El Universal
México, DF.- Si algún presidente mexicano merece ser recordado por sus frases curiosas, ese es Vicente Fox.
Desde el inicio hasta el final de su gobierno, Fox recurrió a dichos que no sólo provocaron la risa o la crítica de la gente, sino incluso lo metieron en problemas dentro y fuera de México.
Las frases, que si bien se remontan antes de que comenzara su campaña presidencial formal hace seis años, empezaron a brotar de la boca de Fox como presidente desde el momento mismo en que asumía el poder el 1 de diciembre de 2000 cuando al dirigirse al Congreso en la ceremonia de asunción rompió los cánones y primero saludó a sus hijos: “Hola Ana Cristina, hola Paulina, Vicente y Rodrigo. Honorable Congreso de la Unión”.
Y entonces, ya no se detuvo.
Apenas semanas antes de concluir su mandato, a principios de noviembre, la cadena estadounidense Telemundo dio a conocer una grabación que le había vendido la agencia española EFE con una entrevista exclusiva al mandatario.
“Ya ando libre, ya digo cualquier tontería. Ya no importa, total, yo ya me voy”, se escucha decir a Fox, en comentarios previos a la entrevista con la agencia española hecha el 31 de octubre.
Pero de la anécdota se pasó en muchas ocasiones a la crítica en contra del mandatario por utilizar expresiones que a juicio de algunos mostraban a un hombre que olvidaba que antes de un ciudadano era el jefe del Ejecutivo mexicano y debía cuidar las formas.
Una de las frases más citada es una que le dijo al presidente cubano Fidel Castro, previo a una cumbre de financiamiento de Naciones Unidas que se realizó en la ciudad norteña de Monterrey en abril del 2002.
“Me acompañas a la comida y de ahí te regresas”, le dijo Fox a Castro, en una conversación privada que dio a conocer el gobierno cubano y en la que el mexicano le pedía a su colega que evitara utilizar la cumbre para pelearse con el estadounidense George W. Bush. Aunque ya afectadas, las relaciones bilaterales entraron en un proceso de enfriamiento mayor que, si bien con altibajos, aún no se restablece del todo.
La frase fue sintetizada por la prensa a “Comes y te vas”, que quizá se volvió más famosa que la cita original.
Para 2005, otra frase causó disgusto internacional. El 13 de mayo dijo que los migrantes mexicanos hacen “trabajos que ni siquiera los negros quieren hacer allá en Estados Unidos”.
Situación similar, aunque sin repercusiones en el extranjero, ocurrió el 7 de febrero de 2006 cuando comparó a las mujeres con máquinas de lavado.
“El 75 por ciento de los hogares de México tienen una lavadora, y no de dos patas o de dos piernas, (sino) una lavadora metálica”, dijo Fox. De inmediato, recibió duras críticas en el país e incluso un organismo gubernamental contra la discriminación le solicitó evitar el uso de expresiones sexistas.
“¿Y yo por qué?”, respondió el presidente Fox a reporteros cuando le preguntaron sobre un conflicto entre las televisoras mexicanas Canal 40 y TV Azteca.
Aún más. En octubre de 2001, tuvo un tropiezo durante su participación en el Segundo Congreso Internacional de la Lengua Española en Valladolid: Llamó “José Luis Borgues” al escritor argentino Jorge Luis Borges.
Unos días después dio más de qué hablar: “Yo le pregunto a los que escriben o a los que comentan, ¿jamás han metido una pata en su vida?, ¿jamás han tenido un lapsus bilingüe?. Mira que agarrar el caso de Borges para destruir lo que fue una presentación en Valladolid”.