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Perduran a través del tiempo

Es innegable lo interesante que resulta la cinematografía mexicana de ciencia-ficción. Desde El Moderno Barba Azul (Jaime Salvador, 1946) el país ha ofrecido una gran y variada cantidad de películas que son un aporte al género. Aquí se plantea un completo recorrido por esta filmografía, clasificada basándose en la recurrencia de algunos temas y situaciones.

Una primera definición dice que los elementos que dan origen a una obra de ciencia-ficción son dos: una búsqueda por la definición del hombre y su posición en el universo, basada en el avance del conocimiento científico de la época.

Otra definición, más actual, dice que la ciencia-ficción trata de los eventos que no sucedieron, pueden haber sucedido o no han sucedido aún; considerando estos eventos de manera racional y enfocándose a los efectos que causan los cambios en las personas.

El cine, en contrapunto a la literatura, ha preferido como temas: los errores científicos, la unión de países en contra de monstruos invasores, la hostilidad sin razón de las personas contra los seres extraterrestres y los aspectos malévolos de la tecnología.

A diferencia de la literatura, el cine de ciencia-ficción se ha enfocado más a la representación de criaturas y escenarios diversos, en las que se representan alienígenas, criaturas mutantes o seres humanos sin alma, entre muchos otros melodramas donde los personajes requieren de una caracterización especializada.

Esto dio origen, a comienzos de los setenta, a una nueva categoría de películas denotada como Monster Movies, misma que se tradujo en un gran apogeo para la industria fílmica mexicana de la época.

Adaptaciones Literarias

Alfredo B. Crevenna dirige El Hombre que Logró ser Invisible en 1957, con guión de Alfredo Salazar y Julio Alejandro, éste, basado a su vez en el argumento original de H. G. Wells.

Posteriormente, en 1960, Rafael Baledón dirige Orlak: El Infierno de Frankenstein, con guión de Alfredo Ruanova y Carlos Enrique Taboada, adaptando el argumento original de Mary Shelley; Aventura al Centro de la Tierra, realizada por Alfredo B. Crevenna en 1964 con guión de José María Fernández Unsain, adapta partes de la obra homónima de Jules Verne.

En 1974, Felipe Cazals utiliza en El Año de la Peste un guión de Juan Arturo Brennan para adaptar la obra de Gabriel García Márquez, mientras que Sergio Goyri, en 1992, retoma partes del argumento de Mary Shelley en Arma Secreta.

Monstruos

Dirigida en 1957 por Rafael Portillo, La Momia Azteca Contra el Robot Humano mezcla en su argumento elementos de la ciencia-ficción: el científico, robots y psicología, con elementos meramente fantásticos como son la Momia y los objetos sagrados.

Sobre esa misma línea, Rogelio A. González realiza en 1959 La Nave de los Monstruos, donde las venusinas Gamma y Beta junto con un robot van por el universo en un cohete espacial, raptando monstruos hasta quedar varadas en el rancho de “Piporro”, quien les explica lo que es el amor, cantando.

Tan heterogénea como puede parecer, La Nave de los Monstruos, realizada sobre un guión de Alfredo Varela, fue no sólo un éxito de taquilla, sino que se ha convertido junto con Brainiac y El Vampiro en películas de culto entre los aficionados a la filmografía de Serie B en todo el mundo.

Venusinas

El papel de Lorena Velásquez en El Planeta de las Mujeres Invasoras, realizada en 1965 por Federico Curiel, inspiró toda una imaginería de sensualidad dentro del cine de ciencia-ficción. Ese mismo año, Alfredo B. Crevenna dirige Gigantes Planetarios, con la actuación de Adriana Roel e Irma Lozano y luego, en 1966, Federico Curiel dirige a Blanca Sánchez y María Elena Cervantes en Arañas Infernales; en 1968, Gilberto Martínez Solares dirige a Regina Torné y Gilda Miros en Blue Demon y las Seductoras. Y finalmente, en 1989 aparecen Lorena Herrera, Jacaranda Alfaro, Lucero Reynoso, Adriana Rojas, Bárbara Ferrer y Alejandra Meyer bajo la dirección de Alberto Rojas en la película: Dos Nacos en el Planeta de las Mujeres

