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“Chis Chas” y su picardía norteña

Juan Francisco Arroyo

La semana pasada le mencioné a Jesús González Leal, mejor conocido como “Chis Chas”. Quizá no lo recuerde, pero sin ningún ánimo de comparación, junto con Eleazar García “Chelelo” y Eulalio González “Piporro”, formaron la trilogía cómica masculina del norte más conocida.

El primero incursionó en el cine y en la música, predominando los discos que contienen sus chistes, algunos subidos de tono, pero lo mismo se reía de la crisis que de la condición humana y no se diga de los políticos, sin olvidar las desavenencias surgidas en el seno conyugal. Quiero invitarlo a que recordemos algunas de sus ocurrencias, como un homenaje póstumo a su memoria.

Sus ocurrencias: en uno de sus acetatos pide: “Bueno, raza, no olviden cuando vayan de día de campo, en carretera, incluso en su oficina; tener uno de mis discos “Picardía Norteña”. Recuerden que la risa es el alimento del alma, pero con su compra contribuyen al sustento de los niños desvalidos y desamparados… ¡que son mis hijos… ya me los andan corriendo de la escuela!”. Ahora sus chistes: “ándele, comadre, que allá está mi compadre que se piensa aventar del quinto piso, dizque porque usted lo engaña”. Sube la infiel y alcanza a ver al ofendido al borde del vacío y le grita: “Espérate, pen… si te puse cuernos, no alas”.

Sube una señora con su niño a un autobús urbano. “coincidencialmente” le toca un chofer grosero (de esos que casi no existen): “Mire nada más, señora, qué muchacho tan horrible. ¡Qué feo, qué espantoso!”. La dama se va al fondo del camión refunfuñando. Otro pasajero la escucha y le pregunta: “¿Qué le pasa, señora, qué le sucede?”. “El conductor majadero, que insultó a mi pequeño, pero me las va a pagar”. “Sí, sí, señora, vaya y póngalo en su lugar, mientras yo le cuido ¡su chimpancé!”…

El funcionario forestal le pregunta a un presidente municipal sobre aspectos de su territorio. “¿Qué dice la flora y la fauna? “Oiga, viera que esos maricones ya se fueron de ahí”.

Otro presidente municipal le indica a su secretaria: “Cíteme a todos estos fulanos para el viernes”. “Disculpe, señor, -le dice ella-, ¿viernes es con ve chica o con ve grande?. “Este… cítelos para el lunes ”… Llega molesto un grupo de vecinos a la oficina del alcalde, y le reclama por qué no han instalado la red de agua en su colonia, cuando que fue una de sus promesas. Enérgico, llama al titular de “Aguas del Municipio”: “Óyeme, ingeniero ¿por qué no hay agua en ese sector?. “No se puede”, –dice el compungido funcionario-. “Cómo que no se puede, esa respuesta no existe, en mi plataforma, ¿por qué no?”. “No se puede por la ley de gravedad. “Ah que la chi… ¡comuníquenme con el gobernador… ¡voy a pedirle que la derogue!”.

Cuando el doctor Zedillo fue a visitar a Bill Clinton le preguntó cómo le hacía para dirigir al país más poderoso: “Me rodeo de gente capaz. Fíjate bien, Ernesto: Al Gore, ven aquí: ¿Quién es el hijo de tu madre que no es tu hermano?”. “Pues yo, señor Presidente”, -le contesta Gore. A su regreso Zedillo le hace la misma pregunta a Gurría, quien confiado promete: “Ahorita convoco a una reunión de gabinete y en setenta y dos horas le tengo la respuesta”. Le pregunta a uno, a otro y otro y no saben, hasta que llega con Aspe y éste le dice: “El hijo de mi madre que no es mi hermano ¡soy yo!. “¿Tú?”. Contento regresa Gurría y le informa a Zedillo: “¡Es Aspe!. Zedillo le corrige: “Cómo serás pend..; ¡es Al Gore!”.

El candidato prometía…”De llegar a ser diputado les prometo la luz mercantil”. “¡Mercurial!” -le gritó un oyente-. “¡También ésa!, -enfatiza el político, centavos sobran”… “¿Cuál es la acera de enfrente?”, -pregunta un suavecito-. “Pues aquella”, le responde un viandante. “Quién les entiende… allá me dicen que ésta”…

Había una reunión de seres del tercer tipo. Gabino llegó tarde y empezó a tocar el portón. Tocó, tocó, tocó y no le abrieron. Insistió más fuerte hasta que le inquirieron de adentro. “¿Quién?”. “Gabino”. “¿Cuál Gabino?”. “Ay, pues Gabino el pu…; si fuera Gabino Barrera, ya les hubiera tumbado su pin… puerta ”. Gracias, mi buen Chis Chas.

Escrito en: Zedillo, señora,, Gabino, pregunta

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