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“Yo sí le voy, le voy a Durango”

Por Jorge Fernández Vázquez

Más que un sentimiento, el amor a los colores blanco y verde y el gusto por el futbol, mueve a los aficionados a este deporte a formar “porras” y “barras” que son un agregado al espectáculo; entre luces, cantos, porras y “recordadas” estos grupos apoyan a los Alacranes de Durango desde las gradas, más que con la garganta con el corazón.

Dos porras (Venenosa y Talibán), una barra (Vicio) y “Pancholín” le ponen sabor a la tribuna, que disfruta del ambiente que se organiza y esto ayuda a mantenerse despierto si el juego no es bueno.

Francisco Quiñones, mejor conocido como “Pancholín”, es el animador oficial de los equipos de Durango, sus clásicas porras son conocidas por toda la afición, que al primer señalamiento inician los gritos de aliento para la escuadra local, también sus ocurrencias y gran sentido del humor hacen de “Pancholín” el personaje más conocido en el ámbito de las porras, un hombre que no necesita de presentación en el deporte duranguense, especialmente en el futbol.

En los juegos de los Alacranes, “Pancholín” se ubica en el lado de numerado y preferente (zona poniente del Francisco Zarco), desde ahí alienta a los jugadores y saca de concentración a los contrarios, uno de los clásicos gritos es el de “árbitro injusto hijo de ‘Pancholín’”, aunque este animador también asiste a los juegos de basquetbol, beisbol, a los toros y la gente lo reconoce y lo sigue en las porras.

Venenosa

Gustavo García se dedica a hacer pan, hace aproximadamente seis años empezó a asistir al estadio y platica que: “desde el primer partido en Segunda División empecé a ir y nada más se llenaba lo que es el área de sombra, entonces yo veía el frente vacío y pensaba ‘algún día vamos a estar allá con una porra’, después cambiaron los precios de los boletos a 20 y diez pesos y yo empecé a incitar a la gente ‘vámonos para allá’ y así nos empezamos a juntar, hice algunas banderas y como no tenía tambor le rentaba una tarola a un señor que trabaja en la panadería y así empezamos con la porra”.

Gustavo es pionero de la Porra Venenosa y cuenta porqué le nació la inquietud: “es que yo veía las porras de los equipos de Primera División en la tele y creímos conveniente hacer una porra familiar donde pudieran estar también niños y señoras, el nombre surge de que leía los periódicos que hablaban de los Alacranes y el veneno, teníamos una manta que cubría toda la parte de los baños de donde nos ubicamos que tenía la leyenda ‘Porra Venenosa número 12’, pero cuando el equipo fue campeón (de Segunda División) la soltamos y de ahí se perdió, ya no la recuperamos”.

La Porra Venenosa está integrada por alrededor de 350 integrantes, control que se lleva por los gafetes que la directiva arácnida otorgó a la porra, pero se estima que en ocasiones se juntan hasta 500.

La idea es apoyar al equipo, inventar porras y motivar a los jugadores, ahorita no hay cantos nuevos pero la próxima semana van a sacar uno que dice: “de la tierra de Villa cielito lindo viene llegando, es la Porra Venenosa, viene cantando, se oye cantando. Ay ay ay ay, vamos Durango, hay que ganarle al..... cielito lindo vamos Durango”. Este canto lleva la melodía de “Cielito lindo” y la que más caracteriza a La Venenosa es: “yo si le voy, le voy a Durango”, que es un grito de guerra al que se unen otras porras.

La porra tiene cuatro tambores, aunque no se tiene tiempo de ensayar porque todos sus ejecutantes trabajan sí se juntan para inventar los cantos y hacer algunas actividades, de hecho se piensa hacer un organigrama dentro de la porra para delegar responsabilidades entre los miembros. Se ha salido a Zacatecas, al estadio Jalisco, Aguascalientes y León a apoyar al equipo y ahora están organizando una salida a Celaya el 23 de abril, que es la última visita de Alacranes en la temporada.

El sentimiento por Durango se le nota a Gustavo cuando habla de su afición por el futbol de los Alacranes: “cuando me preguntan a qué equipo le voy, les digo que a Durango. Piensan que bromeo y no, mi sentimiento es por el equipo Alacranes, incluso en mi casa tenía una bandera gigante que el viento destruyó, pero ningún equipo me nace más que Durango”.

