En la pelea estelar de peso ligero protagonizada por Adrián “El Cañón” Navarrete (con récord 13-1-1, 12 KO’s) y Alejandro “La Querida” González (18-4-1) iniciaron con un minuto de silencio en memoria de César “El Chango” Murguía.
La pelea comenzó con un Adrián decidido a ganar desde el principio, a que el combate se terminara lo más pronto posible, y así se dieron las cosas, a los dos minutos de iniciada la contienda “El Cañón” maltrató de tal forma a “La Querida” que hubo necesidad de aplicarle su primer cuenta de reposición.
En el segundo episodio todavía con más coraje Navarrete embistió de tal forma que tres ocasiones derrumbó a quien le tenía reservada una sorpresa después de que en La Laguna le había empatado.
Tres veces cayó Alejandro y tres explosiones también hubo de la gente que en forma desmedida se entregó al mejor pugilista en la actualidad de Durango.
El hambre de triunfo y la disposición de agradar y convencer a su gente fueron los principales factores de que Adrián Navarrete llegara a terminar el combate en cinco minutos.
En forma espectacular la gente se entregó al máximo, al tiempo que cada golpe era impulsado por cada uno de los presentes que se dieron cita en buen número al Gimnasio de la Sección 44.
De parte de “La Querida” no hubo respuesta en ningún momento, ni siquiera pudo tomar un respiro, sólo las cuentas del réferi le dejaban tiempo libre, los golpes abajo y combinaciones rápidas del noqueador duranguense acabaron en menos de dos rounds con cualquier aspiración de triunfo del lagunero González.
El la pelea estrella Álvaro “Cañas” Muro venció en cuatro minutos a Indalesio “Panterita” Valenzuela, quien poco pudo hacer para que sus piernas flacas no cedieran, aunque el golpe fue un tanto en la nuca fue suficiente para que “Cañas” se llevara el triunfo y el reconocimiento del público.
En la segunda pelea se enfrentaron Gilberto García y “Zurdo” Gallegos, a ocho rounds en el peso ligero, los dos gomezpalatinos.
En el primer episodio se estudiaron solamente, pero ya para el segundo hubo más acción intercambiando algunos golpes, sin que las cosas pasaran a mayores.
En el tercero el “Zurdo”, de pantaloncillo verde, tomó la iniciativa, siempre yendo hacia adelante entrando con cautela debido al alcance de García.