Los cazadores designados para la captura en Colombia del hipopótamo macho "Pepe", que perteneció a la manada del fallecido capo Pablo Escobar, fueron dos altos ejecutivos de una compañía internacional automovilística que recibieron además la cabeza del animal para su "colección privada".
Así lo revela un informe de seguimiento de la caza de este animal, elaborado por Corantioquia (Corporación Regional de Antioquia, departamento del noroeste colombiano), al que Efe tuvo hoy acceso.
El animal fue sacrificado por el presidente y el gerente general de la empresa Autoélite, Federico y Christian Pfeil Schneider, respectivamente, que representan la marca alemana Porsche en Colombia y forman parte de la Federación Colombiana de Tiro y Caza deportiva (Fedetiro).
Según el informe, las autoridades medioambientales regionales y gubernamentales dispusieron en una resolución aprobada el pasado 9 de junio que la caza de los hipopótamos se pondría en manos de miembros de Fedetiro "con experiencia en este tipo de procedimientos".
El documento, que no aporta datos sobre la selección de los cazadores, señala que Federico y Christian Pfeil Schneider fueron armados con rifles de largo alcance y de alta potencia para causarle al hipopótamo Pepe "el menor sufrimiento".
El equipo de caza contó con la presencia de los empresarios, su asistente, un taxidermista, los representantes de tres instituciones ambientales locales y un batallón del Ejército colombiano.
El pasado 18 de junio le dieron muerte con cuatro balazos: uno en el corazón, otro en la cabeza y dos de remate, cuando el animal acudió al área de pasto que solía frecuentar.
En cuanto a la disposición del cadáver, la resolución observa que "las vísceras han de ser enterradas y la carcasa transportada para la colección privada del señor Federico Pfeil Schneider", y el cuerpo de la cría "Hip" deberá ser trasladado con vida a un parque zoológico bogotano.
El taxidermista cortó las patas del animal para presentarlas como evidencia al Ministerio de Ambiente colombiano y reservó la cabeza para el cazador.
Sin embargo, las vísceras quedaron en manos del Ejército, que se encargó de abrir la fosa para enterrarlas, pero "desafortunadamente faltó profundidad" y quedaron "a la intemperie", señala el informe, por lo que se incumplió la normativa sanitaria y ambiental.
Corantioquia insta en el informe a la Fundación Vida Silvestre Neotropical a que se mitiguen "los impactos negativos causados por el sacrificio del hipopótamo".
El Ejército también se encargó de evitar el paso a la zona del sacrificio de los pescadores y ganaderos de la región, quienes aseguraban que el animal era "mansito, él no hace nada", y podrían haber puesto en peligro la misión.
El informe denuncia también que a pesar de que se restringió el paso de particulares, no se advirtió a la comunidad de que se iban a emplear armas de caza en la zona, y recomienda "reforzar las sensibilizaciones" a los habitantes, ya que "es notable" que muchos "no han comprendido el peligro al que están expuestos".
El ejemplar fallecido, la hembra "Matilda" y su cría "Hip" escaparon hace más de dos años de la Hacienda Nápoles, la suntuosa finca en la que el narcotraficante Pablo Escobar congregó hasta 1.500 especies exóticas, entre ellas tres parejas de hipopótamos que se reprodujeron hasta contar casi una treintena de ejemplares.
Corantioquia insiste en que el permiso de caza se otorgó tras los infructuosos esfuerzos de dos años y medio para reubicar a los tres hipopótamos en libertad y a los cautivos en varios zoológicos colombianos y uno costarricense.