(Segunda parte)
Las quemaduras superficiales que afectan a una pequeña parte de la superficie corporal pueden tratarse en régimen ambulatorio, no requieren hospitalización. Siempre y cuando no existan lesiones por inhalación. Recordemos que en este grupo se incluyen: a)quemaduras de primer grado; b) quemaduras de segundo grado superficiales cuya extensión sea menor al 15% de la superficie corporal en adultos y del 10% de los niños; c) quemaduras de segundo grado profundas que afectan a menos del 10% de la superficie corporal, y al igual que en los casos anteriores, que no afecten a áreas críticas como los ojos, manos, pies, areas genitales; d) quemaduras de tercer grado cuya extensión sea inferior al 1-2% de la totalidad de la superficie del cuerpo. El resto de casos serán enviados al hospital.
El tratamiento ambulatorio de las quemaduras requiere una historia clínica detallada en la que queden reflejados datos tales como la hora a la que tuvo lugar, el agente causal que provocó la quemadura y la situación inmunológica del paciente. Posteriormente se ha de realizar una completa exploración física, valorando las lesiones, su localización y el grado de afectación de la piel, sin olvidar el estado general del paciente, el cual ha de mantener sus constantes vitales estables. A continuación se debe proceder con la limpieza y desbridamiento de la herida, la prescripción de un tratamiento local y sistémico y con la correcta explicación de las instrucciones de cuidado doméstico y citas sucesivas.
Cuidados iniciales
Los primeros cuidados que hay que establecer en el tratamiento de una quemadura son el retirar la ropa de la zona lesionada y los posibles cuerpos extraños adheridos, lavando seguidamente la herida con suero estéril y solución antiséptica diluida. Solo después de realizar esto se podrá valorar correctamente la profundidad de la quemadura. Las quemaduras de primer grado solo precisan de aplicación tópica de crema con corticoide y analgesia por vía oral; generalmente curan en 3-4 días. En las quemaduras de segundo y tercer grado se debe realizar desbridamiento de las ampollas ya rotas, con pinzas y tijeras y todas las medidas de asepsia de una intervención quirúrgica (las ampollas intactas pueden dejarse así durante 48 horas para disminuir las molestias, procediendo del mismo modo después) y seguidamente aplicaremos una crema antibacteriana estéril (ej: sulfadiazina argéntica) y un organdí, es decir una tela para cubrir la herida y proceder al vendaje no compresivo de protección y una correcta inmovilización; curan en 3-4 semanas.
El personal sanitario ha de recordar al paciente que eleve la zona afectada, si ésta es una extremidad, para disminuir la inflamación
Medicación
El tratamiento farmacológico ha de ir encaminado principalmente hacia dos cuestiones importantes: la profilaxis de la infección, y el bienestar del paciente. El intentar prevenir una complicación producida por agentes patógenos no debe ser premisa para administrar antibióticos orales ó sistémicos de entrada. Si hay sospecha de infección se realizarán cultivos y se pondrá el antibiótico específico para cada tipo de germen. Lo que se hace hoy en día es administrar penicilina, como profilaxis, a los pacientes con quemaduras al menos de 2º grado (en pacientes alérgicos a la penicilina se puede administrar eritromicina). En los pacientes que no están correctamente vacunados contra el tétanos se ha de aplicar profilaxis antitetánica. Otro tema importante y que preocupa al paciente es el dolor, por lo que se ha de administrar una correcta analgesia, e incluso si es preciso medicación ansiolítica.
Cuidado doméstico
Respecto al cuidado que ha de tener el paciente en casa, se debe informar al paciente que ha de mantener la herida limpia y seca, cambiando los vendajes en la forma indicada; que deberá mantener la extremidad afectada elevada, tomarse los antibióticos como se prescribieron, y acudir a revisiones según la frecuencia establecida para control ambulatorio.
Cuidados iniciales ante un quemado.
O Alejar a la persona quemada de la fuente de calor.
O Apagar las llamas en las ropas.
O Separar a la persona del contacto eléctrico sin hacer contacto con la corriente.
O Diluir por lavado con abundante agua cualquier agente químico que ocasione daño térmico.
O Quitar toda vestidura, incluso calcetines y guantes, contaminada por una sustancia química.
O Atender a la función cardiopulmonar, por si fuera preciso iniciar maniobras de reanimación.
O Puede aplicarse hielo o compresas frías en las quemaduras para aliviar el dolor y disminuir el efecto del calor sobre los tejidos, con precaución para evitar la hipotermia sistémica.
O Cubrir las quemaduras con una sábana limpia y sobre ella una manta para conservar el calor corporal.
O Las zonas quemadas deben elevarse para disminuir el edema antes y durante el transporte.
O Si se sospecha inhalación de grandes vólumenes de monóxido de carbono se debe administrar oxígeno a la mayor concentración posible, por mascarilla. Si se trata de quemaduras extensas y el tiempo de traslado al hospital es largo se debe iniciar la perfusión i.v. de líquidos.