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Con listones de colores...

Por Selene Esparza

En los últimos años se ha hecho muy popular el culto a San Charbel por los favores que la gente dice recibir por su intercesión.

Su imagen lo muestra con barba blanca, túnica negra y brazos extendidos en actitud de oración. En sus estampas también lo acompañan un cedro de Líbano, un cáliz y la imagen de la Virgen María. En las parroquias es muy común ver la estatua de este santo colmada de listones de colores, donde los fieles escriben sus peticiones.

En la ciudad de Durango está puesta su imagen en la imponente parroquia de Santa Ana y la Sagrada Familia, donde cada día 8 de mes es celebrada una misa especial en su nombre, la cual es oficiada por el presbítero Víctor Manuel Solís.

Su origen

El Líbano es el hogar principal de los maronitas y sede de sus patriarcas; forma parte de la llamada Tierra Santa.

San Charbel nació dentro de una familia campesina el 8 de mayo de 1828 en el pueblo de Beqakafra, a 140 kilómetros del Líbano. Era el quinto hijo de Antun Makhlouf y Brigitte Chidiac. Fue bautizado con el nombre de Yusef (José).

El padre de Yusef murió cuando éste era todavía un niño, por lo que su madre se encargó de cuidar a la familia, dándole ejemplo de virtud y fe. Pasado un tiempo, ella se casó de nuevo con un hombre devoto, quien después fue ordenado sacerdote (en el rito maronita, los hombres casados pueden ser sacerdotes).

Familia ejemplar

Yusef estudió en la escuela parroquial del pueblo y ayudó a su padrastro en el ministerio sacerdotal.

De él aprendió a llevar una vida de oración. A la edad de 14 años era pastor de ovejas y descubrió una cueva, a la que con frecuencia se retiraba para hacer oración. Eso le ocasionó las burlas de otros jóvenes pastores.

Cambio de identidad

A los 20 años de edad, Yusef era el sostén de su familia. Aunque era el tiempo adecuado para el matrimonio, decidió esperar. T

res años después, en 1851, eligió ingresar al convento de Nuestra Señora de Mayfouq. Ahí renunció a su nombre bautismal de Yusef y escogió como nombre de consagración: Charbel. Dos años después profesó los votos perpetuos como monje en el Convento de Annaya y posteriormente realizó sus estudios de Filosofía y Teología en el Monasterio de San Cypriano de Kfifen.

sacerdote-ermitaño

Fue ordenado sacerdote el 23 de julio de 1859 y al poco tiempo regresó al Monasterio de Annaya, donde pasó muchos años de vida al cuidado de los enfermos, la ayuda a los semejantes y el trabajo manual en cosas muy humildes.

Tuvo mucho amor a la Eucaristía y a la Virgen María.

A los 47 años solicitó permiso para vivir como ermitaño, en soledad y oración en la ermita de San Pedro y San Pablo. Comía una sola vez al día y así vivió hasta los 70 años en que Dios lo llamó a su presencia.

Muerte y milagros

Aunque San Charbel tuvo una vida alejada del mundo, después de su muerte se hizo muy popular porque Dios quiso señalarlo con numerosos prodigios. Su cuerpo se ha mantenido incorrupto, sin la rigidez habitual y con la temperatura de una persona viva.

Suda un líquido rojizo semejante a la sangre y ocurren prodigios de luz constatados por muchas personas. En 1950, al pasarle un lienzo por la cara, quedó impreso en la prenda el rostro de Cristo como en el Sudario de Turín. Estos acontecimientos hicieron que el pueblo lo venerara como santo aunque la jerarquía y sus mismos superiores prohibieron su culto formal, en tanto que la Iglesia no pronunciara su veredicto.

canonización

En 1925, debido al constante culto del pueblo, el Padre Superior de la Orden solicitó al papa Pío XI la apertura del proceso de estudio para la beatificación del padre Charbel.

Fue beatificado el 5 de diciembre de 1965 por el papa Pablo VI, quien dijo en ese momento: “un ermitaño de la montaña libanesa puede hacernos entender, en un mundo fascinado por las comodidades y la riqueza, el gran valor de la pobreza, de la penitencia y del ascetismo, para liberar el alma en su ascensión a Dios”. El 9 de octubre de 1977 fue canonizado siendo el primer santo oriental desde el siglo XIII.

En México

Además de ser bien conocido en el Medio Oriente y en toda la Iglesia, en América es particularmente venerado en la República Mexicana a partir de la inmigración maronita que comenzó en el siglo XIX. Su devoción se propagó en la actualidad muy rápido por el aumento de milagros.

Manifestó el presbítero Víctor Manuel Solís: “parece que Dios desea utilizar este santo como signo de su deseo de unificar el Oriente con el Occidente. La Orden Maronita en México atiende la Iglesia de Nuestra Señora de Líbano, calle de Manzano 29, Col. Florida. En ese lugar se puede conseguir el aceite bendecido del Santuario de San Charbel en Líbano”.

Invitación

En el Templo de Santa Ana y la Sagrada Familia se lleva a cabo una celebración eucarística en honor a San Charbel. Todos los días 8 de cada mes, los feligreses se acercan a la parroquia en punto de las 12:00 del día y después de escuchar la eucaristía, el sacerdote Víctor Manuel Solís entrega a cada asistente una torunda de algodón con el aceite que es traído especialmente desde el Uro, Nuevo León, que a su vez se traslada desde El Líbano.

Así cada persona se unge y repiten la oración de sanación que el párroco dispone ofrecer a San Charbel. “Hemos recibido más de 500 personas a la misa, este evento ha ido creciendo en todos los sentidos”, manifestó el entrevistado.

Al culminar la sagrada eucaristía la gente se acerca al santo para venerarlo y hacerle sus peticiones en un listón que le colocan en su imagen. Cuando San Charbel intercede el milagro, los creyentes le llevan un listón blanco en Acción de Gracias.

Rito maronita

La Iglesia Católica tiene una misma fe, pero la celebra en ritos o cultos diferentes. Cada rito tiene orígenes históricos y culturales distintos. El rito romano es el que se extendió más por todo el mundo europeo y es el que llegó también a América.

Pero no es el único, en el Oriente se tienen los ritos copto y alejandrino provenientes de la Iglesia de Egipto y Etiopía. De Siria se desprende el rito melkita y el rito maronita.

Se le llama maronita en honor a san Marón, sacerdote y eremita de la Iglesia de Antioquía del siglo IV, quien cultivó las virtudes evangélicas, retirándose del mundo, entregándose día y noche en oraciones, ayunos y sacrificios.

El rito maronita se sigue especialmente en el Líbano y en otros lugares donde han emigrado los libaneses. Su lengua litúrgica es el arameo, la lengua que hablaba Jesucristo, por lo que en cada lugar sus celebraciones se hacen en arameo, mezclado con el idioma del país donde se realiza.

Escrito en: rito, Charbel, Iglesia, santo

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