Con todo, la ciencia-ficción mexicana ha presentado otros extraterrestres además de las voluptuosas rubias. En 1968, Juan Ibáñez dirige a Karloff en el filme Invasión Siniestra, donde un extraterrestre proporciona a un científico perverso mujeres para que éste las mate, entre ellas una con el rostro deforme; por su parte, Rafael Lanuza conceptualiza en 1972 a Silio, El Niño Dorado de la Galaxia Arminia; mientras que Gilberto Martínez Solares, en 1977, enfrenta a sus héroes enmascarados contra un grupo de extraterrestres malignos que provocan los accidentes en el Triángulo de las Bermudas o el astronauta maya que filma Rodolfo de Anda en la película Abriendo Fuego de 1977.

Acción

Es en 1967 cuando el cineasta mexicano Jaime Salvador incursiona en el género de acción, al realizar Alerta: Alta Tensión, también conocida como La Muerte de un Farsante, la película narra las aventuras de un agente especial caracterizado por Jorge Rivero que se ve envuelto en una trama de inventores, radiaciones atómicas y dobles exactos hechos a partir de cirugía estética.

Esta cinta, aunada al éxito de taquilla de otras como fueron las de Santo y Blue Demon, dio lugar a filmes como: Las Tigresas y Muñecas Peligrosas dirigidas por Rafael Baledón en 1967; Peligro: Mujeres en Acción realizada por René Cardona Jr. el mismo año; Cazadores de Espías que realizó Rafael Baledón en 1968; Karla Contra los Jaguares filmada en 1973 por Juan Manuel Herrera y a la que siguió Los Jaguares Contra el Invasor Misterioso también de 1973.

Superhéroes

En El Ídolo Maldito, realizada por René Cardona en 1971, y a la que siguió La Invasión de los Muertos, aparece el tibetano telépata Zovek, quien posee poderes sobrenaturales que utiliza para combatir primero a un científico con poderes similares, y luego a una poderosa fuerza extraterrestre que da vida a los muertos.

Sobre este mismo rubro están las películas: Superzan, El Increíble, realizada en 1971 por Federico Curiel; Superzan y El Niño del Espacio, realizada en 1972 por Rafael Lanuza, además de Kalimán en el Siniestro Mundo de Humanón, que realizara Alberto Mariscal en 1974.

Miscelánea

A finales de los años setenta el cine mexicano sufre una rápida degradación en cuanto a recursos y argumentos; la ciencia-ficción, lo mismo que otros géneros que hasta el momento habían sido bien aceptados entre el público y los productores nacionales, queda relegada a los filmes: Bloody Marlene realizada por Alberto Mariscal en 1977, Superpolicía 880 (1982) de Pedro Galindo III y Arma Secreta (1992) de Sergio Goyri.

Por su parte Gilberto Martínez retoma las historias de aventuras y héroes de acción en su filme Misterio en las Bermudas (1977), tema que retoman Alfredo Gurrola en Comando de la Muerte (1990) y Sergio Goyri en Retén (1991). René Cardona Jr. mezcla otra vez la ciencia-ficción y el horror con la cinta El Ataque de los Pájaros (1986), mientras que productores como Benito Perojo optan por el cine experimental en obras como: Historias Violentas de 1984, que incluye entre sus historias una de ciencia-ficción titulada Reflejos. Anuar Badín, por su parte, se dirige al público infantil con el largometraje animado Los Supersabios (1978) y lo mismo hacen René Cardona III y Julio Martínez, éstos con los filmes Keyko en Peligro y La Invasión de los Monstruos del Espacio, filmados en 1990.

Es en esta década, los noventa, que el Centro de Capacitación Cinematográfica produce los cortometrajes: La Última Luna, UFO y Lluvia Ácida; mientras que el Instituto Mexicano de Cinematografía produce, en 1991, la ópera prima de Guillermo del Toro: La Invención de Cronos; quien en 1997 dirigiera el filme Mimic, que puede contarse entre los poquísimos filmes de ciencia-ficción que se han hecho en el extranjero por mexicanos, o en México por extranjeros, como sería el caso de Katuwira: Donde Nacen y Mueren los Sueños (1994) de Iñigo Vallejo Nájera y The Faculty filmada en 1999 por Robert Rodríguez.

