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Editoriales

Tu voz, ¿qué dice?

Gaby Vargas

Primer parte

Si en la oficina te pidieran que participaras en una actuación, ¿cómo interpretarías el papel de un quejoso? ¿Con voz nasal y gemida? ¿Cómo imitarías a un ladrón?, ¿con voz rasposa, áspera y gruesa? ¿Cómo harías el papel de una persona insegura e incompetente?, ¿en tonos agudos, con voz rápida y temblorosa? ¿Qué tal el papel de una coqueta muy sexy?, ¿voz lenta, cadenciosa y resoplona? o ¿un adolescente impaciente?, ¿tono alto, muy rápido y lleno de emoción? La voz no miente. Los productores de cine aceptan o rechazan a los actores en función del grado en el que su apariencia y su tono de voz empatan con los del personaje que tienen que representar. En la vida sucede lo mismo, a cada uno de nosotros nos pueden tipificar de acuerdo con nuestra voz. Creo que a todos nos ha atraído alguna persona desconocida pero, al oírla hablar, toda esa admiración se viene abajo. O por el contrario, escuchamos una voz y construimos un personaje maravilloso y cuando lo vemos ¡nada qué ver! La voz afecta en la forma como percibimos a una persona y, por ella, asumimos características de su personalidad. Por ejemplo, quienes tienen una voz resonante y profunda son percibidos como más inteligentes, populares, exitosos y son más recomendables para salir o casarse con ellos. Las personas de voz aguda dan la impresión de ser nerviosas, inseguras, ligeramente emocionales o, incluso, histéricas. Podría parecer exagerado, sin embargo, pero escuchar la voz es una experiencia neurobiológica. La gente reacciona visceralmente al sonido, nos gusta o no nos gusta. Lo toleramos o no. Cuando una persona tiene un defecto en el habla, por ejemplo, cuando una mujer pronuncia las ‘s’, por ‘z’ es percibida como “mona”, chiqueada, consentida. Sin embargo, se le juzga como menos inteligente y menos competitiva que quienes no cecean. Aquellos que tienen un tono de voz altisonante son percibidos como protagónicos y son menos agradables que aquellos que tienen un tono de voz más suave. Así como una gota de sangre puede revelar algún padecimiento físico, el tono de voz de la persona puede revelar lo que le sucede psicológicamente. Galeno decía que el tono de voz es el espejo del alma. Es muy cierto. Por la voz nos damos cuenta del estado de ánimo, la ecuación, la edad, la salud de una persona. Esto es porque el habla esta íntimamente ligada con áreas del cerebro que se involucran con la emoción; es difícil esconder cuando nos sentimos desesperados, contentos, enojados, deprimidos o felices. La voz es un importante indicador de cómo nos sentimos con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea. Todo lo que pasa por nuestra cabeza o lo que pasa por el corazón, por lo general, se manifiesta vocalmente. A veces pedimos ayuda no con las palabras, sino con la voz. Sin embargo, tendemos a fijarnos más en las palabras que en el tono, por la simple razón de que las palabras requieren una respuesta racional. Aun así, si en una conversación pudiéramos bajarle el volumen al contenido y elevárselo al tono, encontraríamos algunas sutilezas que pueden ayudarnos a mejorar los canales de comunicación. ¿Cómo analizar la voz? De acuerdo con los expertos, la voz se analiza en cuatro grandes categorías: 1. Tono: alto o bajo; 2. Volumen: suave, fuerte o que se desvanece al final; 3. Calidad: grave, rasposa, nasal, con gemido, resoplona o agresiva; y 4. Estilo: agitado, demasiado rápido, aburrido y plano, dulce, sexy o coqueto, demasiado lento, bien modulado, rico o entusiasta. 1.-Tono Demasiado alto o tlipudo.- Los hombres o mujeres que hablan en un tono demasiado alto y agudo, voz de pito, por lo general, no son tomados en serio. Se les cataloga como personas inseguras, débiles, indecisas, inmaduras. Y de acuerdo con la Dra. Lillian Glass, no están en contacto con su sexualidad porque cuando una persona se excita sexualmente, baja el tono de su voz, entonces, quien habla constantemente en tono alto, puede estar negando o bloqueando su sexualidad. Por otra parte, cuando estamos nerviosos o enojados, nuestras cuerdas vocales se tensan y el tono de voz se eleva. Por lo tanto, una persona que siempre habla en este tono de voz puede reflejar un estado residual de enojo o un miedo permanente. Demasiado bajo.- En general, esta voz es más estética y se deja escuchar con mayor facilidad. Sin embargo, cuando la voz es muy grave, suena artificial y la persona puede ser percibida como payasa o pretenciosa. Incluso suenan enamorados de su voz. Esto suele suceder entre hombres que se sienten inseguros y piensan que hablando en un tono bajo la gente los tratará con mayor respeto. Todos podemos modificar nuestra voz; para empezar, te recomiendo que te escuches y tomes conciencia de cómo te oyes. ¿Por qué no te grabas mientras hablas? Muchas veces somos los últimos en notar nuestro tipo de voz. Haz el ejercicio; la próxima semana continuamos con este tema.

Escrito en: tono, persona, tienen, voz.

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