CIUDAD DEL VATICANO.- El secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone, se mostró preocupado por la situación que vive el Tíbet y pidió la contribución de las partes para solucionar pacíficamente el conflicto en curso en esa región.
“El Tíbet preocupa mucho porque es un país rico de tradiciones y vecino a la gran China. Deseamos, incluso viendo las señales de estas horas, que se restablezcan las relaciones entre estos dos grandes países”, sostuvo.
CONVERSACIONES
En declaraciones a los periodistas luego de una misa que encabezó aquí con motivo de la festividad de la Divina Misericordia, el purpurado solicitó el reinicio de las conversaciones de paz, coexistencia fraterna y de confianza recíproca.
“La confianza es un problema fundamental porque mientras ésta no exista no se puede construir la paz”, dijo sobre la tensión que prevalece en ese territorio después de la agitación reciente.
China ocupó el Tíbet en 1950 y lo convirtió en una región autónoma bajo soberanía de Beijing.
ESPERANZA
Antes, durante la celebración eucarística recordó al extinto papa Juan Pablo II como un hombre valiente, lleno de bondad y de misericordia para con todos, no sólo en las relaciones interpersonales sino también entre los pueblos.
Evocó que uno de sus lema fue “no existe esperanza sin perdón” y afirmó que esto se experimenta en la actualidad en las historias entre los pueblos, en las historias geográficas del mundo de estos días. “Es necesario desactivar los potenciales de guerra y de cólera que existen en cada uno de nosotros para tener el don de la paz para la humanidad entera”, señaló.
“A menudo –apuntó- nos preguntamos que será del futuro del hombre sobre la Tierra, no podemos saberlo pero junto a nuestros progresos no faltarán experiencias dolorosas”.