Pocas son las ocasiones en que el destino ofrece la oportunidad de reunir a semejantes personalidades de la actuación en un solo escenario... y ésta es una de ellas. Pedro Armendáriz, Roberto D’Amico, Jesús Ochoa, Rafael Sánchez y Héctor Bonilla se presentan hoy en el Teatro Ricardo Castro con la puesta en escena Los Lobos, dispuestos a mostrar el porqué de su impresionante éxito. Lograr reunir a este elenco no fue tarea fácil, admitió Pedro Armendáriz, pues cada uno tenía diversos compromisos laborales y el problema principal radicó en lograr empatar las fechas, ya que por el contenido de la obra todos manifestaron de inmediato su interés en participar.
Lobos de colmillo largo y retorcido.
La trayectoria de cada uno de los involucrados es clara referente del espectáculo nacional, ya sea en cine, teatro o televisión, por lo que verlos compartir el escenario garantiza toda una experiencia. El “colmillo” de estos personajes quedó de manifiesto durante la rueda de prensa que ofrecieron ayer, en la que dejaron de lado cualquier tipo de formalidad para dar paso a una autentica charla, donde las ocurrencias de los actores y las risas estuvieron a la orden del día.
Sin Víctor Trujillo.
Desgraciadamente uno de los integrantes de este elenco no participará en las funciones que se ofrecerán hoy. Víctor Trujillo tuvo que separarse temporalmente de la “manada” para cumplir con sus compromisos televisivos, pues habrán de recordar que su Notifiero se trasmite todos los viernes en vivo y en directo. Sin embargo, su lugar será ocupado nada más y nada menos que por Héctor Bonilla, quien originalmente funge como director de la mencionada puesta en escena. Y aunque Bonilla tampoco pudo estar presente en la rueda de prensa es un hecho que llegará a tiempo para hacer gala de su peculiar estilo interpretativo.
Sin más intenciones que hacer reír.
El sarcasmo, la carrilla y los chascarrillos dominaron el ambiente, dejando ver la excelente relación que reina entre los protagonistas, destacando Pedro Armendáriz y Jesús Ochoa como los más inquietos e irreverentes del reparto. Y aunque la temática de la obra podría parecer bastante seria, pues trata de la corrupción en los más altos niveles del Gobierno, los histriones se encargaron de descartar cualquier otra intención que no sea la de hacer reír a la audiencia, así que cualquier parecido con la realidad será pura coincidencia.
La historia.
La obra original recrea, en ficción, un hecho real de corrupción de la historia argentina: un escándalo de 1940 por la compra de terrenos por parte del Ejército en la localidad de El Palomar, hecho que provocó un enfrentamiento entre políticos y militares, quienes tuvieron que decidir entre realizar una investigación para transparentar la gestión del Gobierno o silenciar los hechos para obtener los beneficios de esta operación irregular. Bonilla fue el encargado de adaptar una versión para México, “no se mezclarán referencias concretas hacia ningún partido político, pues la intención no es hacer demagogia”, afirmó Armendáriz.