Un hecho sin precedentes se aloja en la historia moderna de Durango; el registro y documentación de construcciones que datan de hace casi mil años en la entidad posicionan a este hallazgo como uno de los cinco más importantes del norte del país. El lugar fue denominado como ?Las casas en acantilado de la cuenca del Río Mezquital?.
En exclusiva para El Siglo de Durango y a través de una expedición realizada al lugar con autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se comprobaron los hechos que posicionan a Durango a través de la documentación y registro oficial del hallazgo como una de las únicas entidades que alberga edificaciones de este tipo.
Los especialistas del INAH que lideraron la expedición fueron: José Luis Punzo Díaz, investigador de la sección de arqueología; Sahira Rincón Montero, arqueóloga; Jesús Fernando Guerrero Baca, profesor de la Escuela Nacional de Conservación y Restauración Churubusco INAH (con grado de doctor); Jesús Fernando Lazalde Montoya, profesional en el tema; y Alberto Ramírez Ramírez, director de dicho instituto.
El hecho anteriormente descrito es calificado por los estudiosos como un parteaguas en la historia de Durango.
Los vestigios se localizan en una cuenca del Río Mezquital, en el municipio de Pueblo Nuevo; en el lugar se encontraron restos de cerámica rústica, misma que en primera instancia fue relacionada por profesionales en la materia con la cerámica del Valle del Guadiana (ésta era producida por los grupos chalchihuitas), además, olotes con características de maíz mesoamericano, que por sus particularidades sugieren una antigüedad de por lo menos 900 años, además de herramientas de trabajo. También existen pinturas rupestres que sugieren que el lugar haya tenido dos periodos de ocupación.