La nueva iluminación que posee la Catedral despertó opiniones encontradas de la ciudadanía, a favor las más, pero coincidentes en que debe conservarse la tradición de la “monja”, como un atractivo para el turista.
En un pequeño sondeo realizado ayer, los entrevistados que caminaban por la calle Constitución, a un costado desde donde es más propicio levantar la vista hacia la torre del fondo, y ver la figura más claramente durante la noche, proponen varias opciones para que la “monja”, figura formada por los contrastes de luz y sombras de las cornisas del campanario de la torre izquierda, no desaparezca.
El historiador Rodolfo Villanueva Galindo señala que la “monja de Catedral” es una tradición de Durango, y que lo más conveniente es encontrar el ángulo de iluminación más idóneo para que la sombra vuelva a aparecer.
Explica que esa sombra de luz se forma con las cornisas del campanario y que en las dos torres aparecen las figuras de la monja, pero que la más definida es la que se aprecia en el segundo campanario.
Para él, con la nueva iluminación que entregó el Gobierno del Estado el viernes de la semana pasada, apenas se distingue.
Alejandro Serrano Rodríguez, otro duranguense, también es de la opinión que es necesario darle un efecto a la iluminación para que se siga conservando la tradición de la monja de Catedral.
“Todo lo que se mejore es muy bueno”, explica refiriéndose a la nueva iluminación de Catedral, pero considera que también es importante la tradición para la ciudad, porque la figura de la monja es un atractivo para los visitantes, y para los propios duranguenses, que tienen algo que presumir, indica.
Agrega que la monja es un efecto que no fue hecho intencionalmente, sino que resultó de la construcción. “Es algo en que la gente se fija y de alguna manera este tipo de tradiciones sí vale la pena conservar”, dice.
Claudia Orrante Reyes considera que es una lástima que pudiera desaparecer la figura de la monja, porque es parte de la identidad de los duranguenses, algo típico, y conocido; pero explica que cuando se apaga el alumbrado se alcanza a ver muy bien, “pero ¡claro, ya muy de noche!”.
Ella es de la opinión que las autoridades deben apagar el alumbrado a una determinada hora de la noche -propone las once-, para que los visitantes puedan admirar la monja de Catedral.
Reconoce que el alumbrado recién inaugurado es precioso y le da a la Catedral una vista elegante, y “eso está muy bien”, expresa.
Por su parte, el fotógrafo Antonio Meraz Mejorado explica que la figura de la monja nunca desaparece. Explica que él ha observado que la nueva iluminación es intermitente. Es decir, no está permanentemente prendido, sino que hay lapsos en que se apaga, y es cuando se puede apreciar con mayor claridad la figura de la monja.