En el campo ellos son los ídolos de muchos niños, en los últimos encuentros cientos de pequeños de diferentes escuelas se dieron cita al estadio para apoyarlos, los jugadores de los Alacranes de Durango tratan de agradarlos y dicen que los menores son parte importante de lo que en conjunto es y representa este club.
Edson, “Coco”, Schober, “Micky” e Iván comparten con los niños duranguenses algo de sus recuerdos, de su niñez y vuelven a ser pequeños o “escuincles” en este día especial para todos los niños y niñas.
El “quiebramacetas”
Edson Zwaricz es el capitán de los Alacranes de Durango, en el campo él es pasión, entrega y experiencia, pero de pequeño ¿era así?, él dice que nació con un balón entre las manos.
Comenta Edson: “el balón lo agarré desde muy pequeño, el futbol era mi pasión y la de mis amigos, cuando iba a la primaria movíamos los mesabancos para ponerlos de porterías y eso era motivo de regaños por parte de nuestros maestros.
“Siempre nos metíamos en problemas por jugar futbol, mi papá siempre me pedía que en la noche cuando él llegara yo estuviera bañado y listo para cenar, pero el tiempo nunca me alcanzaba por estar jugando futbol, así que me ponía al pendiente de cuando venía para meterme a bañar, hasta que un día llegó y preguntó: ‘¿quién está en el baño?’ y al contestarle me sacó y me puso una buena, a partir de ahí siempre que llegaba yo ya estaba bañadito”.
Edson creció en Paraná, en el sur de Brasil, por el trabajo de su padre cambiaron mucho de residencia, así que era muy difícil para Edson tener un amigo muy cercano, ya que cuando se estaba acostumbrando a un lugar tenía que mudarse de nuevo.
Sin embargo para el delantero brasileño naturalizado mexicano sí hubo un amigo entrañable al que le decían “Tico”, con el que compartió travesuras, recuerda en especial el día en que le dio un balonazo en la espalda a la directora, por lo cual fue castigado varios días, sin embargo “el triunfo” ante sus amigos fue indiscutible.
En la escuela Edson era muy aplicado, las Matemáticas eran su fuerte y la historia su debilidad, dice: “para qué estudiamos Historia, lo pasado, pasado”.
El dulce favorito de Edson era el chocolate blanco, aunque recuerda uno en especial de nombre “Prestigio”, que era coco bañado con chocolate.
Muchas macetas y vidrios de ventana pasaron a la historia gracias al poder de las piernas del capitán arácnido, sin embargo fueron también sus piernas las que lo salvaron de ser alcanzado por vecinos molestos de tanto futbol en sus banquetas. Edson felicita a los pequeños por su día y les aconseja hagan deporte y sean estudiosos en sus escuelas.
Un debutante
Víctor Schober tiene 20 años y la próxima temporada hará su debut en la Primera “A”, ya que en la pasada estuvo en la Segunda, sin embargo es un personaje muy conocido por la afición ya que su futbol destaca en la media cancha albiverde.
Schober empezó a jugar a los cuatro años en el Colegio Guadiana, fue Jorge “El Coco” Guerrero (padre) quien le dio la oportunidad, ya que dice que había una maestra que no le daba la oportunidad y le decía que no servía para jugar, dice “cada vez que iba a jugar me ‘cepillaba’ pero a final de cuentas me salí con la mía, cuando le conté a mis papás no me creían que fuera a jugar con la selección del colegio.
“En la escuela me sacaba vales de diablito y en lugar de llevárselos a mis papás los echaba al baño, hasta que me descubrieron y lógico le mandaron hablar a mis papás”.
Víctor o “Gasparín” como le decía “El Coco” creció en el fraccionamiento La Hacienda en esta capital, ahí se la pasaba jugando, era el que se brincaba a las casas por los balones, hasta que fue descubierto y otra regañada más fue su premio.
Una de las travesuras que más se recuerda Schober es cuando cambió una calificación que era un cuatro y la convirtió en nueve. Él de pequeño saboreaba los “miguelitos” y el chamoy, no era muy “dulcero” pero sí muy travieso e inquieto.
Schober ha jugado todas las posiciones menos la de portero, ahora se desempeña como mediocampista y espera estar de titular en el equipo de Primera, él felicita a todos los pequeños en su día esperando que cada día disfruten de su niñez, que es una etapa muy significativa en la vida de cada ser humano.
chocolatero
Arturo “Coco” Guerrero es un joven de 23 años, oriundo de esta capital regresó la pasada temporada al equipo Alacranes proveniente del Atlas de Guadalajara.
