Primero recordar que la función notarial es de orden público y corresponde al Estado ejercerla; luego considerar el concepto de sistema como conjunto de reglas o principios sobre una materia racionalmente enlazadas entres sí, según el diccionario; tampoco olvidar que la institución notarial tiene como fin último dar certeza y eficacia a los actos y hechos jurídicos, para luego decir que los sistemas más conocidos son el latino, el sajón, el islámico, que por cierto tiene elementos tanto jurídicos como religiosos y es al que pertenecen la mayoría de los países de esta religión teniendo como inspiración los principios del Corán y por último el socialista al que algunos autores de textos le añaden una carga ideológica y lo llaman “totalitario” lo cual, desde mi punto de vista, es incorrecto y no tiene caso.
Referenciamos en primer término al notariado latino recordando que fue adoptado por aquellos países que heredaron el derecho romano y consiste en la facultad del notario para dar forma a un acto jurídico bajo su autoría, autonomía y convertirlo en instrumento público. Es el sistema al que pertenecen el mayor número de países y recientemente después de un largo y complicado proceso China y Japón han reconocido que es el más sólido y el mejor estructurado por lo cual se han integrado a este sistema. Respecto del notariado anglosajón podemos afirmar que no tiene ni los atributos ni las obligaciones del notariado latino; en este sistema se desconoce el documento auténtico y su eficacia pública; el “public notary” en los hechos se limita a ser testigo calificado de que una persona puso su firma y que la identificó, pero no redacta ni se introduce al fondo del asunto, menos aun vigila la legalidad del acto, su cargo es temporal y carece de formación profesional. Inglaterra, Estados Unidos de Norteamérica y los países influenciados por ellos tienen este sistema.
Por lo que se refiere al notariado socialista se da en los países que tienen este régimen, en donde la propiedad privada era escasa. Este sistema, con la transformación política y económica de estos regímenes en el mundo, observa en la actualidad una adecuación a los modelos de vida globalizados y modernos; prueba de lo anterior es el modelo del notariado cubano. Otro país integrado al sistema socialista es Alemania en donde los notarios intervienen destacadamente en los juicios de jurisdicción voluntaria y en la desaparecida URSS el notario tenía una función de consejo, eran consultores de las partes, “pero la función de control” del Estado limitaba su participación en asuntos jurídicos privados; también tiene una transformación y adecuación a los nuevos tiempos.
De la anterior visión muy general podemos decir que a pesar de las diferencias de forma, los sistemas pertenecen, como lo expresamos al inicio de este artículo, a hacer realidad la función esencial de la institución notarial que es, dicho en uno de los mandamientos del decálogo notarial, evitar a través de la asesoría legal y la elaboración correcta del instrumento público que “exista contienda entre los hombres”.