“Quiéreme, porque ya creo merecerte
porque ya logré ponerte
en mi alma tu más grande altar”.
Luis Cisneros y Los Dandys
Música de El Siglo de Durango
“Dejo a la consideración de mis oyentes la apreciación de la sorpresa de españoles y de indios en sus entrevistas: la novedad para los unos; el asombro y la pavura de los otros”.
Así habla a sus oyentes Guillermo Prieto al inicio de su lección cuatro, en su libro Lecciones de Historia Patria, obras completas, tomo 28 (nótese la referencia al verbo, a la locución, a la acariciadora narración en vivo, en un libro que siendo de tinta y papel también habla. Le habla a un lector que siendo muda su lectura o en alta voz, también oye. Y nótese también la exuberancia del autor)
Sigue don Guillermo: “En Tlaxcala fueron alojados los españoles espléndidamente, recibiendo a cada momento testimonio de leal y sincera amistad. Los presentes y agasajos se multiplicaban, la abundancia de víveres tenía en holgura y contento a los conquistadores.”
¿Entonces porqué hicieron lo que hicieron? ¿Porqué los conquistadores no se dieron por bien servidos, agarraron sus cosas y se fueron? ¿Acaso hicieron mal los mexicas en ofrecerles tanto y tan abundante agasajo? ¿Puede ser perjudicial el dar un regalo?
Ya no sé, estoy confundido: La canción “Tres regalos” de Los Dandys exige un pago por los favores recibidos: quiéreme, porque ya creo merecerte. En lugar de un simple y directo “ven acá”, como sí lo dice Agustín: “Ven acá, que aunque tú fueras de todo el mundo, yo soy de ti”.
Y Los Dandys insisten en cobrar: “Yo que soñé con tener una reina/ que mandara en mis adentros/ ya no tengo que buscarla/ porque en ti todo lo encuentro/ ya nomás… dime que sí.”
Una y otra vez poniendo condiciones para dar algo, para regalar algo. Entonces no estamos muy de acuerdo con la definición del pequeño Larousse. REGALO m Cosa que se da gratuitamente en muestra de afecto u obsequio. (SINÓN. V. Don y recompensa) // Gusto que se siente en una cosa. (SINÓN. V. Placer.) // Comida delicada. (SINÓN. V. Festín.) // Comodidad o buen trato: vivir con mucho regalo. // Bol. Regalo de la reina, flor amarantácea.
Definitivamente hemos instituido el día del regalo como el día del cobro. Yo te cobro, tú me cobras. La ceremonia del intercambio de regalos tan en boga entre la burocracia de toda laya es absurda, porque no se regala, se cobra por interés. Cambiémosla. Podemos regalar sin que exijamos el pago a cambio. Pero no.
Así, no me sabe el regalo. Porque yo espero que me “regalen” una cosa y me salen con otra. Mejor, en última instancia, cada quien que se compre lo que quiera. Pero no estoy enojado.
Es que esa costumbre de cobrar los regalos nos viene seguramente de ese encuentro con los españoles: nosotros les regalamos todo, desde nuestro oro, plumas preciosas, nuestra casa y nuestras mujeres. Y los conquistadores nos cortaron la cabeza.
Desde entonces no regalamos; cobramos. Porque tenemos la desconfianza en que si regalamos tal como dice el diccionario tal vez nos devuelvan un arcabuzazo.
El regalo es gratis. No como dice la canción: “Sólo basta una sonrisa/ para hacerte tres regalos/ son el cielo, la luna y el mar”.
¡Nada de eso! Yo te regalo gratis todo: una palabra, un sueño, una sonrisa, un disco, un teléfono celular, una casa, una cosa…Así de simple y gustoso, como dice el canto de pastorela, así quiero regalaros paz:
Huélguense los pajarillos
Para el portal de Belén.
Huélguense de ver al niño
Y acabado de nacer.
Cante alegre la calandria
Y también el gorrioncito.
Cante alegre la calandria
De ver al niño chiquito.
Y el pavo con su hermosura,
Y el halcón con ligereza.
Águila se haya presente,
De ver tan magra belleza.
Gritaba una pastorcita
Y afanando con empeño.
Haciendo una camisita
Pa’ Jesús mi dulce dueño.
Anda Gila y sin tardanza,
Ven ponle su camisita.
Voluntá y amor mesurar
Y a arrullarle en su cunita.
Canto de pastorela. Tradición cardenche de la Comarca Lagunera.