La directiva pasada alguna vez los apoyó con la comida y los refrescos en los viajes pero ahora no han tenido apoyo de ningún tipo para poder asistir a algún encuentro de Durango como visitante.

vicio albiverde

La “barra” es un término de origen argentino destinado para los grupos de jóvenes que se reúnen para apoyar a un equipo de futbol con cantos, gritos, saltos, bailes y otro tipo de actitudes que no son tan deportivos, pero que en Durango sólo es apoyo y diversión sin degenerar en lo que ha sido criticado por expertos del futbol, así como directivos y mismos aficionados.

La Barra Vicio está integrada por cerca de 200 elementos, en su mayoría jóvenes que asisten al estadio con tambores y tienen un convenio con la directiva para utilizar bengalas de manera adecuada, absorbiendo el riesgo y consecuencias que pueda tener su uso.

Raúl Castañeda es integrante de la Barra Vicio y a decir de él nunca han tenido un problema grave por manejar pólvora o por su comportamiento, de hecho, ellos se han acercado a la directiva para proponer ideas en beneficio del equipo y de la sociedad, como la de llevar un kilo de ayuda o alimentos no perecederos en apoyo del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), o la de encontrar el apoyo adecuado al mismo equipo por parte del Gobierno; además, han integrado un grupo social que se llama “Yo por Durango”.

Esta Barra nació en el año 2000 y eran 20 jóvenes estudiantes quienes la integraban, la idea era hacer un estilo de ambiente sudamericano sin caer en las malas actitudes, solamente respaldando al equipo como afición y asistiendo de manera regular al estadio.

La primera vez que salieron fue a Zacatecas, pero han asistido a Acapulco y Guadalajara, “el propósito es convivir, hacer amigos y disfrutar el futbol, entonces se va aprendiendo a querer al equipo, en las buenas y en las malas”, agregó Castañeda.

Comenta Raúl: “para mí es de mayor orgullo decir que soy de la Vicio que de la Monumental, se puede decir que ya soy más alacrán que americanista”.

“Las canciones son adaptadas para Durango, éstas ya han sido inventadas por otras barras de México o Argentina y sólo las adaptamos con Durango, alacrán o veneno que es lo que caracteriza al equipo. Durango es mi Vicio fue el primer nombre que tuvo esta barra, aunque hay que admitir que fuimos asesorados por la Barra Adicción de Monterrey, y después adoptamos el nombre de Vicio Albiverde”, comentó.

Existen mantas en el lado de sombra, en la parte norte del estadio, que hacen alusión a la parte de la ciudad que apoya al equipo de Alacranes, como la colonia Santa María, Obrera, otra manta que se tiene es la de Edson Zwaricz, quien es un icono del equipo según la Vicio.

“Por amor al equipo vamos a seguir en el estadio llueve, truene, haga viento, frío, calor o lo que sea”, añadió. El canto que más caracteriza a este grupo es el de: “‘polecía’, ‘polecía’ qué cansado se te ve, cuando vienes al estadio tu esposa se va a...”.

TAliban

En cuanto a la Porra Talibán, es un grupo que se reúne cada juego a apoyar y liberar tensiones como los demás aficionados, sus militantes no son tan activos pero también los distingue el clásico grito al abanderado de “tubo, tubo, tubo” cuando se acerca al banderín de medio campo, ellos se ubican al lado sur de la Venenosa y también es popular su grito de “para fiestas y posadas, el árbitro y sus payasadas”.

Entre duros, semillas, gorditas de harina y maíz, cerveza en vasos de un grupo norteño que regalan si se compran dos bien frías juntas, refrescos, tequila introducido entre la ropa y chicles, el ambiente se vuelve fiesta, pierda o gane el equipo la afición se divierte, grita, saluda al árbitro, es juez de línea y central, es director técnico, es directiva, es mejor que el que falló el penal, es perfecta pues.

Los de las barras llegaron a apoyar y si gana el equipo tienen que comentar la semana que esperan para el siguiente partido, y si pierde su escuadra tienen que guardar sus esperanzas para la siguiente y juegan a componer el equipo y no se cansan de gritar para bien o para mal. La descarga de su trabajo y de sus problemas llega en el momento de gritar ¡goooool!

Escrito en: equipo, hacer, Venenosa, estadio

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