Conclusiones

Desde los orígenes del cine de argumento en México, ubicado entre 1916 y 1931, la industria cinematográfica mexicana siempre pretendió convertirse en un negocio floreciente a la manera de Hollywood. Si nunca llegó a establecerse tal industria, se debió principalmente a la fuerte competencia del cine extranjero y a los precarios recursos disponibles.

Tal carencia, que se vio reflejada en un cine de baja calidad y poco desarrollo técnico, generó la frecuente indiferencia del público y mermó las expectativas de actores, directores y productores, quienes prefirieron hacer de la industria un espectáculo en busca de beneficios económicos en vez de una forma de arte o un medio que analizara la realidad social.

Es bajo este panorama que el cine de ciencia-ficción, un género que siempre se ha caracterizado por un importante despliegue técnico en el ámbito de posproducción, escenografía, vestuarios, maquillaje y efectos visuales, no ha fructificado; debido principalmente a las precarias circunstancias de producción, mismas que obligaron a los realizadores a otro tipo de argumentos, o en su defecto recurrir al video y cortometraje, que por el momento y desde 1997 mantienen viva la producción del cine mexicano de ciencia-ficción.

Luchadores

Santo, el ídolo

Las películas de El Santo son valoradas por fans no sólo de México, sino de todo el mundo, y sus películas de ciencia-ficción son un antecedente importante para la filmografía nacional.

*Federico Curiel dirige en 1960 Neutrón: El Enmascarado Negro, la primera de una saga que siguió con Neutrón contra los Autómatas de la Muerte (1960) y Neutrón contra el Asombroso Doctor Caronte (1962).

*El éxito de estas cintas, mezcla de acción con historias detectivescas, protagonizadas por el luchador enmascarado, se hicieron clásicos de la filmografía nacional e incluso internacional, entonces Santo, El Enmascarado de Plata, se convirtió en ídolo.

*El Santo enseñó que toda irrealidad es posible, participó en más de cincuenta filmes que pueden clasificarse en diversos géneros.

*En lo que respecta a la ciencia-ficción aparecieron en las películas: Profanadores de Tumbas, La Invasión de los Marcianos, La Hija de Frankenstein, Los Asesinos de otros Mundos y hasta El Santo contra Capulina.

*Además, El Santo apareció en otros filmes de ciencia-ficción, como son: Santo contra Blue Demon en la Atlántida, Santo y Blue Demon contra los Monstruos, y Santo y Blue Demon contra el Doctor Frankenstein.

*Blue Demon, quien al principio actuaba a dúo con El Santo, realizó luego los filmes: Cerebros Infernales, Pasaporte a la Muerte y Destructor de Espías.

FUENTE: Investigación de El Siglo de Durango.

Pioneros

Filmes inolvidables

El primer filme mexicano de ciencia-ficción del que se tiene noticia es el largometraje El Moderno Barba Azul, dirigido por Jaime Salvador en 1946 y protagonizado por el actor Búster Keaton; también conocida como Boom in the Moon o The Modern Bluebeard, la película se realizó en idioma inglés en los Estudios Azteca y se estrenó el 6 de junio de 1947 en el Palacio Chino.

A ésta siguieron: El Hombre sin Rostro, dirigida por Juan Bustillo Oro en 1950; Los Platillos Voladores o Los Platos Voladores de Julián Soler en 1955; El Monstruo de la Montaña Hueca dirigida por Ismael Rodríguez en 1956, y que se conoce también como Beast of Hollow Mountain, Valley of the Mist o La Bestia de la Montaña; además de Ladrón de Cadáveres, realizada por Alfredo B. Crevenna también en 1956. Debe destacarse que cada una de estas películas aborda la ciencia-ficción desde muy diversas perspectivas; los viajes espaciales, la psiquiatría, la aparición de bestias extraterrestres o prehistóricas, los trasplantes de órganos y, por último, los héroes de acción venidos de la lucha libre. Temas que serían desde entonces, recurrentes en la filmografía de ciencia-ficción mexicana.

Escrito en: ciencia-ficción, cine, realizada, Santo

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