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Deportes

Sin miedo al agua

Pedro Galindo Morales

La natación es uno de los deportes más completos, pues al practicarlo se ponen en acción todos lo músculos del cuerpo, incluyendo el cardiaco.

La recomendación de instructores especializados es que el pequeño inicie la práctica de esta disciplina desde los cuatro años para su ejercicio, pero el contacto con el agua debe ser desde los primeros meses de nacido.

La inmersión del niño, dentro del primer año de vida, es simplemente para crearle un mundo que no es tan desconocido, pues el vientre donde se gestó nueve meses es similar a una bolsa con agua. Como el niño no puede practicar otros juegos, como correr, agacharse o caminar, el mundo acuático le ofrece gran entretenimiento, además de incrementar su independencia y su inteligencia.

primeros pasos

Todos los ejercicios que el infante haga antes de los cuatro años deben ser únicamente de estimulación y no para inculcarle el aprendizaje de la natación en forma, pues a esa edad el pequeño no tiene la coordinación requerida para llevar una rutina en cuestión de sincronía entre brazos, piernas y la respiración. De otro modo el niño puede sentirse forzado a aprender esta disciplina, lo ideal es que se tome como un juego donde el niño pueda aprender de manera natural a mover el cuerpo dentro del agua.

El instructor especializado en natación, egresado de la Escuela de Educación Física y Deporte de la Universidad Juárez, Roberto Domínguez, recomienda y sugiere un programa que de be seguir los niños al momento de formar parte de una clase de natación.

Primeramente, el menor debe conocer las instalaciones, se le da un paseo por el inmueble, visitando los vestidores, alberca y otros departamentos que posea dicha institución.

La familiarización y contacto con el agua, poco a poco debe hacerse con la ayuda de sus padres, para que sienta la confianza en un mundo al que no está acostumbrado, posteriormente el dominio del cuerpo dentro del agua se va dando por reconocimiento propio, el pequeño sólo se da cuenta con qué velocidad puede mover sus extremidades cuando está sumergido.

Existen varios ejercicios que los instructores proponen a los niños, para facilitarles el acoplamiento con el agua, como lo es los barrilitos y las flechitas, que no son más que deslizamientos en diferentes posiciones que ayudan al niño a moverse dentro de la alberca.

Para la respiración, Roberto Domínguez instruye a los niños con los llamados bucitos, que constan de rutinas de retención de la respiración por lapsos cada vez más largos, sin esforzar al educando.

El siguiente punto es la introducción a los diferentes estilos de nado: libre, dorso, pecho y mariposa, en su variedad de modalidades de patada, brazada, patada libre, brazada libre y completo.

La última parte del programa comprende la introducción a clavados, donde se practican primeramente las posiciones elementales: sentado, hincado y parado, en el caso de avanzados, vuelta y maromas.

Es importante el trato con los niños desde el punto de vista psicológico, para que le tengan confianza al maestro, pues de lo contrario los pequeños pueden rechazar las clases y resistirse al aprendizaje de forma voluntaria o involuntaria, es necesario que el menor se sienta cómodo y relajado en este tipo de adiestramientos.

De la misma manera, la duración de estos entrenamientos no debe exceder los 35 minutos para principiantes, 45 para intermedios y una hora para avanzados, esto con el fin de cubrir el requisito mencionado anteriormente de la comodidad del chico.

Quien alguna vez cruzara el Canal de la Cancha, Rubén Hernández, define la natación como un arte que tiene como objeto avanzar en el agua con movimiento rítmico de brazos y piernas, y que debe ser aprendida por los menores como un seguro de vida, pues al momento de sufrir un accidente o caer por error en el agua es el detonante para seguir viviendo.

Comenta también que los niños deben aprender a no tenerle miedo al agua, pero sin dejar de respetarla, dejando el miedo afuera de la alberca, el niño se puede enseñar a nadar en un día.

Agregó que para que pueda efectuarse la práctica de este deporte en un centro o institución, éstos deben estar conformados con las medidas de seguridad necesarias para obtener un resultado positivo, primeramente la asistencia de un médico, un instructor que en todo momento esté cerca de los niños y las instalaciones en buen estado, sobre todo lo relacionado con lo eléctrico.

