¡¿Cuándo vas a deshacerte de todo este mugrero?! Siento que me sofoco, esta recámara parece un campo minado, me dice mi marido. Yo digo, sí, cuando tenga tiempo hago limpia; pero siempre tengo prisa. Intento hacerlo y, al tomar algo, pienso: Esto me puede servir, esto me costó muy caro, con esto, todos me chuleaban y, como no me decido a tirar nada, todo se queda igual. ¡No puedo tirar las cosas! Siento ansiedad. Sé que mi clóset va a reventar, mi cama está rodeada de libros y en mi escritorio ya no cabe nada..., me platica Andrea. ¿Conoces a alguien así? Para algunas personas, cualquier superficie plana sirve para "acomodar" cosas. Periódicos, cajas, papeles, la revista de hace seis meses, el sobre del banco sin abrir, el CD de la Navidad pasada, una medicina que ya caducó, el reloj sin pila y demás... Y como ya no quedan espacios libres ¡compran entrepaños! que, así como llegan, se llenan. Aunque hay niveles, somos muchos los que acumulamos cosas inútiles. ¿Apego? ¿Vicio? ¿Avaricia? De acuerdo con los expertos, son siete las principales razones por lo que lo hacemos: 1.- Inseguridad. El temor puede ser la raíz de todo. Hay personas que guardan lo que sea por miedo a la escasez, a que no habrá más en un futuro. Se aferran a las cosas aunque estén rotas o descompuestas. No desperdician nada. No vaya a hacer falta... Seamos honestos. ¿En verdad vas a pegar ese florero? ¿Sabes siquiera dónde está el Crazy? Y, si lo encuentras, ¿sirve? No es el florero, es el temor a no volver a tener otro. 2.- Desamor. A veces nos llenamos de cosas para sustituir la carencia de amor, una soledad ya sea de ahora o de antaño. Seamos realistas: las cosas no nos quieren; sólo las personas. Ni el osito de peluche sin ojo te quiere. Representa el amor de alguien que te lo dio. ¿Por qué no llevar ese amor en el corazón y enterrar al oso? 3.- Sentirse menos. Podemos sentir que no somos tan buenos, guapos, inteligentes como otras personas, así que llenamos la vida de cosas que nos hagan sentir mejor. Si hiciéramos un inventario de todas nuestras posesiones y lo trajéramos en la bolsa, ¿crees que valdríamos más? 4.- "Por si". Nos enseñaron que hay que ahorrar. ¿Qué tal si perdemos la chamba? ¿Y si hay otra crisis? ¿Si el cielo se cae? Esos "porsis" nos impiden gozar plenamente hoy. Nos aferran al pasado. Deshazte de lo que no quieres, para dar espacio a lo que sí quieres. 5.- Culpa. Es chistoso. Sentimos culpa por todo lo acumulado y sentimos culpa si lo tiramos. Decídete y dona cosas como esa mona fea que te trajo la tía Tita de su viaje. ¿La quieres menos? No, así que, pa´fuera sin piedad. 6.- Indecisión. Hay quienes posponen asuntos, cuentas, todo; los guardan sin resolver y esperan que algo mágico pase. Y ahí se quedan... 7.- Falta de tiempo. Esa trampa... Casi siempre es falta de organización, de no saber establecer prioridades o, tal vez, te distraes fácilmente con otras cosas o evades. Estar ahogados en cachivaches nos afecta: se adueñan de nuestra vida. El temor a deshacernos de ellos, nos desorganiza, nos irrita, alimenta nuestra baja autoestima y destruye relaciones. ¿Qué esposo/a compañero/a de cuarto o secretaria aguanta vivir en medio de un mugrero? El exterior refleja nuestro interior. Hagamos limpia. Enero es un buen mes. El alivio y la ligereza de hacerlo se siente de inmediato. El primer paso es darnos cuenta, reírnos de nosotros mismos y enfrentar la guerra de las cosas que todos los días nos invaden. Porque, sí... el desorden nos roba vida.