Dudas, mitos e interrogantes rondan sobre lo que es verdaderamente un temazcal, actualmente se han mencionado ideas o nociones negativas sobre lo que es en sí este ritual prehispánico; por otro lado, también se han tenido afirmaciones positivas y hasta milagrosas.
¿Pero cuál es la verdad? La verdad es que los antepasados, indígenas nativos americanos en los tiempos en que no había fronteras, celebraban el temazcal como un ritual de purificación, cuya antigüedad se pierde en el tiempo, encontrando sus vestigios más antiguos en las zonas arqueológicas de Palenque en México y Piedras Negras en Guatemala.
El temazcal es una cabaña de forma redonda, construida con 16 ramas verticales, preferentemente de sauce blanco, ya que es flexible y libera sustancias relajantes que se amarran formando dos cruces de cuatro direcciones iguales, representantes de los 16 espíritus sagrados de la tradición lakota. Las cuatro filas de ramas que envuelven la cabaña simbolizan a los cuatro mundos, el mineral, el vegetal, el animal y el humano; a su vez el mundo físico, mental, espiritual y sagrado.
La última vara que se entrelaza en el techo con las 16 ramas verticales, forma una estrella de ocho puntas representando a los planetas y al universo. De esta manera, el temazcal representa a toda la creación y al vientre sagrado de nuestra Madre Tierra. La estructura de ramas ya construida se cubre con mantas o pieles, varas u hojas, aunque también los hay hechos de barro.
Dentro del temazcal hay un agujero por así decirlo, que representa el ombligo de la Madre Tierra, en el cual se depositan piedras porosas, generalmente volcánicas calentadas al rojo vivo a las cuales la persona que guía el temazcal vierte agua o infusiones de hierbas medicinales sobre ellas, produciendo abundante vapor provocando la sudoración, teniendo por objetivo limpiar el cuerpo y alma de los presentes.
El protocolo
Todo comienza por calentar las piedras también llamadas “abuelitas” a manos del Hombre Fuego, quien es el encargado de prender el fuego sagrado, colocando cuatro troncos de Este a Oeste, que representan el plano físico y sobre ellos cuatro troncos de Norte a Sur que representan el plano espiritual, luego se colocan las piedras de manera estratégica y sagrada.
Las mujeres entran antes que los hombres, ambos son “limpiados” uno por uno con humo de copal, antes de entrar al área donde se encuentra el temazcal, posteriormente, se coge un poco de tabaco o ramas de árboles y se ofrecen a los cuatro puntos cardinales, donde también se encuentran los cuatro elementos y los cuatro guardianes, ésta se deposita finalmente en el fuego sagrado donde se calentaron las piedras o “abuelitas”.
Cada persona en la puerta de la cabaña pide permiso para entrar, mencionando “con todas mis relaciones”, ya que la persona entra con todo lo que la relaciona dentro y fuera del temazcal.
Dentro todos los participantes, se da comienzo a la ceremonia de purificación, dando la bienvenida a las primeras piedras calentadas al rojo vivo, saludándolas respetuosamente, pidiendo al fuego que limpie y sane cuerpo y alma, el guía esparce sobre ellas la medicina; es decir, plantas aromáticas y medicinales, entonces entra el agua, se saluda a las piedras nuevamente, se cierra la puerta y comienza la ceremonia, en la cual empiezan los cánticos de veneración y respeto a Dios, a los cuatro elementos tierra, agua, aire y fuego, a la flora, fauna, en sí a la naturaleza, a nuestra Madre Tierra.
Rezos, oraciones de agradecimiento y plegarias por la salud propia y de seres queridos. El agua toca las piedras y el ambiente se convierte en una nube de vapor en medio de una oscuridad absoluta, empieza la sudoración y con ella la liberación de toxinas tanto físicas como mentales y espirituales.
Se realizan cuatro rondas, abriendo la puerta cuatro veces para introducir más piedras. En cada una se invoca una dirección: la primera es al Oeste, donde se recibe la guía y consejo del oso, quien transmite la paciencia. En la segunda puerta al Norte se recibe la fuerza y sabiduría del búfalo. En la tercera puerta al Este, se recibe la claridad, luz y sabiduría del águila. En la cuarta y última al Sur se recibe el discernimiento del lobo o coyote.
Desde ahí las personas salen ya purificadas, aliviadas y limpias, para salir se hace de la misma manera en la que se entró, pidiendo permiso y brindando una ofrenda al fuego sagrado, posteriormente, agua fresca espera a las personas para ser vertidas sobre su cabeza y cuerpo para regular la temperatura, llevando a cabo el conocido “lavado de sangre”. Al final, la persona queda limpia por dentro y por fuera, como recién salida del vientre de la madre.
cultura enterrada
Como toda leyenda, cuento o fábula ancestral, transmitida de forma oral, de generación en generación, cuando los continentes eran uno solo, todos los hombres eran una gran unidad, posteriormente vino la separación geográfica, unas tribus se dirigieron hacia el Norte, otras al Sur, otras permanecieron, otras no.
Después vino el suceso conocido como “la Conquista”, con la que las tradiciones y cultura fueron acalladas y adormecidas, tradiciones que en estos tiempos parecen resurgir y ser transmitidas de nuevo, de boca en boca, así como antes.
Beneficios a la salud
El temazcal actúa depurando las vías respiratorias y el aparato digestivo, tonifica el sistema nervioso y ayuda en problemas óseos y musculares a través del calor y las propiedades curativas de las diversas plantas medicinales utilizadas.
Por otro lado, la relajación que genera invita a la introspección y reflexión, esto por mencionar algunas de las numerosas aportaciones que este rito sagrado ofrece al cuerpo, mente y espíritu. Por lo cual, personas expertas en el tema no consideran apropiado el cobrar por experimentar un temazcal, siendo un hábito de nuestra cultura que nos vincula y relaciona con muchas otras. Subrayando que la salud física, mental y espiritual no tiene precio ni se vende.
Instrumentos sagrados
Dentro del temazcal se utilizan varias herramientas de carácter espiritual
como las siguientes:
Elementos
Soneto
“Agua de vida, purifícame
fuego de amor, quema mi temor
viento del alba, llévame al altar
Madre Tierra, vuelvo a tu lugar
en el temazcal,
en el temazcal”.
FUENTE: Temazcal de El Pueblito, Durango.
¿Quién puede entrar?
Toda persona que quiera purificarse, tanto física como mental y espiritualmente, mujeres embarazadas y niños también pueden entrar, hay pequeños desde tres años que gustan de esta práctica de sudación
Es necesario tener una intención positiva, así como ropa cómoda, las mujeres falda larga de preferencia y una playera cómoda, los hombres con un pantalón corto o largo, tomando en cuenta que el atuendo acabará mojado y se estará sentado en contacto natural con la tierra