La llegada de Juárez a Durango”, aludiendo a su regreso triunfal, tras la caída del Imperio, y el otro recuerda “La fundación de Analco” por los frailes franciscanos; ambos murales son obra de José Luis Sandoval.
En el salón principal del Palacio, conocido como Sala de Gobernadores, puede admirar un espléndido mural al fresco que realizara el maestro Francisco Montoya de la Cruz (1937) y es conocido como “La liberación de los trabajadores”. En el cubo de la escalera del patio de la casa anexa del Palacio de Gobierno el maestro Guillermo Bravo Morán realizó un mural pintado en acrílico, que representa una alegoría al papel del ferrocarril en la lucha revolucionaria y en el desarrollo de México.
HOTEL CASABLANCA
Este edificio, que se ha convertido en un icono del Centro Histórico, construido a mediados del siglo XX, paulatinamente ha ido captando numerosas obras de arte, entre ellas varios murales de pequeño y medio formato. Destacan en el restaurante dos pequeños murales montados sobre paneles transportables, uno del pincel de Rojo Garrido, realizado en 1976, y el otro una naturaleza muerta, fechada en 1959, del pincel de Irene Arias.
En el descanso de la escalera del lobby que lleva al mezanine podrá apreciar un curioso mural al óleo realizado por Hipólito Juárez en 1954, que posiblemente influyó en el mural de José Luis Sandoval en las escaleras del Palacio de Gobierno. Este mural representa a los antiguos edificios de dos pisos, con bellas arcadas, que se encontraban en la Plaza de Armas frente a la Catedral y fueron demolidos en 1917.
Una de las joyas que conserva el hotel, y es prácticamente desconocida, es un espléndido mural en acrílico realizado en 1965 por Guillermo Bravo, que se encuentra en la sala del pequeño bar del hotel; el espacio está cerrado al público desde hace más de 15 años, lo que ha hecho que esta obra de espléndida factura sea prácticamente desconocida. Para conocerlo deberá pedir permiso para tener acceso a este lugar.
ESCUELA GUADALUPE VICTORIA
Es justo en esta escuela donde dio inicio el Muralismo en Durango; afortunadamente se conserva la mayor parte de las obras realizadas por el maestro Guillermo de Lourdes entre 1934 y 1935.
En el acceso principal a los lados de la Dirección, podrá observar dos pequeños murales enmarcados en cantera. Uno de ellos es una evocación de la justicia y el otro de la libertad. En el salón de actos, en la planta alta del edifico central, se conservan dos grandes murales dedicados a “Phalas Atenea”, simbolizando la sabiduría en actitud serena; toda la ornamentación es completamente italiana y hasta las orlas y remates expresan un gusto de marcado refinamiento bizantino.
Un fragmento de otro mural se conserva en el pórtico del edifico principal, hacia el patio posterior de la escuela.
CASA RAMÍREZ
Esta casa perteneció al más importante historiador mexicano del siglo XIX, sin duda uno de los grandes sabios de la nación. Ahora se emplea como Unidad Administrativa de la UJED, y conserva en su interior un conjunto de cuatro murales pintados al fresco de la autoría del maestro Francisco Montoya de la Cruz (1939), de cuando funcionaba en este lugar la Escuela Normal.
Los murales de temáticas muy diferentes entre sí presentan en su conjunto una visión muy importante de la época. Uno de ellos, llamado “La emancipación de la mujer”, lleva una inscripción francamente incisiva: una cruz gamada en la cima de la opresión, lo que era un auténtico llamado de atención de Montoya al creciente fascismo en 1939. Otro más, “Las armas de la fe y de la fuerza para la Conquista”, es una crítica puntual a ese violento proceso en la Nueva Vizcaya.
“La educación y el futuro de los pueblos” presenta un modelo idealista del crecimiento a partir del trabajo intenso y comprometido del maestro, como motor y eje de transformación de las mentalidades.
PALACIO ESCÁRZAGA
En 1952 el maestro Francisco Montoya de la Cruz realizó al fresco el mural “La ciudad de Durango”, obra efectuada en el cubo de la escalera del Palacio Municipal. Con un trazo fuerte y firme, muestra en sus tres paredes el proceso de desarrollo de la ciudad, desde su descubrimiento hasta el incipiente desarrollo que se iniciaba en la década de los cuarenta del siglo XX.
En el primer muro representa una alegoría al descubrimiento que realizara Ginés Vázquez del Mercado del cerro que llevaría su nombre. Aparecen protegidos por armaduras, caballos y soldados españoles, y la imagen de misioneros flechados sobre el cuerpo yerto de un indígena. Finalmente, un español que simboliza a Francisco de Ibarra planta un estandarte en señal de triunfo, pero también indicando el punto de fundación de la ciudad.
En otro muro, sostenida por una mano mestiza, se levanta una maqueta de la ciudad de Durango, que simboliza el desarrollo armónico y estable de la ciudad. En la esquina superior se representan al general Pedro Celestino Negrete, herido en la cabeza durante la toma de ciudad. Un enorme rostro de Morelos nos ubica el momento del surgimiento de la República; es acompañado por el duranguense Guadalupe Victoria, primer Presidente de México.
El tercer muro presenta una escena del incendio que sufriera la ciudad en 1913 durante la Revolución. En una de las calles de la ciudad, de frente se representa al general Domingo Arrieta, primer gobernador constitucional del estado, portando una banda tricolor y a sus lados los generales Calixto Contreras y Pánfilo Natera. En la parte superior y al extremo del mural, surgen diversas estructuras metálicas y maquinarias, labrando los suelos en representación del nacimiento del Durango que se gestara en la Revolución.
POSADA DURÁN
En este edificio, en el que ahora funciona una tienda de Sanborns, se localiza un mural realizado en piroxilina (1953) por el maestro Francisco Montoya de la Cruz, para el entonces Hotel Posada Durán, con el título de “La Adelita”, el cual es una alegoría a la participación épica de la mujer en la lucha revolucionaria.
Recientemente restaurado, fue trasladado dentro del mismo edificio al área del bar, donde se puede admirar en todo su esplendor.
BUSQUE
Cómo llegar
Es necesario conocer los murales, joyas verdaderas de la ciudad.
-Palacio de Gobierno. Situado frente a la Plaza IV Centenario, en la calle 5 de Febrero y Bruno Martínez, a una cuadra de la Plaza de Armas.
-Hotel Casablanca. Se localiza en la esquina de la avenida 20 de Noviembre y Zaragoza, a escasas dos cuadras al poniente de la Plaza de Armas.
-Escuela Guadalupe Victoria. Ubicada frente a la Plazuela Baca Ortiz, dos cuadras al sur de la Plaza de Armas.
-Casa Ramírez. Situada en la esquina de Negrete y Bruno Martínez, a sólo dos cuadras al norte de la Plaza de Armas.
-Palacio Escárzaga. A unos pasos al oriente de la Plaza de Armas, se encuentra en la esquina de 20 de Noviembre y Victoria.
-Posada Durán. Este conocido edificio, que alberga una cadena de tiendas nacional, se encuentra en 20 de Noviembre y Juárez, justo en contraesquina de la Plaza de Armas.
FUENTE: Investigación de Javier Guerrero Romero.
¿SABÍAS QUE...?
... Irene Arias realizó el primer mural en Durango que no se refiere a un acontecimiento épico o a un sitio histórico; se trata de un bodegón que pintó para el Hotel Casablanca (1959).