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FAMILIAS Y FAMILIAS ORDEN NATURAL

CLAUDIA MARÍA SIMENTAL

Desde que el ser humano apareció en la faz de la tierra, se encontró con la necesidad de establecer un orden natural que le diera sentido a su vida. Y es que el vivir de manera desordenada; es decir, sin reglas, normas y principios, sólo atraía el caos y no lograba llevarlo a un punto seguro para el propio avance y el de su comunidad.

Al paso del tiempo se fueron estableciendo de manera natural esas normas de conducta que poco a poco han ido regulando cada una de las actividades del hombre, dándole a éste la capacidad para desarrollarse de manera armónica dentro de la sociedad y así poder convivir en paz.

Sin embargo, al mismo tiempo comenzaron a darse cambios que rompieron con la paz y tranquilidad, pues no faltó quién promoviera la interpretación de dichas normas de conducta conforme a su propia manera de pensar o cómo le convenía de acuerdo a sus intereses.

Por ello, a través del tiempo hemos visto como el hombre ha buscado formas para salirse de ese orden natural, justificando mediante leyes absurdas su poca ética y moralidad ante la vida, pues obviamente todo orden requiere renuncia a ciertos actos que más allá de llevar al ser humano hacia la trascendencia, lo conducen automáticamente hacia una cultura degradante, convirtiéndolo en un ente sin poder de decisión para enfrentar con valentía la defensa de este orden natural tan necesario e indispensable en el crecimiento de toda sociedad humana.

¿Cómo podemos decir que la sociedad avanza si se defienden los derechos de otros al costo de la vida de seres inocentes que ni siquiera han tenido la oportunidad de opinar?, ¿cómo asegurar que la sociedad va hacia adelante si se atenta en contra de la institución que le da origen y sustento como lo es la familia?

¿Realmente crecemos al desterrar de la vida del hombre los principios éticos y morales que le impiden dar rienda suelta a sus pasiones más bajas, volviéndolo un ser lleno de superficialidad que viva sólo para sus instintos y necesidades sean cualesquiera que sean?

Sí, tristemente todos aquellos que anuncian el crecimiento de una nación, son los que poco a poco la han ido llevando al despeñadero sin que les importe la voz de todos los que sí luchamos por la vida, la familia y la vivencia de un orden natural que verdaderamente nos haga crecer como individuos y como sociedad.

Una civilización moderna no es aquella que acepta la muerte de inocentes como reconocimiento de los derechos humanos, principalmente el de las mujeres, quienes por principio son fuente de vida y debieran protegerla con uñas y dientes, siendo verdaderamente responsables de sus actos hechos en completo uso de sus facultades y de su voluntad.

¿Qué se puede decir acerca de que el concepto de familia ahora ha cambiado, pues con esto de la "tolerancia" se ha atentado gravemente contra esta célula que da origen a la sociedad?

Sí, algunos grupos han tomado como bandera la palabra tolerancia para lograr sus maquiavélicos objetivos, los cuales indudablemente nos llevarán al fondo del precipicio, y que será entonces que nos demos cuenta de que esa no era la mejor opción para el crecimiento de un pueblo. Si la tolerancia se entiende como la capacidad de saber escuchar y aceptar a los demás, valorando las distintas formas de entender y posicionarse en la vida, siempre que no atenten contra los derechos fundamentales de la persona, entonces veremos que la aprobación de leyes que respaldan la muerte de inocentes, las uniones entre personas del mismo sexo y la adopción de niños por parte de éstos; realmente no cuentan con la facultad de saber escuchar y aceptar a los demás, valorando las distintas formas de entender y posicionarse en la vida; pues el derecho a la vida desde la concepción se debe respetar a toda costa y contra toda ideología que diga lo contrario.

El derecho a tener una familia constituida por un hombre-papá, una mujer-mamá y los hijos, también es fundamental e inalienable para todo ser humano, especialmente para un niño, al cual no le beneficia en nada la idea de tener dos "papás" o dos "mamás", ya que por naturaleza lo propio es masculino-femenino y ambos en complemento brindar lo mejor para un desarrollo pleno de estos seres indefensos.

El orden natural nos dice que si el hombre continúa inmerso en esta cultura de muerte, disfrazándola como una falsa defensa de garantías y derechos individuales, las consecuencias serán desastrosas aún para ellos que orgullosos cargan su bandera de "tolerantes y próvidas".

Ahora más que nunca es urgente alzar la voz ante aquellos que quieren llevar a la sociedad a su destrucción y a la pérdida de los valores esenciales que le dan sostén y que le aseguran su permanencia. ¿Cómo? Mediante la apertura a la vida desde su inicio y hasta su término natural y a través de la lucha incansable por defender a la familia constituida por un padre, una madre y los hijos, creando leyes que la protejan y le garanticen su permanencia.

No es posible que aceptemos cómo válidos estos argumentos que más allá de buscar el bien común, únicamente se enfocan en el bien individual de unos pocos, que con fines totalmente oscuros quieren llevar a la humanidad al resquebrajamiento de sus valores fundamentales, dejándola sumida en una cultura de decadencia que inevitablemente traerá desgracia y soledad, y que al final, cuando miremos hacia atrás quizá sólo quede el arrepentimiento de habernos quedado indiferentes ante lo que ya se veía venir.

Escrito en: natural, orden, vida, sociedad

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