El fin primordial del recorte de alas es impedir que el loro salga volando a la menor oportunidad que tenga; al recortarle las alas lo que se hace es desestabilizarle el vuelo por lo que de ese modo únicamente podrá planear y no elevar el vuelo.
Hay varias opciones a la hora de recortas las alas: se puede recortar sólo una o las dos; hoy en día cualquiera de las dos alternativas es buena, aunque siempre es preferible la primera.
Lo normal es que las primeras veces que se haga el recorte lo haga el veterinario; se le debe observar detenidamente y más adelante podemos hacerlo nosotros mismos.
Lo principal que debemos saber es que las plumas a cortar no deben ser nunca plumas en crecimiento, ya que éstas tienen el cañon lleno de sangre y podemos ocasionarle una gran hemorragia.
Lo ideal es entretener al animal como si estuvieramos jugando y entonces ir haciendo poco a poco el recorte.
Para poder explicar bien primero es conveniente que hagamos una descripción del ala de un ave. Básicamente el ala tiene tres secciones. La más próxima al cuerpo es la humeral, la intermedia es la cúbito-radial y la tercera es la carpal. En cuanto a las plumas, diremos que las más largas son las rémiges que pueden ser primarias y secundarias (se insertan en la región cúbito-radial). La región humeral no tiene rémiges. Las plumas que cubren las rémiges son las supracobertoras alares y el resto de las plumas del ala son cobertoras. Para cortar el ala deberemos cortar todas las rémiges primarias excepto las tres primeras (las más alejadas del cuerpo del ave) y las primeras secundarias.
El respetar las tres primeras rémiges primarias es exclusivamente para que cuando el ave tenga el ala plegada no se note que ésta está cortada. El corte de estas tres plumas hace que el loro no vuele en absoluto, pero entonces cuando las alas permanecen cerradas se nota mucho que una de ellas es más larga que la otra.
1º Busque unas tijeras fuertes y afiladas.
2º Póngase cómodo, en una silla cerca de una mesa donde apoyar las tijeras mientras no las esté usando.
3º Saque al loro de su jaula, como siempre, como si sólo fuera a jugar con él, hablándole y con cariño. Cójale las alas, acarícielo debajo de las alas (les encanta a casi todos), enséñele las tijeras y déjele que las tantee con el pico, que juegue con ellas y que les pierda el miedo.
4º Abra el ala y observe bien que no haya plumas en crecimiento o si las hay téngalas perfectamente localizadas para no cortar ningún cañón.
5º Coja las tijeras y corte las plumas necesarias.
6º Si el loro aún vuela demasiado tras el corte, repita la operación cortando más plumas de la misma ala, nunca de la otra. Si a pesar de todo sigue volando más de lo que quisiera, corte las tres primeras rémiges primarias.
7º Tras el corte de plumas, siga jugando con el loro y tranquilícelo, como si no hubiera pasado nada. Normalmente si se hace bien, el loro estará absolutamente normal.