Será un gobierno el de Jorge Herrera Caldera comprometido a dar continuidad a la transformación del estado en materia de infraestructura carretera, empleos, vivienda y seguridad como una de las demandas más sentidas de los duranguenses. Así lo hizo saber el mandatario electo, tras recibir la felicitación del Ejecutivo federal por el triunfo obtenido en las elecciones del 4 de julio pasado.
Marcial García, diputado electo por el XVII Distrito, considera muy positiva la buena relación entre el presidente Felipe Calderón Hinojosa con el gobernador electo, Herrera Caldera, sabedores de que en los últimos seis años la Federación apoyó a Durango con sumas millonarias, jamás vistas en la historia del desarrollo de esta entidad, donde mucho tuvo que ver -entre lo bueno- la gestión del Ejecutivo estatal, Ismael Hernández.
Antes para Durango eran las obras chiquitas, pocos recursos y apoyos, pero en los últimos tres de Fox y primeros tres de Calderón las cosas cambiaron por la buena relación del Gobernador con dichos mandatarios, de manera que continuar así dará mayor impulso al desarrollo de la entidad.
Uno de los compromisos de Herrera Caldera en esta "Perla de los Llanos" es la construcción de un hospital regional con especialidades, a fin de no tener que viajar hasta la ciudad de Durango en busca de atención médica
Dada la vocación agrícola de este municipio se proyecta en la próxima Administración instalar una envasadora de hortalizas, aunque los chileros requieren de la modernización de sus plantas deshidratadoras, por lo que confían en Herrera Caldera para llevar a cabo varios planes que permitan dar valor agregado a la producción de la región, incluyendo a Nombre de Dios.
Una de las obras que seguirán pendientes en este polo de desarrollo regional será el edificio del Servicio Médico Forense, obra que inició el priista Manuel Vargas, pero las siguientes de extracción panista y petista, incluyendo la presente de Enrique García Solís, no le pusieron un ladrillo más a esa obra.
Tampoco terminarán el rastro regional; seguro le dará seguimiento el alcalde electo Luis Orlando Calzada Rivera, pues en la presente les faltó recursos y tal vez capacidad de gestión.
Ya decíamos que es de los municipios más pobres con dos comunidades indígenas en San Antonio y Mesa del Tabaco, donde viven en extrema pobreza. Guillermo Hernández Dávalos tendrá que usar toda su capacidad para obtener apoyos necesarios y dotar de los servicios básicos al medio rural, además de pugnar por fuentes de empleo, pues el 80 por ciento vive de la agricultura en baja escala y otros de las divisas que a estas alturas están muy limitadas por la crisis en Estados Unidos.
El alcalde Francisco Mora Hernández prácticamente se mantuvo pasivo, de ahí que los ciudadanos decidieron por la alternancia en el poder, aunque con muchas reservas, pues aquí han gobernado de varios partidos y la pobreza persiste en el municipio, de manera que Hernández Dávalos tendrá que demostrar su poder de convocatoria y gestión.
Hace días vieron a Manuel Soto juntar algunas firmas para impugnar la decisión tomada en la asamblea del 23 de mayo pasado en que lo depusieron del cargo de comisariado del ejido Canatlán, debido a que un grupo de ejidatarios lo acusó de haberse vendido al Ayuntamiento, a fin de permitir la construcción de un relleno sanitario, lo cual nunca se comprobó.
El proyecto tenía el visto bueno de profesionales en la materia, incluyendo a las dependencias encargadas de cuidar el medio ambiente; de hecho, se compró el terreno, pero temerosos de que se convirtiera en un basurero como el existente, un foco de infección y fuente de contaminación, los ejidatarios impidieron la obra y dejaron de aplicarse cuando menos dos millones de pesos que el alcalde José Eugenio Rodríguez del Campo había gestionado.
Será de las obras frustradas por politiquerías o falta de confianza a la actual administración, donde el que pagó las consecuencias fue Manuel Soto, quien argumenta que la asamblea donde lo depusieron carece de validez porque ni siquiera estuvo la autoridad agraria como se estila en estas reuniones.
Mientras tanto, el cargo de comisariado está acéfalo, ya que el tesorero Sergio Parra también renunció; en junio debieron celebrar asamblea y no hubo. Este mes los ejidatarios esperan se convoque, aunque no hay cabeza que dirija o convoque a los socios.
Los fieles católicos de la parroquia de San Diego de Alcalá de Canatlán dieron la despedida a quien fue su guía espiritual por once años, presbítero Ambrosio Arámbula Herrera, a quien el líder de la Arquidiócesis de Durango lo asignó al templo de María Reina de la colonia J. Guadalupe Rodríguez; en su lugar queda el cura José Martín Favela Rodríguez, al parecer oriundo de Santiago Papasquiaro, a quien le dieron una cálida bienvenida.