@@ADSSCRIPTS@@

Nosotros

Carta de un niño abortado

Por: Miguel Ángel Pérez Ramírez

Mamá:

Aunque tú no quisiste que yo naciera, no puedo dejar de decirte mamá. Te escribo desde el cielo, para explicarte lo feliz que yo estaba desde que comencé a vivir en tu vientre. Yo deseaba nacer y conocerte... pensaba que algún día llegaría a ser un niño feliz en tus brazos.

Creí que cuando cumpliera nueve meses de estar junto a tu corazón y naciera, todos se iban a alegrar con mi llegada. Pero tú no pensabas igual que yo, ¿verdad mamá? Y un día, cuando yo estaba durmiendo tranquilo en lo más recóndito de tus entrañas, sentí algo extraño... que no sabría explicarlo... algo que me hizo temblar.

Sentí que me quitaban la vida. Yo quise defenderme... pero la muerte, con su implacable y metálica voz, me sorprendió cuando en tu vientre estaba tan contento y sólo pensaba y soñaba con nacer para besarte...

Entonces no comprendí quién me quitaba la vida. Dime, mamá, ¿quién podría entrar impunemente dentro de ti y llegar hasta donde yo estaba tan seguro y me alcanzaba para matarme?, ¿quién sabía que yo estaba ahí?, ¿quién fue mamá, quién?, ¿dónde estabas tú que no me defendiste?

No sé lo que llegué a pensar... perdóname, pero por un momento, la negra duda pasó por mi mente, y creí que sólo tú habrías podido hacerla. Pero no, perdona mi mal pensamiento, ¿cómo iba yo a comprender que una madre matara a su hijo, cuando en la casa no estorban ni el gato, ni el perro, ni el televisor?

Ahora mamá, ya lo sé todo, sé que hay madres que matan a sus hijos antes de nacer. Mamá, ¿cómo pudiste matarme?, ¿cómo es posible que hicieras tal cosa conmigo?, ¿pensabas acaso comprar un lavaplatos o una lavadora con los gastos que yo ocasionaría? Un mal consejo te dieron y lo escuchaste antes de oír tu corazón.

Yo tenía tantas ilusiones, y tú me las quitaste todas. Yo que pensaba en ser un buen ingeniero, un médico o defensor de mi patria, pero sobre todo un buen hijo y un buen padre, pero tú me lo negaste todo.

¿Sabes mamá? Ayer estuve hablando con Dios y le pedí que por favor me aclarase la verdad de mi muerte. Él me abrazó con cariño y me dijo muchas cosas... Las palabras más maravillosas y alentadoras que jamás escuché; las mismas que siempre soñé escuchar de tus labios de madre, cuando todavía esperaba que me arrullaras en tus brazos. Me dijo también, que sólo Él es el dueño de la vida, y que nadie tiene derecho ni poder para quitarla.

Por mis ojos caían torrentes de lágrimas, pero Dios me estrechó contra su pecho y me susurró tiernamente: ?Pequeño mío, si tú no tienes madre, Yo te daré la mía?. Y me llevó a los brazos de la Virgen María, quien me ha dado todo lo que tú me negaste.

Mamá, antes de despedirme de ti, voy a pedirte un favor: Que esta carta que te escribo se las leas a tus amigas y futuras mamás, para que no cometan el monstruoso error que tú cometiste conmigo.

Te envío todo mi cariño que hubiera querido darte con mi vida, y que te arrepientas de lo que hiciste con...

Tu hijo que nunca nació.

Escrito en: estaba, ¿quién, buen, ¿cómo

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de Nosotros

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas