México, DF (SUN).-Mientras el albañil repara ladrillo a ladrillo el derruido muro que delimita las instalaciones del América, los aficionados descubren a través de ese boquete la reconstrucción orquestada por Mario Carrillo en los campos de Coapa.
Es la curva de escaso peralte en Prolongación División del Norte, la que lacera poco a poco la desgastada muralla que protege las canchas de los azulcremas.
Recién ahí la madrugada del domingo pasado, el conductor de un Mustang sacudió la pared hasta en dos ocasiones, luego de rebotar, al perder el control del vehículo.
Ayer, el representante del infractor Carlos Manzo se presentó para supervisar la reparación del muro, que es a lo que se comprometió.
Pero el albañil, que hace la mezcla y coloca los ladrillos, se encuentra con algunas complicaciones: rodeado de público afanado por ver el entrenamiento de Carrillo y regañado por el representante del predio.
¿Y usted le va al América? le preguntan al “maestro”.
Me va a salir roña responde sin levantar la mirada.
Con razón lo regañaron. Es albañil, le va al Cruz Azul...
Albañil descubre cambios
Y aunque los trabajadores se aprestan a tapar la visibilidad con las barreras metálicas, los dos boquetes descubren la alineación de Carrillo de cara al juego contra Necaxa: Ochoa; Castro, González Tahuilán, Davino, Salinas y Pérez; Pardo, Villa y Valenzuela; Navia y Piojo López.
En el complemento, el técnico cambia a línea de cuatro, con la salida de González Tahuilán y el ingreso del brasileño Djalminha .
La presencia de Ochoa en el marco también descubre el fin de la alternancia iniciada por Ruggeri, debido a la contratación de Sebastián Saja.
Ahí, don Enrique Ortega americanista hasta la empuñadura, se queja por la falta de acceso y las burlas orquestadas por los conductores. “Van a perder”, vaticina el chofer de una ambulancia, quien hace uso del altavoz.
Y el pequeño vestido de Águila, mejor sugiere: “Papá, ya vámonos...”.