LONDRES, Inglaterra.- La garrochista rusa Yelena Isinbayeva logró un hito histórico, al ser la primera mujer capaz de saltar sobre el listón colocado en cinco metros de altura.
La atleta rusa había ganado el concurso del Súper Gran Premio de Londres con otro récord del mundo, 4.96, y posteriormente saltó cuatro centímetros más.
El estadio londinense del Crystal Palace, donde se celebra la reunión del Super Grand Prix de la IAAF, estalló de júbilo. No sólo afloraron las lágrimas de la saltadora de Volvogrado. También las de algunas de sus compañeras y rivales. El hecho histórico aconteció a las 21:35 horas y marcó la reunión londinense, en la que Asafa Powell, plumarquista mundial de 100 metros, se lesionó en la prueba, ganada por el campeón olímpico Justin Gatlin con 9.89 segundos.
La atleta rusa, de 23 años, superó una barrera impensable, pero que ella estaba convencida de franquear. Los dos récords del mundo logrados en Londres (4.96 y 5.00 metros) fueron los decimosexto y decimoséptimo de su carrera, ocho de ellos logrados este año y otros ocho en 2004. El primero lo obtuvo en julio de 2003 (4.82). Desde entonces, su progresión ha sido formidable. Superó a la gran dominadora del comienzo del siglo, Svetlana Feofanova, quien dejó su último récord mundial en 4.88. Desde entonces, todas las plusmarcas mundiales pertenecen a su compatriota de Volvogrado.
Isinbayeba saltó los cinco metros en el primer intento, mientras que para superar los 4.96 había hecho un fallo. El significado histórico de esta marca está emparentado con la hazaña conseguida por el ucraniano Serguey Bubka hace 20 años. Para Insibayeva, la marca no es una sorpresa: en los últimos tiempos ha venido diciendo que su tope puede estar algo más arriba de 5.05 metros. Pero era preciso saltar la barrera para alejarse ya definitivamente de todas las atletas que pretenden superarla.
“No soy capaz de expresar lo que siento. Me encanta esta pista y el público ha estado formidable. No sé hasta donde puedo llegar, quizá 5.05 o más”, dijo la emocionada atleta rusa. La saltadora cobrará, según lo estipulado en su contrato, una prima de 50 mil euros por cada uno de los records del mundo conquistados. Sin embargo, superar la barrera de los cinco metros le reportará una prima mayor por parte de los organizadores de la reunión. En el estadio de Vallehermoso madrileño, la semana pasada, conseguía su anterior récord mundial con 4.95, dos centímetros más que el anterior, registrado en Lausana (Suiza) diez días antes.
Una gimnasta
reconvertida
Yelena Isinbayeva practicaba gimnasia hasta que a los 15 años su entrenador dirigió sus pasos hacia el salto con pértiga. En su primer salto superó los 2.80 metros y cuatro meses después, en su primera competición, saltó 3.50. Una evolución que ha sido constante desde entonces. Campeona olímpica en Atenas con récord mundial de 4.91, hace un año, empezó a hablar de los cinco metros. Pero poco a poco. Centímetro a centímetro, como su modelo, el ucraniano Bubka.
Sin embargo, el método ha cambiado este verano. Ya no bate récords por la mínima. En Madrid, el 16 de julio, se saltó el protocolo, aumentando en dos su anterior récord. En Londres ha aumentado cinco más en dos etapas. Era una de las aspiraciones de los organizadores de reuniones atléticas, ac oger a la primera mujer en saltar cinco metros con una pértiga en las manos. Londres desembolsará la prima con alegría.