¡Qué bonita vecindad!, y no fue precisamente la del Chavo, sino la fundada en 1971 donde Tacho de casó con Tencha la del Ocho. El atrio del Templo de San Juanita de los Lagos se convirtió en una vecindad tradicional y una gran familia se vistió de fiesta para disfrutar de un casamiento a la mexicana de la que cientos de duranguenses fueron testigos.
Historia
Dentro del Festival Cultural Universitario Francisco Montoya de la Cruz, el Instituto del Cultura del Estado de Durango presentó una entretenida puesta en escena que estuvo a cargo del elenco del Corral de Comedia de Querétaro. La historia se desarrolla dentro de una vecindad donde todos conviven y comparten de manera unida toda clase de festejos: 15 años, graduaciones, primeras comuniones, presentaciones, santos, bautizos y donde “sin duda la reina de las fiestas es la boda”.
Personajes
Con este motivo se reunieron personalidades de toda índole, que hicieron gala de su buen humor para contagiar al público con numerosas ocurrencias; desde las señoritas solteronas, el viejo rabo verde, el cura, Tacho, Tencha, el famoso panadero, el típico policía y todos los grandes amigos que habitan en esta casona fueron testigos vivos de la boda de vecindad que ahí se realizó. Los actores encontraron la manera de involucrarse con los espectadores y así comenzó la fiesta.
Realidad
“Las vecindades, un lugar en el que habitan papá, mamá, pájaros, tíos, abuelos y que se convierte en vestidor, desayunador, taller familiar, sala de estar y dormitorio”, es el motivo que ha dado origen a esta obra de teatro. Se Casó Tacho con Tencha la del Ocho, puesta en escena dirigida por Paco Rabell, es una obra que muestra la realidad y aventuras que vive una pareja de un barrio típico mexicano y que también da a conocer la solidaridad que impera en las vecindades tradicionales.
De todo un poco.
La boda de Tacho con Tencha desarrolla una serie de irregularidades. A Tacho deben ponerle una faja para que “como tamal mal amarrado” puedan entrar en el traje de la boda; el juez, quien es bastante despistado, debe preguntar entre el público para llegar a la boda a tiempo, la portera que se la pasa pidiendo ‘cooperacha’ para la fiesta, prefiere gastársela en ‘un traguito’; o las estatuas que afinadas dan a conocer el evento del año, son algunos de los actos que desataron las carcajadas de chicos y grandes.
Final
Veinte actores en escena fueron los responsables de hacer reír a los espectadores durante poco más de una hora de actuación y después de logrado el objetivo, finalmente se consuma este divertidísimo matrimonio “tan poco común” pero tan real en muchas de las vecindades de la sociedad mexicana.