Él inició a los cinco años en el futbol, su primer equipo fue Taller Hermanos Hernández, siempre ha sido delantero.
Sus mejores amigos de la infancia son: Aarón, Arturo Navarro y Omar Miguel, él disfrutaba sobremanera los chocolates y las paletas, una de sus experiencias no gratas en la infancia fue cuando lo mandaron a un extraordinario y lo castigaron no metiéndolo a un partido.
Otro de los equipos que recuerda fue el de Distribuidora Mur, donde jugó hasta los 15 años y de ahí emigró al Atlas de Guadalajara, donde militó en las diferentes selecciones juveniles.
Arturo creció en el barrio de Analco en la avenida Universidad está su domicilio, se divirtió en grande siempre al lado de su padre, que era el entrenador de los equipos.
“Coco” envía un mensaje a los pequeños en su día: “que estudien y se diviertan lo más que puedan”, él tiene dos hermanos Jorge y Liliana.
muy pícaro
Iván Flores es otro de los símbolos de los Alacranes, es el portero y tiene 23 años, aunque se ve muy tranquilo, su mirada encierra cierta picardía de un niño travieso e inquieto.
Él se describe de pequeño como inquieto, enojón y berrinchudo, aunque su novia incluyó que también es olvidadizo.
Él jugaba futbol, carreras y otros juegos, platica “mis inicios en el futbol fueron con el Club Deportivo Independiente en la Liga IMSS donde jugaba de medio de contención, empecé a porterear como en segundo de secundaria.
“En el futbol rápido siempre me tocaba jugar contra el ‘Coco’ ellos eran muy buenos, pero sí les llegamos a ganar” comentó.
Iván recuerda mucho el día que hizo la “proeza” de quebrar el vidrio de la ventana que estaba frente a su escuela ya que era una distancia considerable, él fue quien llegó el esférico hasta el cristal.
Iván creció en el fraccionamiento Huizache y dice que ahí jugaban hasta las 2:00 de la mañana, jugaban carreras para ver quién era el más veloz.
Iván tiene dos hermanos, David y Edwin, son más chicos que él y también están en el Club Alacranes, se lleva muy bien con ellos aunque dice que un día quiso asustar a David con una piedra pero su puntería fue tan mala que lo descalabró.
Su novia comentó que cuando era chico Iván tenía un osito del que no se despegaba para nada. Sin duda la infancia de los jugadores encierra miles de recuerdos, que cuando empiezan a buscarle un poco afloran desde sus ojos hasta su boca porque se les nota el gusto de volver a vivir sus travesuras y juegos, ya que todos coinciden que fue una etapa en la que se era muy feliz.
Un heladero
Miguel Ostersen nació en el Distrito Federal y tiene 26 años, inició en el futbol a los siete años en la escuela de Osvaldo Castro “Pata Bendita”, jugaba de medio (ahora es defensa) y era un “chavo” muy tranquilo.
A pesar de ser hijo único dice que no extrañó tener un hermano porque tenía muy buenos amigos como Érik Reyo, Adalberto Hernández y Paco Prado.
A él le encantaban los helados, era una forma de celebrar cuando ganaban en el futbol. Creció en Atizapán de Zaragoza en el Estado de México, cuenta que se la pasaba mucho en la casa de sus amigos y jugaban futbol todo el día.
Su más grande travesura fue ponerle una tachuela al asiento de la maestra, pero lo malo fue que lo acusaron y sus papás tuvieron que ir al colegio. A “Micky” le gustaba jugar todos los deportes, hacía natación, beisbol, basquetbol y otros más.
“Chuchulucos”
Los jugadores de alacranes comían de golosinas:
Edson Chocolates y coco
Schober “Miguelitos” y chamoy
Arturo Chocolates
Iván Chicles
“Micky” Helados
n Juegos
Los futbolistas se divertían más con:
Schober Futbol
Iván Carreras
Arturo Futbol
Edson Futbol
“Micky” Todos los deportes
n Posiciones
De pequeños jugaban futbol como:
Edson Delantero
Iván Medio
Schober Defensa
Edson Delantero
“Micky” Medio
FUENTE: Investigación de El Siglo de Durango.