PREVENCIÓN

DE ACCIDENTES

Para la prevención de accidentes en el agua se debe tener la supervisión directa de un adulto, pues una breve distracción puede ocasionar un percance.

Se deben evitar los juguetes dentro de la alberca, incluso flotadores, en caso que sean bebés los que se encuentran en la piscina, la mayor seguridad es estar en los brazos de un mayor de edad.

No permitir la introducción en los lugares donde el fondo no es claramente visible, pues el agua debe estar siempre limpia y con los cuidados sanitarios adecuados, para evitar intoxicaciones o problemas dermatológicos de cuidado.

No permitir que los niños salten del borde de la piscina, pues pueden sufrir golpes a causa de malas caídas o lastimar a otros nadadores que se encuentren en ese lugar.

Aunque los niños sepan nadar, no se les debe perder de vista cuando caminan alrededor de la alberca, así como prohibir los juegos en los que intervienen empujones y corridas cercanas a la piscina.

Evitar la inmersión completa de los niños que no han aprendido a controlar su respiración bajo el agua, pues ésta puede ser aspirada y pasar a los pulmones con graves consecuencias.

El instructor de natación Felipe Barrera opina sobre la introducción del niño al medio acuático, “primordialmente debe ser en forma de diversión, para que el niño lo vea como un juego y la adaptación sea más rápida”.

Señala que la respiración es parte elemental para la práctica de la natación, inclusive ya en competencias el ritmo cardiaco debe ser medido constantemente, para prever paros al corazón, los ejercicios de respiración se deben hacer afuera de la alberca antes de iniciar la competencia.

CASOS

ESPECIALES

El mismo Barrera menciona cómo debe ser el trato a los niños con discapacidad, inicialmente se hace una valoración sobre los problemas del menor, para así indicar la rutina adecuada que se debe seguir.

La atención sobre los niños especiales se basa en un programa de acuerdo a las capacidades físicas y motoras, de igual manera se realizan los ejercicios de reconocimiento de la alberca, para que adquiera confianza, tanto del maestro, como de sí mismo.

En el caso de los niños con problemas asmáticos, si se les enseña a trabajar la respiración de forma adecuada, pueden dar mejores resultados, pues ellos tienen más capacidad de retención del aire en los pulmones, así como una cantidad mayor de oxígeno, que permite el desarrollo óptimo de la natación.

En el caso de los niños que asisten a un centro de natación teniendo algún trauma o fobia, explica el joven instructor Sergio Domínguez que es muy común ver este tipo de casos, que suceden normalmente por que los papás los obligan a aprender a nadar de una manera que no es la adecuada, pues el niño debe ser quien tome la iniciativa para querer aprender a nadar.

Hay casos donde al niño se le presionó a nadar en un lugar donde él no quería, o cuando se cayó en una alberca y duró un tiempo considerable bajo el agua o jugaron con él bruscamente, hasta traumatizarlo.

El método recomendable es acompañar al niño que tiene el problema a caminar alrededor de la piscina, posteriormente sentarlo en la orilla con los pies adentro del agua y poco a poco internarlo en la alberca.

Dentro de la etapa normal de aprendizaje, manifiesta Sergio, al niño se le debe motivar psicológicamente para que en los momentos en que esté en lo hondo no piense que se va a cansar y lo aprisione el pánico por desesperación

El programa que propone el instructor de natación Roberto Domínguez para la iniciación del niño a esta disciplina, comprende los siguientes tópicos:

n 1.- Conocimiento de las instalaciones: vestidores, alberca, entre otros.

n 2.- Familiarización o contacto con el agua: inmersión.

n 3.- Dominio de cuerpo en el agua: bucitos, flechitas, barrilitos, flotación, respiración.

n 4.- Respiración: ejercicios de aspiración y exhalación.

n 5.- Introducción a los diferentes estilos de nados: libre, dorso, pecho y mariposa.

n 6.- Introducción a los clavados: sentados, hincados, parados, vueltas y maromas.

Escrito en: debe, niños, niño, pues

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