Don Chema Tamales.- Del antiguo Cancionero Picot, el icono era don Chema Tamales, que consistía en la caricatura de un charro bigotón que, haciéndole honor a su apellido Tamales, cargaba con una panza pantagruélica y tamalera.
Las colchas de la abuela Telésfora.- La abuela Telésfora confeccionaba sus colchas con retazos de diversos géneros, de manera que resultaban de mil colores brillantes y multiformes como los prismas de un caleidoscopio, muy agradable a la vista y a la economía familiar.
Eulogio Ortiz.- El general revolucionario Eulogio Ortiz fue comandante militar en Durango, durante los tiempos de la cristiada y cometió infinidad de atropelllos. Años después murió atropellado en Querétaro, es decir, murió como vivió.
La manta nada.- Antiguamente la manta en sus versiones de cabeza de indio y manta blanca era muy solicitada por las amas de casa, para confeccionar camisas, calzoncillos, para el marido y los críos. Llegó a ser tan popular, que dio lugar al dicho aquel de: Le gusta la manta fiada”, aplicado a quienes estaban prontos a divertirse a la menor invitación.
Cuando Enrique Guzmán se presentó en Durango.- Fue en la velada de coronación de Patricia Darnm, alumna del quinto año del Bachillerato de Leyes, como reina de los festejos estudiantiles universitarios, el 19 de mayo de 1963. En esa ocasión, Enrique Guzmán también se presentó en la XEDU, en donde lo ovacionaron sus cientos de admiradoras y autografió su disco “Long Play”. Así se les llamaba a los acetatos de larga duración, que ahora están para museo, lo mismo que Enrique Guzmán.
La moda de las pelonas.- Por los años veinte, tanto en México como en Durango se puso de moda en las mujeres el pelo corto. Los hombres, sorprendidos e indignados, vieron caer al suelo las trenzas bajo el filo de las tijeras, por lo que, no queriendo quedarse callados, compusieron un corrido que en su parte inicial decía así: “¡Áh! Qué fuerte anda la moda/como todos lo verán/ catrinas y no catrinas/ y ancheteras de San Juan,/ dicen que se pelarán,/ pues han de lucir sus rizos/ también enseñan sus zancas/ aunque estén como carrizos.
Pasito chicaguense. - El pasito que mal llaman pasito duranguense es más bien pasito chicaguense, pues no nació en Durango sino en Chicago, la ciudad que algunos llaman de las dos necesidades.
Haciendas cercanas a Durango.- Durante el porfiriato, existieron, aledañas a la capital de Durango, las siguientes haciendas: Navacoyán con 779 habitantes, dos escuelas, un establecimiento de comercio y un templo; La Punta, con 513 habitantes, un establecimiento de comercio y un templo; El Chorro, con 586 habitantes, dos establecimientos de comercio y un templo; la Labor de Guadalupe, con 619 habitantes, una escuela, un establecimiento de comercio y un templo; San Lorenzo del Aire, con 445 habitantes y un templo; San Lorenzo Calderón, con 395 habitantes, una escuela y un templo; Ayala, con 250 habitantes; Tetillas, con 298 habitantes y un templo; Tapias, con 137 habitantes y un templo; San Agustín, con 248 habitantes y un templo; Dolores, con 340 habitantes y un templo; El Capulín, con 306 habitantes; Otinapa, con 72 habitantes; y la San Martina, con 162 habitantes.