El cuentista y dramaturgo ruso Anton Pavlovich Chéjov es considerado uno de los grandes maestros del relato y teatro modernos. Hijo de un comerciante, nació el 29 de enero de 1860 en Taganrog (actual territorio de Ucrania), provincia portuaria construida a orillas del mar de Azov, en donde la vida rural imponía su aislamiento y Chéjov pasaba la mayor parte del día en la tienda de su padre, despachando detrás del mostrador y enterándose de las noticias que descargaban los barcos.
Cuando tenía 15 años le diagnosticaron peritonitis y es probable que durante su larga convalecencia se haya despertado su interés por estudiar medicina. Después de sus dieciocho años, una mezcla de vigor juvenil y tenacidad provinciana lo impulsaron a dejar Taganrog, acallando la tonada invariable de la vida rural, para dirigirse a Moscú -en donde se encontraba ya su familia- con el firme propósito de ingresar a la universidad.
Mientras estudiaba medicina en la Universidad Estatal de Moscú, abrumado por la penuria económica, comenzó a escribir sus primeros relatos con el pseudónimo de Antocha Chejonté, escribía sobre cualquier tema y con la aprehensión de que el impacto de un relato era mayor cuanto más breve fuera. Entre 1880 y 1885, trabajó con admirable regularidad y publicó cuentos, reportajes y sainetes en revistas y periódicos, actividad que lo entrenó en la escritura aguda y condensada, que marcaría su estilo como escritor maduro.
Es posible que su profesión de médico le haya permitido a Chéjov desarrollar un profundo conocimiento humano pues lo más importante en la vida de sus personajes les sucede en la intimidad, tras bambalinas, en lo cotidiano: ?¿Por qué no vivimos tal como podríamos vivir??, hace decir Chéjov a uno de sus personajes en ?Platónov?. La temática de la vida cotidiana es aquello que apenas confesamos a media voz: el amor, la muerte, la soledad, el dolor, la alegría, entre otros, y son estos temas los que suele adoptar el naturalismo para sus manifestaciones más concretas. Es por ello que Chéjov es considerado un representante del naturalismo moderno.
Aunque sus personajes están inspirados en figuras de los últimos años del zarismo, su vigencia no ha caducado, sus actores siguen pareciendo modernos en la actualidad. ?Es el más sutil analista de las relaciones humanas?, señaló la escritora inglesa Virginia Wolf sobre Chéjov. Mientras que el alemán Thomas Mann reconoció que ?lo breve y condensado? en él ?puede superar en intensidad artística a lo grande, a la obra monumental?.
La Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, promovida por la Universidad de Alicante, tiene la versión digital de algunos de los grandes textos teatrales del autor ruso Anton Chéjov: ?El Tío Vania?, ?La Gaviota? o ?El Jardín de los Cerezos?. Además de otras obras como el curioso monólogo ?Sobre el Daño que hace el Tabaco? (publicado recientemente en el número 1626 de la revista Proceso).
Monólogo conmovedor y despiadado. ?Sobre el daño que hace el tabaco? es una obra que consta de un solo acto. El personaje es Iván Ivanovich Niujin, esposo de la propietaria de una escuela de música y de un pensionado de señoritas. En esa pieza breve, Chéjov presenta a un conferenciante desafortunado que inicia ante el público una charla sobre los perjuicios que provoca fumar; pero su sermón deriva pronto a una confesión lamentable de marido maltratado y burócrata mediocre.
Aunque Chéjov sólo vivió 44 años, su obra significó el salto a la modernidad en la narrativa, ya que en sus relatos y dramas el efecto depende más del ánimo de los personajes y del uso de los símbolos que de la trama. No encuentro mejor homenaje a Chéjov que la lectura de su obra en este mes de enero, en el que se cumple un aniversario más de su natalicio.