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COSMOVISIÓN EL TRIPLE FILTRO DE SÓCRATES

JORGE REYNOSO

En la antigua Grecia, Sócrates fue famoso por su sabiduría y por el gran respeto que profesaba a todos.

Un día, un conocido se encontró con el gran filósofo y le dijo:

- "¿Sabes lo que escuché acerca de tu amigo?"

- "Espera un minuto", replicó Sócrates. "Antes de decirme nada, quisiera que pasaras un pequeño examen. Yo lo llamo el examen del triple filtro."

- "¿Triple filtro?"

- "Correcto", continuó Sócrates. "Antes de que me hables sobre mi amigo, puede ser una buena idea filtrar tres veces lo que vas a decir. Es por eso que lo llamo el examen del triple filtro."

- "El primer filtro es la verdad. ¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto?"

- "No", dijo el hombre, "realmente solo escuché sobre eso y..."

- "Bien", dijo Sócrates. "Entonces realmente no sabes si es cierto o no."

- "Ahora permíteme aplicar el segundo filtro, el filtro de la bondad. ¿Es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo?"

- "No, por el contrario..."

- "Entonces, deseas decirme algo malo sobre él, pero no estás seguro de que sea cierto."

- "Pero podría querer escucharlo porque queda un filtro: el filtro de la utilidad. ¿Me servirá de algo saber lo que vas a decirme de mi amigo?"

- "No, la verdad que no."

- "Bien", concluyó Sócrates, "si lo que deseas decirme no es cierto, ni bueno, e incluso no me es útil... ¿para qué querría yo saberlo?".

Estimado lector, ante los hechos consumados y las palabras vacuas, nos estamos acostumbrando a la anarquía y a la violenta realidad que "construimos" día con día, tal parece que nuestro desdén y apatía nos paralizan ante el inconmensurable riesgo que acumula nuestra sociedad al perder la confianza en la palabra, lo que de suyo, detona un proceso de corrupción y degradación que mucho nos lastima, pero más nos ofende. O acaso ¿no nos hemos percatado como al paso del tiempo la palabra se deprecia?, ¿cómo cada vez confiamos menos en la palabra empeñada?, ¿no cree que es tan importante como urgente, que cuando menos, nos cuestionemos los por qué?

Si bien, en nuestro relato, de autor anónimo, se magnifican la verdad, la bondad y la utilidad, considero que en él subyacen otros valores igualmente inapreciables como el valor de la palabra, la lealtad y el respeto.

El deber ser nos conmina a cumplir cabalmente con dos compromisos tan básicos como fundamentales: la obligación de usar nuestra palabra responsablemente y la congruencia entre el decir y el hacer. Tengamos presente que la palabra es una extensión de nosotros mismos, de nuestra imagen e identidad, que si bien, mucho nos compromete, también plenamente nos dignifica. Reconsideremos pues, hoy más que nunca tenemos la obligación de honrarla y enaltecerla.... ¡Elevemos el valor de nuestra palabra!

Construyamos un mundo mejor, actuemos invariablemente con lealtad, siendo congruentes y fieles respecto a la palabra comprometida, evitando actitudes desleales como las críticas a terceros; contrario a ello, cuando no podamos hablar bien de una persona mejor será callar y evitar juzgarla, sabido es que la murmuración daña y destruye las relaciones, pero la difamación y las burlas no solo menosprecian la dignidad de las personas a las que ofendemos, sino que mucho envilecen a quienes las proferimos. Cultivemos perennemente el respeto, apreciemos en los demás su dignidad y reconozcamos sin reserva alguna sus derechos y virtudes.... démosle a cada quien su justo valor.... seamos conscientes de que ésa mínima condición de equidad y de justicia nos posibilitará vivir en paz.... en unión.... en armonía.

Ratifíquelo.... "No sabré hacerlo, jamás ha producido buenos resultados. Probaré hacerlo, ha obrado casi siempre maravillas. Lo haré, ha conseguido milagros". Usted, ¿Qué opina?

Escrito en: decirme, palabra, nuestra, amigo?" -

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