Las horas pasan y la herida aún no sana, difícilmente sanará para el próximo domingo, pero Omar Arellano hijo asume su responsabilidad un día después de haber guardado silencio, tras el cese de su padre en la dirección técnica de Chivas del Guadalajara.
El nueve del Rebaño se abre reconociendo que en lo anímico no está del todo bien: “fue un día muy difícil en lo personal, es mi sangre, es mi familia, es muy complicado asimilarlo, te soy sincero todavía me duele”.