El Universal
México, DF. - Un tribunal federal resolvió reducir en más de 50 por ciento las sentencias que existían en contra de los hermanos José de Jesús y Adán Amezcua Contreras, conocidos como los reyes de las metanfetaminas, por lo que quedaron sin efecto las sanciones que se decretaron en su contra en 2004, cuando los narcotraficantes fueron condenados a purgar más de 53 y 22 años de prisión, respectivamente.
Ahora, en la nueva resolución, José de Jesús Amezcua fue absuelto del cargo de “lavado de dinero”, y condenado a 28 años de prisión por delitos contra la salud en su modalidad de tráfico, introducción y extracción del país de efedrina, así como por asociación delictuosa; además de que deberá pagar una multa de 11 mil 526 pesos.
En el caso de Adán Amezcua, el Tercer Tribunal Unitario del Tercer Circuito le decretó la pena de nueve años seis meses de prisión y el pago de una multa por 37 mil 541 pesos, por los delitos de uso de dinero de origen ilegal, operaciones con recursos de procedencia ilícita y asociación delictuosa.
La reducción de las condenas a estos narcotraficantes es el resultado del recurso de apelación que presentaron los abogados de los líderes del cártel de Colima, ante el fallo del Juzgado Sexto de Distrito en Materia de Procesos Penales Federales, que en septiembre de 2004 los condenó a más de 53 y 22 años de prisión.
A más de un año de que los abogados defensores de los capos interpusieron su recurso, los magistrados del tribunal, después de analizar el expediente del caso, dentro del toca penal 152/2005, determinaron reducir la sentencia a los narcotraficantes, e incluso en el caso de José de Jesús Amezcua, consideraron que la Procuraduría General de la República (PGR) no acreditó con pruebas que fuera responsable del delito de “lavado de dinero” y lo absolvieron de ese cargo.
La PGR dio a conocer a través de un comunicado la nueva resolución contra los hermanos Amezcua Contreras, cuya organización importaba desde Europa, India y Pakistán efedrina, que introducía ilegalmente a México y Estados Unidos.
La sustancia ilegal llegaba vía marítima a los puertos de Veracruz y Manzanillo, Colima, de donde era trasladada a laboratorios en los estados de Colima y Jalisco; una vez que la droga era procesada, se trasladaba a Tijuana, Baja California, para hacerla llegar a territorio estadounidense.
De hecho, el Gobierno de Estados Unidos solicitó la extradición de los Amezcua Contreras, quienes se encuentran recluidos en el penal de máxima seguridad de Puente Grande Jalisco, pero obtuvieron amparos para evitar su entrega a ese país.