"El cártel de Sinaloa", del periodista Diego Osorno, recoge en sus páginas la génesis del grupo narcotraficante más poderoso de México y de su líder, Joaquín "El Chapo" Guzmán, llamado a ser leyenda del tráfico de drogas.
"De toda la generación que estuvo peleando en los 90, "El Chapo" es el que logró los mejores contactos en Colombia, lo que es clave", dijo Osorno a Efe en una entrevista, en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL).
El reportero lleva varios años informando sobre narcotráfico y conflictos diversos para el diari o Milenio y otras publicaciones. Éste es su segundo libro de investigación.
"Lo que le convertirá en leyenda, cuando muera o sea capturado, es su fuga de Puentegrande", apuntó Osorno. "El Chapo" escapó en un carrito de ropa sucia de un penal de alta seguridad con la connivencia de las autoridades, en 2001.
"El mejor narco no es el más famoso; en sus códigos, es el que menos se conoce", explicó el periodista. Así, destacó también las figuras decanas de Ismael "El Mayo" Zambada y Juan José "El Azul" Esparragoza, ambos del cártel de Sinaloa.
Osorno habla también del sicario más temible del país, "La Barbie", lugarteniente de los de Sinaloa, llamado así porque es rubio y con aspecto de galán. Curiosamente, no es mexicano, sino estadounidense, de Laredo, Texas.
Entre los personajes entrevistados en el libro está el "Comandante Ramiro", del Ejercito Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI), que decía luchar contra la alianza del narcotráfico y el Ejército en el sureño estado de Guerrero.
El cadáver de "Ramiro" se descubrió recientemente, el mismo día que apareció el libro de Osorno. Fuentes oficiales atribuyeron la muerte a un intercambio de disparos entre insurgentes y miembros del crimen organizado.
Otro de los retratados es Mauricio Fernández, acaudalado empresario norteño, hoy alcalde de un muy rico municipio y que hace poco anunció que se saltaría la Constitución en la lucha antidroga. Incluso dio a conocer la muerte del lugarteniente de un cártel horas antes de que su cuerpo fuera identificado.
Destaca la entrevista por cuestionario a Miguel Ángel Félix Gallardo, "El Jefe de Jefes", capo histórico de México, encarcelado desde hace veinte años, a cuyos escritos personales tuvo también acceso.
Gallardo Félix se encuentra hoy muy enfermo, con pérdida de visión y oído. La motivación del "Jefe de Jefes" para hablar es pintar una raya: "cuando él estaba eran narcotraficantes, lo que hay ahora son criminales, viene a decir", explicó Osorno.
Gallardo Félix desmiente también la noción de que repartió territorios entre lugartenientes y aliados, hoy señores de los cárteles. Eso, dice, lo hizo un alto mando de la presidencia de Carlos Salinas de Gortari (1988-94).
Osorno es muy crítico con la guerra al narcotráfico del Gobierno del presidente Felipe Calderón, que acumula más de 16.000 muertos en tres años, la mayoría sicarios, y ha envuelto al país en el miedo y se basa en golpes mediáticos, afirmó.
"Calderón está usando el narco para legitimarse, tras una complicada toma de poder se colgó del tema para hacerse ver como un presidente fuerte", explicó.
"El narco no se va a acabar con policías ni soldados", dijo, sobre los 45.000 efectivos de seguridad repartidos por el país. Ciudad Juárez, la urbe más violenta del país, con más de 2.000 asesinatos del crimen organizado este año, es la prueba del fracaso de esta estrategia, aseguró.
Si acaso, esta "guerra fallida" dejará la conciencia de que hay que hacer algo con el problema de las drogas, que no se podrá mirar a otro lado mientras los cárteles no hagan ruido, como antes, dijo.
La corresponsabilidad de Estados Unidos, "país cocainómano", es otro aspecto a enfatizar, apuntó Osorno. "Un día sin cocaína en Estados Unidos, eso sí sería espectacular", afirmó, haciendo analogía con la protesta "Un día sin mexicanos" que vivió EE.UU en demanda de una reforma migratoria.