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Editoriales

Tiburcio Bermúdez González

Enrique Arrieta Silva

Instituto de Investigaciones Jurídicas UJED

Nace en esta ciudad de Durango, el 11 de agosto de 1921, siendo hijo del señor licenciado José Manuel Bermúdez y de la estimada dama Juanita González de Bermúdez, matrimonio ejemplar que se encargó de darle una buena educación desde la cuna, al igual que a sus hermanos Manuel, Margarita y Tomás.

Ingresó al Instituto Juárez, el 4 de febrero de 1935, teniendo como compañeros de ingreso, entre otros, a Guillermo Aragón Beltrán, Jorge García del Toro, Fidel Gutiérrez, Alfonso Joel Rosas y Luis Granadino; y entre sus primeros maestros a Luis Gándara Soto, ingeniero Alfonso Murga, Lic. Alejandro Ibarra y Jesús Rodríguez Prado, a quienes siempre recordó con particular aprecio.

Muy pronto logra sobresalir en el ambiente estudiantil, pues para 1943 es ya presidente de la Federación de Estudiantes; con ese carácter asiste al Congreso de la Confederación Nacional de Estudiantes celebrado en la Ciudad de México, encabezando la delegación de la Federación Estudiantil de Durango.

Su aspecto serio y reservado no le impide participar en los tradicionales burlesques estudiantiles, como también en el "Burlesque del Centenario" en el que toma parte activa, siendo ya licenciado en derecho, lo que revela su excelente buen humor.

Cabe considerar que para llegar a destacar en una comunidad estudiantil se necesitaba, y se necesita, distinguirse en cualquiera de estos campos: el estudio, la oratoria, el deporte y los golpes en el Callejón de las Mariposas, en el caso particular del Instituto Juárez.

Tiburcio Bermúdez González escogió el estudio y el deporte para convertirse en líder estudiantil.

Es así como en 1937 lo encontramos participando en un campeonato de futbol de Primera Fuerza; en 1938, formando parte del equipo de atletismo del Instituto Juárez, en esos mismos tiempos jugando basquetbol en un campeonato interior del Instituto Juárez y en 1943 como matador en una Corrida del Estudiante.

Esta afición deportiva la conservaría hasta en sus años de madurez, pues en sus últimos años figuró como integrante del equipo de golf del Club Campestre de Durango.

A las nuevas generaciones les es muy común contemplar a las facultades de Medicina, Derecho y Contaduría y Administración, levantadas en la confluencia de las avenidas Universidad y Fanny Anitúa, pero no siempre fue así. Primero hubo necesidad de luchar por conseguir los terrenos del Club Ariel y después luchar por defenderlos jurídicamente. Dentro de la primera lucha, esto es, por conseguir los terrenos, se inscribe la participación de Tiburcio Bermúdez González, pues como estudiante, junto con otros inquietos alumnos, como Salvador Mijares, Ángel Rodríguez Solórzano, Santiago Fierro Fierro, Jose T. Peña Vicario y Jesús Hernández Arroyo conformaron comisiones para trasladarse a la Ciudad de México y gestionar la donación de tales terrenos de magnífica ubicación y que tan importantes fueron para la expansión de nuestra alma mater.

Su primer nombramiento como docente lo recibe en el año de 1939, como profesor suplente de primero de Matemáticas, siendo en 1940 cuando ya obtiene su nombramiento de propietario de tal materia correspondiente al nivel de secundaria del Instituto Juárez. El 28 de julio de 1993 el señor rector, el MA Juan Francisco Salazar Benítez, le reconoce una antigüedad a partir del primero de septiembre de 1940 y le extiende el nombramiento como decano de la Universidad Juárez del Estado de Durango.

Su examen de abogado lo presenta el 23 de septiembre de 1955 y es uno de los primeros miembros de la Barra Mexicana, Colegio de Abogados de Durango.

El 28 de septiembre de 1949, une su vida mediante el matrimonio civil y religioso en el Templo Expiatorio del Sagrado Corazón de Jesús con Mikiki Romero, habiéndole bendecido el Creador con ocho hijos: Tiburcio, René Francisco, María de los Ángeles, Octavio Arturo, Jorge Armando, Gustavo Enrique, Ricardo Antonio y Hugo Fernando (f), cuya prolongación física y espiritual la constituyen hasta el momento diez nietos. Dos de sus hijos, Jorge Armando y Octavio Arturo seguirían sus inquietudes jurídicas al convertirse también en licenciados en derecho.

Participó destacadamente en la vida social de Durango, convirtiéndose en presidente del Club Rotario de Durango, en la época en que nuestro estado fue gobernado por el culto abogado Dr. y maestro Francisco González de la Vega.

La institución universitaria en la que entregó los mejores años de su vida docente fue la Facultad de Contaduría y Administración de la Universidad Juárez del Estado de Durango, en donde gozó siempre de prestigio y estimación.

Fallece a la edad de 82 años, el 13 de agosto de 2002, como consecuencia de una afección pulmonar, celebrándose sus honras fúnebres en el Templo de San Agustín, para después ser incinerados sus restos como él así lo dispuso.

Tuvo la satisfacción de ver a sus hijos realizados tanto como seres humanos como profesionistas, pues su hijo René Francisco es ingeniero egresado del Tecnológico de Monterrey, Gustavo Enrique es licenciado en administración, Ricardo Antonio es licenciado forestal y Jorge Armando y Octavio Arturo son licenciados en derecho.

Hombre agradecido, hasta el final guardó muy buen recuerdo de sus maestros de derecho, tales como Francisco Saldaña, Enrique López Portillo, Francisco Celis, Manuel Ortega y Recio, Miguel Guerrero Román, Alfonso Hernández Medrano y Rafael Escárzaga

Licenciados en derecho como Tiburcio Bermúdez González han sido los forjadores de nuestra alma mater.

Que tal sepan las presentes y futuras generaciones.

Escrito en: Instituto, González, Francisco, Bermúdez

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